• Gracias al cambio climático, la isla africana atraviesa la peor sequía en 40 años. Además de las tormentas de arena, sin lluvia ni agua potable la tierra es imposible de cultivar. Como consecuencia, millones de personas pasando hambre. ¿Y el financiamiento del Acuerdo de París para los países más afectados? Bien, gracias.

Virginia Bertoldi

El calentamiento global sigue surtiendo efectos: Madagascar atraviesa una gran hambruna causada por la mayor sequía en las últimas cuatro décadas. La isla sudafricana tiene a 1.14 millones de personas sin seguridad alimentaria y otras 400 mil que ya están pasando hambre. Esta situación se refleja en que su alimento cotidiano es a base de cactus, hierbas silvestres y langostas, el último recurso para usar de fuente de alimento.

Traducción: «En la mañana preparo este plato de insectos. Hace ocho meses que mis hijos y yo comemos esto todos los días». Más de 1.1 millón de personas no pueden alimentarse debido a la mayor sequía en cuatro décadas.

La hambruna suele relacionarse con los conflictos armados. Sin embargo, Madagascar se convirtió en el primer país de la historia moderna en el que su causa es exclusiva del cambio climático. La portavoz del Programa Mundial de Alimentos (organismo de la ONU), Shalley Thakral, explicó que la situación es desoladora, la isla está cubierta de arena, no hay agua y muy pocas probabilidades de lluvia. «Faltan menos de dos meses para la próxima temporada de siembra y el pronóstico para la producción de alimentos es sombrío», dijo.

Desde hace no más de cinco años venimos viendo los primeros efectos del calentamiento global. Tan solo en las últimas seis semanas podemos contar la ola de calor en el hemisferio norte, las inundaciones en Alemania y los últimos incendios en Grecia. El director de la organización Africana 350.org, Landry Ninteretse dice que es no hay chance de que Madagascar sea el último país en atravesar esta situación.

«En los últimos años hemos visto las calamidades del clima golpeando un país atrás de otro. Antes era el cuerno de África, ahora es Madagascar. Mañana seguirá el ciclo, quizás en el norte de África -el Sahel- o al oeste. Desafortunadamente, es probable que esto continúe pasando a causa del cambio climático», dijo Ninteretse.

El PMA dice que se necesitan $78.6 millones de dólares para aportar alimentos de emergencia para la temporada austera que se viene. El problema es que se necesita mucho más que eso para ayudar a los países más afectados por el cambio climático y prevenir futuras hambrunas. Es poco probable que Madagascar, una de las naciones más pobres del mundo, pueda salir de esto sola. Sobre todo si se tiene en cuenta que está muy lejos de ser el país que más dióxido de carbono genera.

«Estamos acostumbrados a ver que nuestros hermanos y hermanas del Sahel se vayan por el conflicto o a buscar mejores oportunidades económicas. Pero ahora el principal motivo es el cambio climático, que empuja a la gente que no puede cultivar más su tierra», dijo Ninteretse. Se estima que para el 2050, el cambio climático causará el desplazamiento de 140 millones de personas que viven en las zonas cercanas al Ecuador, como las regiones de África SubSahariana, Asia Meridional y América Latina. Otros elegirán abandonar sus países directamente.

El peor efecto del cambio climático en el sur de Madagascar es la sequía, la falta de lluvia constante. Cinco de las últimas seis temporadas fueron escasas de agua, que como consecuencia tuvo malas cosechas y ganado mal alimentado. Además hay cada vez más tiomenas -tormentas de arena- y enjambres de langostas que devastan el cultivo.

De esta situación, los principales afectados son los niños de menos de cinco años. Según el PMA el porcentaje de desnutrición aguda global se duplicó en los últimos cuatro meses a un 16.5%. La zona más afectada es el distrito de Ambovombe, donde llega a un porcentaje de 27% como indicador del escenario amenazante para muchos niños.

Según el Acuerdo de París de 2015, las naciones se comprometieron a financiar con 100 mil millones de dólares por año para ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse, pero están muy lejos de esa cifra. En 2018 apenas llegaron a los 20 mil millones. Estas cifras indican que será difícil mitigar las consecuencias del cambio climático sin afectar las grandes fortunas de los empresarios que se benefician a costa de la vida en nuestro planeta.