Las intervenciones del SiTraRepA de Argentina en el Primer Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas

Las intervenciones de los representantes del Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación de Argentina en el Primer Congreso Internacional de Trabajadores por Plataformas. 24 al 27 de abril en California, EE.UU.

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Emilse I.: “Somos parte de una oleada mundial, de la pelea sindical que no se veía hace muchísimos años”

Un placer poder compartir este panel con estos compañeros luchadores, y este Congreso con todos ustedes.

En nuestro país, al igual que en el resto del mundo, hubo un alza del movimiento de los trabajadores de reparto por aplicación al calor de la pandemia donde era tan evidente esta contradicción entre ser esenciales pero no tener ningún derecho. Hubo movilizaciones espontáneas, caravanas, acciones. Fue ahí cuando un grupo de compañeros y compañeras entendimos la necesidad de construir una organización permanente, que fuera más allá de la bronca espontánea. Concentrar nuestras fuerzas en una herramienta que sirviera para el futuro, ahí fue donde nació la idea de construir un Sindicato.

Ahí es cuando se nos presentó la incógnita del cómo, ¿cómo llegamos a nuestros compañeros y compañeras? Entonces decidimos que había que partir por lo propio de como trabajamos: en la calle cuando uno tiene cualquier problema, el único que ayuda al trabajador es otro trabajador. Para vencer esa atomización que caracteriza a nuestro sector empezamos a buscar lugares de concentración naturales, los locales de comidas rápidas, los centros comerciales. Y ahí nació lo que es el corazón de nuestro sindicato: las Paradas Solidarias o Puntos de Apoyo (Support Hubs en inglés). Con una mesa, herramientas para arreglar las bicicletas y motos, café, artículos de protección sanitaria, fuimos a hablar con los trabajadores en las esquinas a ejercer la solidaridad y a convencer a nuestros compañeros de la necesidad de organizarnos.

Estas paradas se volvieron la principal institución del sindicato, que sostenemos semana a semana, porque nos permite vincularnos a los problemas reales de los trabajadores y construir un sindicato vinculado a los reclamos de sus trabajadores. En las paradas construimos el sindicato, organizamos, afiliamos, sumamos más compañeros a organizarse, debatimos. Y es ahí donde conquistamos nuestros 3000 miembros y es por eso que lo compartimos en todas las instancias internacionales de debate y es un orgullo para nosotros como muchos trabajadores de otros lugares del mundo comenzaron a hacer sus propias Paradas Solidarias y Puntos de Apoyo.

Para poder contarles como fue el proceso de organización en nuestro país, me parece importante comenzar contextualizando. En Argentina hay mucha tradición de organización, existe casi un 30% de porcentaje de sindicalización. Pero tenemos una dificultad, que es que en Argentina el sindicalismo tradicional es burocrático, es traidor, es pro-gobierno y pro-empresa. Eso genera que frente a grandes sectores de los trabajadores esté muy desprestigiado.

En particular no les importan los repartidores porque si no te reconocen como trabajador no te pueden sacar dinero para la contribución sindical, entonces no les interesan esos trabajadores. En el sindicalismo burocrático no se debate sino que se  impone, se busca el interés de la estructura sindical, que está vinculada con las empresas y el gobierno, y no las necesidades reales de los trabajadores. Actúan en contra de toda organización independiente, intentan que los trabajadores no se organicen por abajo desde las bases, no luchen por sus reclamos, rechazan toda discusión y democracia entre los trabajadores. Por eso construimos algo nuevo, algo distinto. El SiTraRepA, como dice su nombre, es un sindicato de base, antiburocrático, con sus propios trabajadores al frente de poner en pié esta herramienta.

Estamos en un contexto de mucho ataque antisindical por parte de las empresas, que hacen todo lo posible y gastan millones para que no tengamos nuestros sindicatos. Para eso tienen dos estrategias, el Lobby con los gobiernos, para imponer legislaciones antisindicales como la proposición 22, contra los trabajadores de Uber en California, o también es el caso de Argentina, donde el gobierno impide  nuestro reconocimiento como sindicato y de la relación laboral.

La segunda estrategia y la más peligrosa, es utilizar a sectores de trabajadores que son chantajeados con el discurso de que ser autónomos es un beneficio, y con la extorsión de que si ganamos derechos se van a ir del país y nos van a dejar sin trabajo. Con este discurso buscan organizarlos con asociaciones amarillas pro-empresa y movilizarlos contra quienes nos organizamos por los derechos laborales. Es el caso de España con las asociaciones pro-empresa y también en las últimas semanas de Colombia con Rappi, que le pagó a un sector para que vaya a pedir que no exista un reconocimiento frente a la legislación que se está impulsando para regular a los trabajadores.

Para derrotar estos intentos de dividirnos, dependemos del trabajo de organización que llevemos adelante, para convencer y para ganar a la mayoría de los compañeros de que es momento de luchar y de organizarnos, y que no somos independientes, somos trabajadores. Hay que saber que en esta tarea no tenemos reemplazo, y no hay vacío, donde no organicemos a un compañero va a ir la empresa a intentar chantajearlo. Por eso es tan necesaria la organización independiente de las empresas y los gobiernos para llevar adelante estas batallas. Por eso es tan importante construir sindicatos y todo tipo de colectivo u organización que los trabajadores se den para pelear por sus derechos como dice el título de este panel.

Es en este sentido que nosotros nos sentimos parte de la oleada de nuevo sindicalismo que recorre el mundo, del que cada vez se habla más y se multiplica, porque crecen las luchas. Este nuevo sindicalismo es esta explosion de nuevos sindicatos, o de sindicatos que se renuevan y empiezan a cambiar su forma de trabajo y se dedican a organizar a los trabajadores por sus derechos. Por eso se llenan de nuevas generaciones que entran a la lucha. El nuevo sindicalismo es una oleada mundial y creo que este congreso es expresión de este fenómeno.

Somos parte de una oleada mundial y tenemos que reconocer que lo que expresa este congreso es que hay un proceso de recomposición de los trabajadores y de la pelea sindical que no se veía hace muchísimos años. Hay huelgas históricas en Gran Bretaña, en Francia, en un montón de países.  Hoy estamos en Estados Unidos, el corazón de este sistema, que vio nacer a estas empresas multinacionales y esta nueva forma de organizar el trabajo que es el trabajo por plataforma, es hoy también el corazón de esta nueva esta ola de nuevo sindicalismo y se expresa en estos compañeros que se sientan aquí en el panel conmigo como Tristán de Amazon, Verónica de Starbucks, que estamos haciendo historia.

Por último creo que algo importante es señalar quiénes son los protagonistas de esta ola de nuevo sindicalismo: como dijo Tristan, somos una nueva generación muy jóven que entra al mundo laboral y nos encontramos que las condiciones son de explotación total, que este sistema capitalista brutal nos quiere robar el futuro, que es cada vez más insoportable. Es una nueva generación que no soporta que para trabajar haya que hacerlo sin un solo derecho laboral en condiciones de 200 años atrás. Y además, esta nueva generación que somos nosotros, no estamos derrotados, estamos enojados, y queremos luchar.

Somos una clase trabajadora heterogénea, donde los que estamos al frente del proceso de organizar somos mujeres, somos migrantes, personas de color, de todas partes del mundo. Y creo que este congreso nos tiene que impulsar a salir fortalecidos y seguir construyendo un organizaciones y sindicatos anti burocráticos, de base y a redoblar la pelea por arrancarle a las empresas nuestros derechos y en eso los trabajadores tenemos la última palabra.


Juan Pablo Pardo: “Tenemos que fortalecer este proceso de coordinación internacional para ser la pesadilla de las empresas en todo el mundo”

Buenos días compañeros y compañeras. En primer lugar, quiero decir que estoy muy contento de formar parte de este Congreso Internacional, que verdaderamente viene siendo un evento histórico. Este primer Congreso que estamos poniendo en pie es por primera vez un evento hecho por los trabajadores y para los trabajadores. Esto es muy importante, porque somos nosotros quienes llevamos las discusiones sobre los temas que nos afectan y cómo nos organizamos frente a ellos.

En primer lugar, a lo largo de estos 3 días de debates hay ya algunas conclusiones muy claras de este Congreso. En primer lugar una identidad internacional que nos recorre, y es que las condiciones de los trabajadores por plataforma son las mismas en todo el mundo. los trabajadores por plataformas tenemos los mismos problemas en todo el mundo. Y tener las mismas condiciones de explotación significa que tenemos la misma lucha. Y que tenemos la misma lucha significa que tenemos organizarnos y seguir trabajando en eventos como este y seguir fortaleciendo esta coordinación internacional. Si las empresas se organizan en todos los países de la misma manera para imponer su modelo, los trabajadores tenemos que organizarnos internacionalmente para darles una respuesta. Necesitamos construir nuestros sindicatos y hacer crecer nuestra lucha

En segundo lugar, como se decía ayer en el panel, estas empresas de trabajo por plataforma son la punta de lanza, lo más avanzado, en el capitalismo del siglo XXI, que busca imponer nuevas condiciones a los trabajadores. Buscan imponer un nuevo modelo de uberización del trabajo en todo el mundo y para cada vez más sectores de trabajadores. Las empresas de plataformas operan bajo un mismo modelo que se basa en negarnos nuestra condición de trabajadores y negarnos todos los derechos laborales que los trabajadores conquistamos en los últimos 200 años. Los trabajadores por plataforma no tienen límite en su jornada laboral, no tienen días de vacaciones, de licencia por enfermedad, seguro médico y contra accidentes ni aportes jubilatorios. El ataque de las empresas es enorme, y se busca implementar contra toda la clase obrera. La pelea que estamos dando es fundamental para defender estos derechos.

A nivel internacional, estamos sufriendo una enorme campaña antisindical por parte de las empresas, que tiene dos formas. La primera son las leyes, medidas judiciales u otras normas que directamente buscan expresar los intereses de las empresas y legislar el modelo de uberización, como la proposición 22 de California, contra la que nos movilizamos durante este Congreso. La segunda, las empresas se están dando una política consciente de organizar trabajadores en contra de la pelea por los derechos laborales y el reconocimiento laboral, organizar trabajadores para decir que la política de “ser tu propio jefe”, una persona que trabaja más de 60 personas por semana, es algo positivo para los trabajadores. Las empresas tienen una política consciente para atacar a nuestras organizaciones independientes. Son ejemplos claros las asociaciones pro empresa de España y el caso de Colombia donde la empresa Rappi puso muchísimo dinero para movilizar trabajadores en contra de la regulación.

Contra todos estos ataques tenemos que organizarnos. Pero tenemos una herramienta fundamental que son nuestros sindicatos, nuestras organizaciones y nuestra coordinación internacional. Este Congreso es una expresión clarísima y muy viva de esto. Somos muchísimas personas de 17 países que nos dimos cita aquí en Los Ángeles. Con la fuerza de esa unidad podemos hacer crecer nuestra lucha y formar un gran movimiento mundial contra la uberización, en contra de este modelo que busca destruir todos los derechos conquistados por los trabajadores en los últimos 200 años. Las experiencias de lucha de un país se reflejan en los demás, con una enorme solidaridad internacional, como la hermosa acción de ayer en el Consulado argentino. Nos llena de fuerza saber que el mundo nos acompaña en esta pelea.

Además, lo que hemos aprendido en estos últimos años es cómo podemos hacernos más fuertes con las experiencias de otros compañeros en diferentes países. Por ejemplo, estamos muy orgullosos de que la experiencia de las Paradas Solidarias, el corazón de nuestro sindicato, se haya podido transmitir a tantos compañeros en todo el mundo, que haya Paradas en Dinamarca, que se hayan hecho los puntos de apoyo en Estados Unidos, en México y muchos lugares más.

Por eso es tan importante este Congreso que es verdaderamente histórico. Necesitamos fortalecer nuestra organización internacional. Tenemos que estar en más países, ser más compañeros y compañeras organizando, construyendo nuestros sindicatos.

La clave en nuestra pelea es poder fortalecer nuestro trabajo de base. La organización que estamos llevando adelante tiene un punto fundamental que es entender que la forma de resolver los reclamos de los trabajadores es estar junto a cada compañero, en las calles, con la participación de cada trabajador. Eso se expresó de manera muy clara en este congreso lleno de experiencias de todo el mundo donde los trabajadores están al frente de sus peleas. Por eso este Congreso es histórico, necesitamos fortalecer nuestra coordinación internacional. Estamos fundando algo que tiene muchísimo futuro y debe expandirse a más países, más organizaciones, más trabajadores y trabajadores. Porque la pelea es inmensa, pero somos cientos de miles de trabajadores en todo el mundo que podemos hacerles frente a estas empresas.

Para eso tenemos que tener en claro nuestro camino. De este Congreso tenemos que salir con un programa, que exprese claramente cuál es nuestra situación, nuestros reclamos y por qué peleamos, y que marque un camino de lucha para todos los trabajadores de plataformas del mundo. Tenemos que salir de este Congreso resolviendo cómo organizamos, cómo nos fortalecemos, y qué acciones de lucha vamos a llevar adelante todo este año, que tienen que ser acciones coordinadas en todo el mundo, que tienen un enorme impacto y permiten demostrar que estas empresas no van a tener a donde escaparse de la lucha de los trabajadores.

Por último, este Congreso extraordinario que estamos realizando nos tiene que dejar un legado de organización. Tenemos que discutir cómo vamos a continuar con este proceso de organización y coordinación internacional. Este primer Congreso Internacional tiene que tener continuidad, poner en pie nuevos espacios de encuentro, de coordinación de acciones, con un equipo de trabajo que esté constantemente buscando integrar más compañeros, más organizaciones, más países. Para ir a un próximo congreso con el doble de países, el doble de organizaciones.

Me parece que tenemos una oportunidad histórica, que tenemos que aprovechar. Estamos dando una pelea por nuestro futuro, contra estos ataques inmensos por parte de estas empresas. Pero, como decían en otor panel, nosotros tenemos que ser la pesadilla de estas empresas y expresar en cada rincón del mundo la lucha que damos por nuestros derechos.

Como dice el slogan de este Congreso, trabajadores por plataformas del mundo, ¡unámonos!


Belén D.: “El modelo de trabajo por plataformas se basa en la negación nuestra condición de trabajadores”

Las empresas por aplicación buscan instalar un modelo de explotación laboral a nivel mundial que se basa en eliminar las conquistas en materia de derechos laborales de los últimos 200 años. Y para sostener este modelo negador de derechos laborales, intentan imponer un modelo antisindical. Es una nueva rama de la economía que tiene super ganancias basadas en el negocio de retrotraer las relaciones laborales a condiciones de esclavitud laboral.

Estas empresas tienen un discurso sobre la innovación tecnológica, hablan del futuro pero para llevarnos  condiciones de explotación de hace 200 años, violando todas las leyes laborales. Esto lo hacen bajo la figura del “falso autónomo”, el “propio jefe”, el “socio colaborador”, negando nuestra condición de trabajadores en relación de dependencia. Esto nos deja en una condición de ultra-precariedad donde las empresas nos niegan nuestros derechos más básicos y consagrados por la lucha histórica de la clase trabajadora.

En primer lugar, no tenemos ningún tipo de protección ni seguro contra accidentes. Los elementos de seguridad y todas las herramientas de trabajo los tenemos que poner los trabajadores. En Argentina tuvimos un caso donde un repartidor sufrió un accidente y la aplicación le preguntaba por el estado de la Pizza. Quedó parado por tres meses y no tuvo ninguna cobertura de salud. Tuvo que poner de su bolsillo para recuperarse. Esos días no se los pagó nadie, es decir, al no tener licencia por enfermedad o accidente quedamos desamparados, sin ingresos, y cuando volvió a repartir estaba en el peor ranking.

Tampoco tenemos vacaciones pagas, los compañeros del SITRAREPA no se toman una semana de vacaciones desde hace años. Cómo máximo la mayor perspectiva es estar un fin de semana sin repartir. Tampoco existen las licencias, por maternidad, enfermedad. Es un régimen de esclavitud laboral.

Las empresas tampoco se hacen cargo de las cargas patronales para la jubilación de los trabajadores de reparto.

Tampoco existe ningún tipo de seguridad contra el despido, porque los “bloqueos” que nos hacen las aplicaciones  son despidos encubiertos. Un compañero repartidor si tiene problemas con una entrega y lo bloquean, se queda sin su fuente de trabajo y sin derecho a una indemnización o seguro de desempleo. Para las empresas somos absolutamente descartables, cuando no quieren que trabajemos más, nos bloquean y listo. Esta es una práctica ilegal.

Con respecto a nuestros ingresos, no tenemos un salario básico mensual que nos permita saber cuánto vamos a ganar, cómo organizar el pago del alquiler, nuestros impuestos, y mantener las propias herramientas de trabajo que usamos para trabajar.

Tampoco tenemos donde higienizarnos, ir al baño, o donde descansar, eso también se ahorran estas empresas, y nos condenan a un trabajo inhumano.

Las empresas por plataformas retoman el trabajo a destajo como forma de explotación, forma típica de principios del siglo XIX, cuando en lugar de pagar por jornada laboral, pagaban por pieza realizada. Hoy con el trabajo por pedido entregado, por viaje realizado, se aplica la misma lógica: la calidad de nuestro trabajo termina siendo supervisada por nosotros mismos, la duración es la máxima que aguante nuestro cuerpo. Los trabajadores mismos bajo este mecanismo del pago por tarea realizada incrementamos al máximo nuestra explotación sin que haya una supervisión directa.

Esto es clave para entender cómo funciona el control del algoritmo que diseñan las empresas, donde también los supuestos “incentivos” o “promociones” en realidad son mecanismos para extender nuestra jornada laboral por encima de la jornada legal de trabajo: la mayoría llevamos adelante jornadas laborales de 10 o 12 horas para alcanzar un ingreso para poder vivir. Recibimos un pago de 0,50 dólar por pedido entregado. Y la empresa no nos recibe para discutir los aumentos que necesitaríamos.

Tenemos un compañero del SiTraRepA que trabaja 6 días por semana. Un día pedalea 16 horas, y los otros 5 días pedalea 10 horas. 66 horas por semana. En general recorremos de 500 a 600 kilómetros por semana.

Las empresas dirigen nuestro trabajo a través del algoritmo. Controlan, evalúan nuestro trabajo bajo amenaza de sanciones o bloqueo de cuenta: los pedidos que tenemos que realizar, los recorridos que tenemos que hacer y las distancias, nuestro desplazamiento geográfico. También podemos mencionar el criterio inhumano de las empresas de delivery por plataformas que en muchos casos nos hacen recorrer  de 8 a 10 kilómetros en bicicleta para entregar un pedido sin respetar la zona de logueo. Esto grafica la tiranía del algoritmo dirigido por los empresarios para hiperexplotarnos y usar como excusa “revolución tecnológica y digital”. La aplicación es el capataz del nuevo siglo porque es la forma que encontraron estos empresarios para dirigir nuestro trabajo, extender la jornada laboral y controlarnos sin dar la cara: se esconden detrás del algoritmo, por eso decimos que son empresas fantasmas. Ante nuestros reclamos sólo tenemos un chat, un bot.

Por todo esto el modelo de trabajo por plataformas se basa en la negación nuestra condición de trabajadores, es la negación de todos estos derechos que acabo de mencionar, los cuales se desprenden de años de lucha y organización sindical, y que en Argentina están en la Ley de Contrato de Trabajo. Este modelo se puede implementar porque las empresas burlan las leyes laborales en todo el mundo, y hacen lobby para que los gobiernos las dejen hacer negocios a costa de nuestros derechos. Un caso claro que grafica esta realidad son los Uber Files.

Además, es un modelo empresarial antisindical que desembolsa millones de dólares para desarticular y atacar hasta reventar la organización sindical desde abajo con campañas extorsivas y manipuladoras, donde persiguen a quienes se organizan y en otros casos amenazan con irse del país en el caso de avanzar con alguna reglamentación. Las empresas de plataformas no quieren lidiar con un colectivo de trabajadores, que se planta por sus derechos y exige el reconocimiento laboral. Prefieren que estemos atomizados, como individuos sin organización. No quieren sentarse con los trabajadores para discutir los ingresos, las condiciones bajo las cuáles trabajamos, darnos la voz que nos corresponde para conocer las condiciones del algoritmo y que pongamos límite a los bloqueos y otras sanciones arbitrarias, unilaterales.

En nuestro país hubo un intento de avanzar en un registro de repartidores en la Provincia de Buenos Aires, donde hay alrededor de 25.000 riders. Ante esto, que es tan solo un registro, las empresas se dedicaron a organizar una movilización con repartidores pagos y pro-empresas, y además varios actores disfrazados de repartidores para evitar que se apruebe. Además realizaron una campaña extorsiva diciendonos a los repartidores que si hay regulación se van del país. Ante cualquier pelea amenazan con dejarnos en la calle.

¿Cómo respondemos? Al plan hiperprecarizador y explotador de estas empresas le respondemos con este maravilloso Congreso Internacional. Le respondemos con cada una de las organizaciones de base y sindicatos que ponemos en pie en todo el mundo. Mientras estas empresas se apoyan en un discurso individualista, nosotros retomamos la experiencia y la tradición de lucha colectiva, lucha sindical de quienes conquistaron la jornada laboral de 8 horas, el derecho a cobertura de salud y ante accidentes laborales, las vacaciones pagas, las jubilaciones. Esa tradición que hoy retomamos implica pelear a fondo contra estas empresas que nos niegan todos nuestros derechos. Nuestros sindicatos de base son la pesadilla de estos empresarios porque somos los propios trabajadores los que estamos al frente, y así como en AMAZON, en Starbucks, los compañeros de Colombia y demás lograron conquistar su representación sindical, tenemos que redoblar los esfuerzos y internacionalizar esta lucha. Porque queda demostrado que el algoritmo como el capataz del siglo XXI y la eliminación absoluta de derechos es algo que vivimos todos los trabajadores por plataformas en todo el mundo.  Por eso será clave que de aquí en más avancemos en poner en pie un movimiento internacional de trabajadores por plataformas que exija el reconocimiento laboral, el reconocimiento de nuestros sindicatos y avanzar en conquistar todos nuestros derechos. La unidad internacional es determinante para enfrentar a estas multinacionales.


Ramiro Manini: “Tenemos que discutir cuál debe ser nuestra estrategia de lucha para conquistar nuestros derechos”

Buenas tardes a todos. En primer lugar quiero saludar a este impresionante Congreso, lleno de luchadores y luchadoras de la clase trabajadora, muchos jóvenes que nos estamos sumando a esta pelea. Quiero traerles la experiencia de lucha del SiTraRepA por el reconocimiento del sindicato y el reconocimiento laboral de los trabajadores de reparto por aplicación en Argentina.

Somos trabajadores en relación de dependencia

En este Congreso se habló mucho de cómo somos trabajadores, nos sentimos trabajadores, sin embargo las empresas nos llaman “socios”, “colaboradores”, “autónomos”. Sin embargo, en las leyes laborales de países como Argentina, no hay ninguna duda de que legalmente los trabajadores de reparto por aplicación son trabajadores en relación de dependencia, y deben tener todos los derechos que indica la ley. En Argentina esta norma es la Ley de Contrato de Trabajo, que dice que si existe una prestación de servicios, se presupone que hay una relación laboral. Es decir, que la carga de la prueba está del lado de las empresas, ellas deberían demostrar que no somos trabajadores, si pueden.

Hay tres principios en Argentina que se deben cumplir para poder decir que no hay una relación laboral. Deben demostrar que no hay dependencia técnica, ni económica ni jurídica.

En primer lugar, en el trabajo por aplicación hay dependencia técnica: los repartidores deben utilizar la aplicación de la empresa, que mediante un algoritmo que es secreto asigna pedidos, puntajes e ingresos.

En segundo lugar, la dependencia económica es evidente, los trabajadores de reparto necesitan sus ingresos del reparto para poder llegar a fin de mes. Además, no podrían obtener esos ingresos si no es trabajando para la aplicación.

Y por último la dependencia jurídica: el trabajador pone su capacidad laboral a disposición del empleador, quien la dirige y paga. De esta forma la aplicación organiza el trabajo, asigna los pedidos, te manda de acá para allá, y pone sus reglas, que si no se cumplen sos castigado. La empresa tiene un poder de disciplinamiento hacia el trabajador que no cumple con las reglas e imposiciones.

Es evidente, dadas estas características, que por lo menos en Argentina y muchos otros países del mundo, el trabajo por aplicación es trabajo en relación de dependencia, no trabajo por cuenta propia, y por lo tanto merece disfrutar de todos los derechos que corresponden.

¿Por qué no se cumplen estos derechos?

Esto es importante que lo sepamos para nuestra lucha, porque nos marca donde estamos parados y que necesitamos. Tenemos que discutir cuál debe ser nuestra estrategia de lucha para conquistar nuestros derechos. No necesitamos en Argentina una “nueva legislación” acorde a una supuesta “nueva forma de trabajo”. La realidad es que el trabajo de reparto por aplicación es trabajo como el de toda la historia: la diferencia es el modelo empresarial que quiere basar sus ganancias en no reconocer los derechos laborales.

Y esto lo logran porque los gobiernos les permiten explotar a decenas de miles de trabajadores sin cumplir con las leyes laborales vigentes. Entonces, lo que necesitamos no son nuevas leyes, sino hacer cumplir las que existen, obligar a las empresas a cumplirlas y a reconocer que somos trabajadores.

No necesitamos leyes específicas que nos reconozcan como “trabajadores de segunda”

Es muy peligroso para nosotros en Argentina hablar de leyes particulares para los repartidores. Hace tres años el gobierno argentino propuso un “Estatuto de los repartidores”, una norma que buscaba reglamentar el trabajo por plataformas de manera particular. Pero lo hacía reconociendo menos derechos que la Ley de Contrato de Trabajo. Eso es muy peligroso, porque hoy en día lo que tenemos son por un lado trabajadores con derechos, y por el otro trabajadores que se encuentran en la ilegalidad.

Traer nuevas leyes, que consagran algunos derechos pero no todos, lo que hace es establecer diferentes categorías de trabajadores legales. Por un lado, los trabajadores con plenos derechos. Por otro lado, los trabajadores de segunda, con algunos derechos. Eso abre la puerta para que todas las ramas de la industria quieran sumarse al cuestionamiento de los derechos laborales, todas quieran demostrar que “sus” trabajadores tienen que ser de segunda, con menos derechos.

Ese es el modelo de uberización del trabajo, que quieren imponer en todos lados, trabajo sin derechos. No es solo el trabajo por aplicación, lo quieren llevar a todos lados. No es una nueva forma de trabajar, es una nueva forma de los empresarios de intentar hacerse millonarios cancelando derechos, y no lo podemos permitir.

Ayer se habló de todos los derechos que se vulneran mediante la uberización, pero hoy me quiero detener en dos, que para mi son centrales.

En primer lugar, la jornada laboral. Con este modelo de trabajo a destajo, pago por pedido y castigos por medio de un algoritmo, lo que logran las empresas es que el propio trabajador, para alcanzar un ingreso, extienda su jornada de trabajo a niveles inhumanos e ilegales. En Argentina una jornada de trabajo legal es entre 40 y 48 horas semanales. Los repartidores del SITRAREPA reparten más de 60 horas por semana. Y en esto somos muy claros: trabajar más de 60 horas por semana no es “libertad”, es la más cruda explotación laboral, la negación de cualquier libertad real para los repartidores.

En segundo lugar, las condiciones de seguridad e higiene. La ley exige que las empresas se hagan cargo de los baños, del suministro de agua potable. El modelo de uberización viola este requerimiento ahorrandose millones. Por eso tenemos que exigirles que pongan en pie puntos de apoyo, repartidos por todas las ciudades, donde los compañeros puedan higienizarse y descansar.

¿Cómo hacer cumplir nuestros derechos?

Es fundamental en este congreso retomar el debate estratégico, como organizamos la pelea para ganar y conquistar nuestros derechos. Legalmente tenemos razón. Por eso la mayoría de las veces que vamos a juicio por un compañero bloqueado y despedido, si el juez es razonable, logramos que se reconozca que había una relación de dependencia, que la empresa viola ley, y que al compañero le corresponde una indemnización por despido.

Pero hay un problema. Tenemos razón, pero la justicia laboral solo falla a favor nuestro cuando tenemos un compañero despedido, nunca hay una sentencia judicial para dar derechos a los trabajadores que están trabajando en este momento. Por eso la justicia no es una salida para resolver la lucha de los repartidores.

Tampoco es una salida una nueva legislación, porque ya no se cumple la anterior. Hay una responsabilidad por parte del gobierno, tanto nacional como de cada provincia, de hacer cumplir la ley, de obligar a las empresas a cumplirla. Y esa es una pelea política, y los repartidores necesitamos organizarnos para darla.

Por eso al gobierno Argentino le exigimos que reconozca al SiTraRepA. Sabemos que ningún empresario nos va a regalar nada, por eso queremos el reconocimiento de nuestra organización sindical, para poder encabezar nosotros esa pelea por el reconocimiento laboral y los derechos que nos roban. Lo necesitamos para poder organizar huelgas, para poder proteger a nuestros afiliados del despido. La pelea contra las empresas tiene un elemento político, de organización: u organizamos nosotros a los repartidores en sindicatos clasistas, de lucha, o los organizan las empresas, en sindicatos amarillos, pro patronales.

Es una pelea global

Para finalizar, para mi es muy importante este congreso porque la pelea contra las empresas de aplicaciones es necesariamente global. El modelo de uberización se apoya en una extorsión: si ustedes en Argentina ganan algún derecho, nos vamos a ir a otro país donde no haya derechos, nos amenazan las empresas.

Esto, en primer lugar, es mentira. Hace 200 años cuando la clase trabajadora conquistó con la lucha la jornada de 10 horas de trabajo, los empresarios también decían que se iban a ir, que así no se podía seguir. Hoy tenemos jornadas de 8 horas en la mayoría de los países. No es verdad que no puedan funcionar con una jornada laboral digna.

Pero además, en segundo lugar, tenemos que mostrarles que no tienen a donde ir, que en todo el mundo estamos peleando por derechos. Que si en Argentina ganamos derechos también los vamos a ganar en Brasil, en el resto de América, en Europa, en Asia. Y así vamos a fortalecer nuestra lucha y demostrar que no estamos solos, y que se puede ganar. Tristán ayer decía que trabajar en el depósito de Amazon de Staten Island había sido una pesadilla. Con la organización de decenas de miles de trabajadores, el reconocimiento de nuestros sindicatos, la lucha por los derechos laborales y la organización internacional, nosotros nos vamos a convertir en la pesadilla de Steve Jobs y de todos los billonarios que quieren enriquecerse a costa de la superexplotación y la negación de nuestros derechos. No van a tener donde esconderse de nuestra lucha internacional.

Por eso compañeros para terminar quiero reivindicar la consigna de este congreso: trabajadores por aplicación del mundo, ¡unámonos! Gig workers of the world, unite!

Gracias.

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