- La situación mundial de la pandemia en el comienzo del nuevo año.
Marcelo Buitrago
“Dada la pequeña fracción de infecciones estadounidenses que se han secuenciado, la (nueva) variante ya podría estar en Estados Unidos sin haber sido detectada»
Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, CDC
Estados Unidos ha aprobado (autorización de emergencia mediante) las vacunas de Pfizer y Moderna. La Unión Europea adelantó la aprobación de la vacuna de Pfizer, con lo que comenzó su operativo de vacunación entre el sábado y domingo pasado y se dispone a aprobar la de Moderna el 6 de enero de 2021. Reino Unido había sido el primer país de Occidente de aprobar la vacuna de Pfizer, y se aprestaría a aprobar la vacuna de Oxford-AstraZeneca, según informa la agencia Bloomberg, mientras que el periódico inglés The Guardian especula con una aprobación el 28 de diciembre, lo que daría un nuevo impulso a la vacunación masiva en dicho país.
Todos estos avances sin embargo, se han visto opacados por la difusión de una nueva cepa del virus en Inglaterra, identificada como B.1.1.7, potencialmente más contagiosa, lo que provocó una catarata de cancelaciones de vuelos procedentes del Reino Unido en Europa e incluso fuera de ella. Esto pareciera una medida insuficiente y tardía por dos motivos: la nueva cepa fue identificada en setiembre pero Boris Johnson sólo lo anunció y tomó medidas en diciembre, y porque no todos los países se dedican a investigar variantes y secuenciar el genoma: Australia Y Nueva Zelanda lo hacen con el 50% de sus casos, el Reino Unido con el 7,4% , lo que lo ubica en el octavo puesto a nivel mundial y Estados Unidos con el 0,3%, lo que lo ubica en el puesto 43 a nivel mundial: otra muestra más de todo lo mal que ha hecho Trump con la pandemia.
El octavo puesto británico, sin embargo, no puede hacernos perder de vista que es el primero entre los países con gran número de contagios. “Tiene sentido que se haya detectado primero en Reino Unido porque probablemente tienen el mejor programa de vigilancia del mundo”, según Ángela Rasmunssen, viróloga del Centro Georgetown.
Así, ya se ha detectado la nueva cepa en Francia, Dinamarca, España, Suecia Holanda, Alemania, Italia, Canadá, Japón, Australia y teniendo en cuenta lo anterior, ¿porqué no se habría extendido a Estados Unidos?
Si bien en principio no se le atribuye mayor virulencia a la nueva cepa, si se confirmase su mayor potencialidad de contagio, una cuestión simple de lógica indica que con mayor cantidad de contagios habrá un mayor número de muertos, dado que el efecto de la vacuna no será inmediato.
La vacuna de Pfizer ya fue aprobada en 14 países, la de Moderna en 2 (EEUU y Canadá), la Sputnik en 3 (Rusia, Bielorrusia y Argentina) y la de Sinopharm en 3 (China, Bahrein y Emiratos Árabes), lo que ha permitido que se vacunaran hasta el presente unos 4,5 millones de personas con el siguiente detalle (ourworldindata.org) al 27/12:
| Dosis | Dosis cada 100 personas | |
| Mundo | 4.510.000 | 0,06 |
| Estados Unidos | 2.130.000 | 0,64 |
| China | 1.000.000 | 0,07 |
| Reino Unido | 800.000 | 1,18 |
| Israel | 378.000 | 4,37 |
| Bahrein | 55.014 | 3,23 |
| Canadá | 52.171 | 0,14 |
| Rusia (al 22/12) | 52.000 | 0,04 |
Pero debemos recordar que las vacunas aprobadas son de dos dosis, con una diferencia entre tres y cuatro semanas para la segunda dosis, y unos 15 días adicionales calculados para el desarrollo de anticuerpos, por lo que sus efectos están lejos de ser inmediatos. Si a eso le sumamos las dificultades de logística (transporte con frío necesario, producción de millones de dosis y ahora el control de posibles reacciones alérgicas) la vacunación, aun para los países del centro del mundo, que acapararon la inmensa mayoría de las vacunas, es sólo el comienzo de un proceso que llevará hasta finales del 2021. En Estados Unidos el número de vacunados la primer semana fue superado por el número de nuevos infectados, lo que demuestra las dificultades del operativo mismo.
Y si bien el cuadro anterior se ampliará en extensión en los próximos días con la vacunación en la Unión Europea, no deja de ser un hecho que la inmensa mayoría de la población mundial no tendrá acceso inmediato a ningún plan de vacunación. El capitalismo que generó la pandemia, también hace valer su escala jerárquica para su combate; la desigualdad que es su sello indisoluble, sólo podrá ser borrada por la acción independiente de las y los trabajadores, borrando este régimen social de la faz de la Tierra.
