• Los Borbones han hecho pública hoy la intención del ex rey Juan Carlos I de abandonar el país, envuelto en mil y un escándalos de corrupción.

Ale Quelcom

La casa real ha hecho público hoy un comunicado en el que Juan Carlos I anuncia a Felipe VI su intención de abandonar el país “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados en su vida privada”.

La figura del rey emérito está cada vez más deteriorada por sus continuos escándalos de corrupción. En el Estado español, la Fiscalía del Tribunal Supremo le investiga por blanqueo y delito fiscal en relación con la construcción del AVE a La Meca. En Suiza, también se le investiga por el origen de su gran fortuna y sus ingresos multimillonarios de Arabia Saudí. Sin olvidar el escándalo de la cacería de elefantes en Botsuana mientras España atravesaba la crisis económica en 2012 y los regalos multimillonarios a su amante Corinna Larsen.

Los recientes escándalos de la monarquía y la crisis del COVID-19 han provocado que cada vez más personas cuestionen la institución medieval. La fuga de Juan Carlos I es un intento más de lavarle la cara a la institución y vender que “es sólo una manzana podrida” y que Felipe VI está “preparado”. El mismo objetivo tiene el “tour” de Felipe VI y Letizia por el país, que han aprovechado para bombardear una imagen de «austeridad».

El actual rey ha agradecido su decisión y ha aprovechado para “remarcar la importancia histórica que representa el reinado de su padre, como legado y obra política e institucional de servicio a España y a la democracia”. Juan Carlos llegó puesto a dedo por el dictador Francisco Franco y se fuga envuelto en mil y un casos de corrupción, sin devolver un centavo y totalmente impune.

La fuga de Juan Carlos I es un lavado de cara de manual. La podrida institución de la monarquía debe irse por completo: es una institución inútil, medieval, corrupta y heredera directa de la dictadura franquista. No queremos ni al padre ni al hijo: que se vayan todos y que devuelvan lo robado.