El país caribeño es uno de los más empobrecidos a nivel global, para el 2020 un 58% de su población se encontraba bajo la línea de pobreza (1). Además, carga con el peso de su inmensa deuda externa impuesta, en parte por Francia, en parte por Estados Unidos.
Ahora, lleva un año sumido en el caos. Luego del asesinato del presidente Jovenel Moïse las crisis del país se han incrementado, por demás, el proceso de investigación del magnicidio a día de hoy (más de un año después) se encuentra estancado.
Breve contexto histórico: La deuda expoliadora con Francia y Estados Unidos.
La república caribeña logró alcanzar en 1804 su independencia, tras un proceso de revolución llevado adelante por personas negras esclavizadas y mulatos contra el imperialismo francés. Sin embargo, ante tal derrota el imperialismo galo no se quedó pasivo, tras algunas décadas amenazaron al pueblo haitiano y les obligaron a pagar una suma de 150 millones de francos a modo de indemnización.
De hecho “los pagos hechos a Francia le costaron a Haití entre 21.000 y 115.000 millones de dólares en crecimiento perdido a lo largo del tiempo” (2). Las pérdidas del país no se quedaron allí, posteriormente, en 1915 sufrieron una invasión estadounidense.
Durante este periodo “Estados Unidos sería la potencia dominante en Haití al disolver el Parlamento a mano armada, matar a miles de personas y enviar una gran parte de los ingresos del país a banqueros en Nueva York” (2). Posteriormente también apoyaron la dictadura sangrienta de Duvalier que se extendió por 28 años.
Para el 2021 sobre Haití aún pesa la deuda externa por un monto de 4.302 millones de euros, lo que representa un 24,2% del PIB. Por lo cual, aun cuando ya pagaron la primera deuda con Francia, siguen sufriendo por una deuda expoliadora e ilegítima.
En los 2000 sufrieron una nueva invasión liderada por la ONU y Estados Unidos conocida como MINUSTAH que “Ya en 2005 produjeron una terrible masacre en la ciudad de Soleil provocando decenas de muertos incluyendo mujeres y niños” (3) sumado a esto, la ocupación de los cascos azules de la ONU dejó a muchas mujeres y niñas violadas.
La nueva crisis: entre las movilizaciones, la violencia de las pandillas y la asfixia económica.
Tras el asesinato de Moïse el estado caribeño volvió a caer en una profunda crisis, camino por el cual andaba poco antes del magnicidio, y que se agravó.
La economía del país se contrajo un 3% durante el 2020, “la alta inflación del 25% anual y se cree que seis de cada diez personas son pobres, o sea unos 6,3 millones, según un informe del Banco Mundial basado en la encuesta de salud y servicios humanos de 2012, la más reciente disponible” además, la pobreza extrema “afecta a más de 2,5 millones de ciudadanos, o una cuarta parte de la población, al tiempo que la ONG Acción Contra el Hambre dice que la mitad de sus habitantes vive bajo condiciones de inseguridad alimentaria crónica” (4).
Todos estos elementos, que ya venían desde tiempo atrás se han combinado con una crisis política, con un nuevo presidente que no fue electo por el pueblo y un parlamento agarrotado por la situación de las pandillas que han tomado mucho provecho de la situación.
Esto torna más complejo el panorama en el país, ya que, la crisis combina muchos elementos distintos: por un lado el descontento con el gobierno, el alto costo de la vida (la inflación ronda el 30%), la crisis alimentaria, sanitaria (con la vuelta del cólera) y el poco acceso a combustibles, junto a las disputas de grupos armados de pandillas por el control territorial.
Las manifestaciones se dan por la tortuosa situación económica y social, la violencia de las pandillas provoca que muchas personas terminen migrando, a esto se le suma la decisión del gobierno de eliminar el subsidio a los combustibles, lo cual lo encarecerá (por demás que ya es difícil acceder a estos).
Además, tras la petitoria de una intervención internacional por parte del gobierno haitiano las manifestaciones se han incrementado, y se han sumado consignas antiimperialistas.
Frente a esta medida “El Frente Unido de Transportistas y Trabajadores de Haití, así como la Coordinación Nacional de Trabajadores Haitianos (CNOHA) llamaron a los ciudadanos a mantenerse en casa para presionar al Gobierno a dar marcha atrás a la medida que, a su juicio, empobrecerá aún más a la población vulnerable” (5) además, también exigen que salga el gobierno provisional.
Hablando propiamente de las pandillas, es tal su poder dentro del Estado caribeño que controlan ciertas áreas, bien sea territoriales (ciertos lugares en torno a la capital, Puerto Príncipe, carreteras, etc.) o económicos como ocurre con el abastecimiento de combustibles.
Además cuentan con armas provenientes de los Estados Unidos, “Naciones Unidas estimaba en 2020 que hay más de 270.000 armas de fuego ilícitas en circulación en Haití, mientras que la Comisión Nacional de Desarme, Desmantelamiento y Reinserción (CNDDR) de Haití calculaba que esa cifra podía llegar a las 500.000” (6), estos armamentos suelen ser mejores que los manejados por el Estado.
Crisis Sanitaria: vuelve el Cólera
En medio de todo esto la situación se torna más aguda con el retorno del Cólera (una enfermedad bacteriana que provoca diarreas y fue introducida en la Isla por los cascos azules en el 2010). La enfermedad se da, principalmente, en lugares sin un adecuado saneamiento, acceso a agua potable o mediante las ratas.
Según se dio a conocer “Las zonas afectadas son inseguras y están controladas por bandas, lo que hace muy difícil recopilar muestras y demora la confirmación de laboratorio de casos y muertes”, expresó el director general de la OMS” (7) lo cual vuelve difícil llevar un control sobre la enfermedad.
Además, el desabasto de combustibles provocado por las pandillas también afecta el funcionamiento y la atención hospitalaria. Lo cual crea otros déficits, por ejemplo, en temas de vacunación.
Sobre esto, “A día de hoy, por ejemplo, solo el 41% de los niños haitianos han recibido la vacunación completa frente al sarampión y el 51% frente al polio. Esto está por debajo de los niveles recomendados y deja a Haití en un alto riesgo de más brotes” (7). Lo cual supone un alto riesgo para la población.
Otra arista que preocupa es la atención médica a las mujeres, en el Estado haitiano una de las formas de violencia comunes entre las pandillas son las violaciones a mujeres y niñas.
Junto a eso Haití es uno de los países con más muertes maternas y, en medio de la crisis, con un escaso acceso a servicios de salud hay “cerca de 85.000 mujeres actualmente embarazadas, de las cuales unas 30.000 darán a luz durante los próximos tres meses. en medio de la crisis que azota al país” (8).
Otras problemáticas que subsisten en torno a la crisis son los desplazamientos forzados de la población “Durante los últimos meses unos 17.000 habitantes de la capital se han visto obligados a abandonar sus hogares refugiándose en campamentos improvisados o en casa de familiares” (8). Y el acceso a los alimentos, dónde “alrededor de 4,7 millones de haitianos sufren de una aguda inseguridad alimentaria, de los cuales al menos 19.000 personas se encuentran por primera vez bajo “niveles catastróficos de hambre”, lo que significa que comen una sola vez al día” (9).
¡No a la invasión imperialista!
Frente a esto el gobierno provisional de Ariel Henry solicitó “el despliegue inmediato de soldados extranjeros en respuesta a los actos de pandillas y manifestantes que han paralizado el país” (10).
A esto se unió rápidamente la ONU y los Estados Unidos “Guterres pide un acceso inmediato y sin restricciones sobre el terreno para facilitar la entrega de combustible. El suministro de combustible está bloqueado en el puerto desde mediados de septiembre, lo que ha limitado la capacidad de las Naciones Unidas y otras organizaciones para responder a una crisis humanitaria cada vez más grave” (11).
Esto da cuenta de la intención del imperialismo estadounidense de protagonizar una nueva invasión sobre el Estado caribeño, e incluso su vecina República Dominicana ya ha movilizado parte de sus tropas a la frontera con Haití, para evitar el paso entre ambos países.
Haití ya en el pasado fue protagonista de una de las mayores proezas al protagonizar una revolución antiesclavista que puso en jaque a todo ese sistema -con particularidad a los esclavistas brasileños. Al mismo tiempo, las constantes invasiones imperialistas en la isla han demostrado que los intereses de estas potencias son contrarios a los del pueblo haitiano.
Por lo cual repudiamos el intervencionismo estadounidense en la isla y su intención imperialista. La salida progresiva para el pueblo haitiano es por abajo, refundando el país sobre nuevas bases anticapitalistas.
Notas.
2 The New York Times. https://www.nytimes.com/es/2022/05/20/espanol/haiti-deuda-francia-reparaciones.html
3 CLATE. https://clate.net/destacados/haiti-por-200-anos-objeto-del-odio-de-las-potencias/
4 France 24.com. https://www.france24.com/es/programas/econom%C3%ADa/20210708-haiti-crisis-economica-dolares-diarios
5 Sputniknews. https://sputniknews.lat/20220926/huelga-general-y-protestas-por-aumento-en-los-combustibles-paralizan-capital-de-haiti-1130883517.html
8 ONU Noticias. https://news.un.org/es/story/2022/08/1513012
9 France 24.com https://amp.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20221014-4-7-millones-de-haitianos-sufren-de-una-aguda-crisis-alimentaria-seg%C3%BAn-el-pma
10 Emol.com. https://www.emol.com/noticias/Internacional/2022/10/12/1075349/haiti-crisis-intervencion-extranjera-onu.html
