Máxima tensión entre China y Estados Unidos tras el arribo de Nancy Pelosi a Taiwán

La tensión entre China y Taiwán está en al máximo tras el reciente arribo a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. China amenaza con "acciones militares selectivas".

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«La solidaridad de Estados Unidos con los 23 millones de habitantes de Taiwán es más importante hoy que nunca, ya que el mundo se enfrenta a una elección entre la autocracia y la democracia», dijo Pelosi.

El gobierno chino condenó de inmediato la visita y el Ministerio de Relaciones Exteriores sostuvo en tono amenazante que el arribo daña gravemente la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán:  “tiene un impacto severo en la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos e infringe gravemente la soberanía y la integridad territorial de China.”

En horas de hoy, previas a la llegada de Nancy Pelosi, aviones de combate chinos sobrevolaron la línea que divide el Estrecho de Taiwán.  Por su parte, los medios estatales chinos dijeron que el Ejército Popular de Liberación realizaría ejercicios cerca de Taiwán desde el jueves hasta el domingo.

El clima es de absoluta tensión y fue escalando dado que desde el día de ayer se reportó el asiento de un buque destructor perteneciente al ejército chino a 80 kilómetros de las costas de la isla Lanyu, ubicada al sureste de Taiwán. Ambos realizaran maniobras militares durante el fin de semana, reavivando así el histórico conflicto en torno a la «cuestión taiwanesa». En ese contexto, China habría utilizado «munición real» en un ejercicio frente a la isla de Pingtan – ubicada en el estrecho de Taiwán a solo 120 kilómetros de las isla. Este lunes, cerca de 4 mil soldados taiwaneses y yanquis se mostraron realizando maniobras conjuntas.

Foto: An Rong Xu/Getty Images.

Este nuevo capítulo del conflicto, además, tiene lugar en medio de un clima geopolítico ya caldeado por la guerra en Ucrania y la disputa entre China y Estados Unidos por la hegemonía imperialista ante el declive relativo de este último.

El gobierno de Beijing reaccionó de manera amenazante, enérgicamente y de inmediato, luego del anuncio de la posible inclusión de una visita a Taiwán como parte del itinerario de la gira que realiza Pelosi en la región de Asia-Pacífico. Hace décadas, la República Popular de China y el gobierno del PC reclaman la soberanía sobre la isla, a la cual consideran una provincia rebelde.

El anuncio fue considerado por China como un giro provocador por parte de Estados Unidos en su política diplomática de «ambigüedad estratégica». Aún si Norteamérica es el principal proveedor de armas de Taiwán, desde 1979 definió no mantener relaciones oficiales con la isla. La última visita de un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos fue en 1997, cuando viajó el republicano Newt Gingrich.

El clima de tensión es tal que, el pasado jueves Xi Jinping y Joe Biden mantuvieron una conversación telefónica donde negociaban una posible cumbre presidencial, allí el mandatario chino llegó a advertir al presidente estadounidense «no jugar con fuego». Por su parte, Estados Unidos redobló la apuesta y John Kirby, vocero de la Casa Blanca, declaró que Nancy Pelosi «tiene derecho a visitar Taiwán».

El territorio de Taiwán se separó de China tras la revolución anticapitalista y anti-imperialista de 1949. Chiang Kai-Shek y el gobierno del Kuomitang huyeron a la isla y desde entonces incluso reclaman el control total del territorio chino. Diferentes posiciones se han ensayado por parte de los sectores capitalistas de la isla, pasando del reclamo por la independencia, hasta el pedido de reunificación y la política de «una sola China».

La clase dirigente de la isla tiene estrechos lazos con el imperialismo yanqui. Además, está lejos de ofrecer una opción progresiva o emancipadora respecto de la burocracia que comandó la restauración capitalista en el país tras la revolución. Tanto el chino como el estadounidense son diferentes proyectos imperialistas que se enfrentan excluyendo a las masas trabajadoras y campesinas de la resolución del problema de la unidad nacional y el rumbo de sus destinos.

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