Inflación: la gran preocupación de Biden

Mientras se esperan las nuevas estadísticas de inflación del mes de abril, Joe Biden salió a reconocer la gravedad de este problema para la economía interna de EEUU.

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President Joe Biden speaks about the war in Ukraine in the Roosevelt Room at the White House, Thursday, April 28, 2022, in Washington. (AP Photo/Andrew Harnik)

«Quiero que todos los estadounidenses sepan que me estoy tomado la inflación muy en serio y que es mi máxima prioridad doméstica», dijo Biden.

Se espera que la inflación de abril marque guarismos similares al de marzo: un 1,2%. Para los lectores argentinos, esta cifra debe parecer un error o un chiste. Pero, en Estados Unidos (y en el centro imperialista del mundo) este nivel de inflación es preocupante. Sólo hasta marzo, la inflación interanual acumuló un 8,5%. Es la tasa de inflación más alta desde 1981.

En algunos rubros estratégicos, la inflación resulta particularmente preocupante. El combustible, por ejemplo, llegó a un nuevo récord al alcanzar los 4,374 dólares por galón (3,7 litros). Ya acumula más de un dólar de aumento en el último año (en 2021, el precio estaba en 2,9 dólares por galón).

El remedio recesivo: ¿Peor que la enfermedad?

En lo inmediato, se prevé un aumento de las tasas de referencia de la Reserva Federal yanqui. Algunos funcionarios de la Reserva Federal ya han propuesto un aumento de las tasas de interés del orden del 1% o inclusive el 1,5%, para alcanzar el 2,5%.

Esto generará un encarecimiento del crédito y, en última instancia, una caída del consumo y la inversión. Se trata de una receta «recesiva» clásica: desacelerar la circulación comercial para bajar los precios. El problema es que esto repercutiría fuertemente en el bolsillo de los trabajadores estadounidenses.

El fantasma de la inflación recorre el mundo

Biden señaló también que «algunas de las causas de la inflación están fuera de nuestro control». Esta confesión de incompetencia por parte del presidente de la principal potencia imperialista del planeta no puede dejar de llamar la atención.

¿A qué se refiere Biden con «causas fuera de nuestro control»? En primer lugar, a las perturbaciones de las cadenas de suministro global de mercancías operadas por la pandemia. En segundo lugar, a las repercusiones inflacionarias de la guerra entre Rusia y Ucrania. Es sabido que la falta de los granos ucranianos y rusos disparó el precio de las commodities. Lo propio ha sucedido con la energía, un rubro en el que Rusia compite a nivel global (especialmente en los mercados europeos).

Viendo este panorama podemos darnos cuenta de que lo que preocupa a Biden no es tanto la inflación per sé sino el hecho de que la misma pueda correr fuera de su control. Sucede que la pandemia, así como la guerra en Ucrania, han dejado en evidencias las críticas «fisuras» que recorren el sistema capitalista globalizado de las últimas décadas.

Las cadenas de suministro de mercancías tal como son operadas bajo el capitalismo (con un criterio de ganancia rápida, sin mayores previsiones) quedan sumamente expuestas ante eventos como la pandemia. Por otro lado, el «desplante» de Rusia en Ucrania expresa el fracaso de las «estrategias de seguridad» de la OTAN de las últimas décadas y (hay que decirlo) la lenta decadencia de Estados Unidos en su papel de potencia dominante a nivel mundial.

Estos son (algunos de) los fantasmas que están detrás de la inflación global, y que parecen quitarle el sueño a Biden.

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