Francia: Movilizaciones masivas contra el pase sanitario de Macron

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  • Macron busca sancionar de manera autoritaria a los trabajadores que no estén al día con las dosis de la vacuna contra el covid. Instrumentaliza la pandemia para perseguir con suspensiones y despidos a los trabajadores.

Santiago Follet

En las últimas semanas, movilizaciones masivas colmaron las calles francesas a pesar del receso estival. Miles de manifestantes se movilizaron contra la implementación de la ley del nuevo “pase sanitario”, una iniciativa del gobierno de Macron que busca sancionar de manera autoritaria a aquellos trabajadores que no estén al día con las dosis de la vacuna contra el covid. Se trata de un plan que instrumentaliza la pandemia para perseguir con suspensiones y despidos a los trabajadores, como si fueran ellos los culpables de un desastre sanitario que acumula más de 110.000 muertes, cuya responsabilidad le atañe al propio gobierno.

Contra el autoritarismo del gobierno de los ricos

Esta ofensiva se enmarca en una avanzada general contra las libertades democráticas que venimos observando desde los comienzos de la pandemia. Podemos decir que la ley del pase sanitario continúa con la lógica represiva de la ley “separatismo” y de la ley de “seguridad global”, así como del “estado de emergencia sanitario” y de los numerosos toques de queda. Es decir, un tratamiento securitario de la crisis sanitaria, aprovechando la situación para imponer medidas que atentan contra los derechos de los trabajadores.

Elocuentes son las declaraciones de Olivier Véran, ministro de salud, que en los últimos días dijera que “se viene un tiempo en el que estas personas no podrán darse el placer de hacer huelga”, en referencia a los trabajadores de la salud que se oponen a las medidas gubernamentales.

Además, el pase sanitario adoptado por el parlamento implica restricciones para los desplazamientos y para el acceso a lugares públicos, como restaurantes, bares o centros comerciales, cines y teatros, o residencias de personas mayores para realizar visitas familiares. Al mismo tiempo, se estipula la suspensión sin goce de sueldo a aquellos trabajadores de la salud y algunos otros sectores que no posean su carnet de vacunación de covid al día. El paquete antisocial se completa con la aprobada reforma del seguro de desempleo, que recorta las ayudas a los desempleados en tiempos de crisis económica y con la reforma jubilatoria, puesta en “stand by” al inicio de la pandemia luego de meses de una huelga histórica, que el gobierno promete retomar. Las personas que renuncien a sus trabajos a causa de la suspensión de su contrato sin goce de sueldo por no cumplir con la reglamentación del pase sanitario no serán elegibles para cobrar seguros de desempleo para los cuales llevan cotizando toda su vida.

Estas medidas afectan principalmente a dos grandes sectores que lucharon contra el ajuste: los trabajadores de la salud y los trabajadores de la cultura. Otro sector también movilizado por esta reivindicación es el sector gastronómico y de eventos, que emplea una porción grande de juventud en París. En ese sector los contratos suelen ser precarios (de 3 o 6 meses) y para ese tipo de contrataciones la ley de pase sanitario propone el despido directo por causa atribuible al empleado que no se vacune.

Ni extrema derecha, ni complotismo “anti-vacunas”

La lucha por las libertades democráticas no puede darse de una forma individualista abstracta y mucho menos puede darse bajo las banderas de la rancia extrema derecha reaccionaria. La instrumentalización política por parte de algunos sectores oportunistas, entre los que se destaca Florian Philippot (ex diputado del Frente Nacional), debe ser rechazada y repudiada en cada una de las manifestaciones. Porque es un contrasentido que estos sectores fascistas pretendan apropiarse de la movilización social en nombre de la “libertad”.

Asimismo, es peligroso que la oposición a las medidas autoritarias de Macron redunde en confusionismo complotista y anti-vacunas. Porque si bien estamos en contra de que se castigue a los trabajadores por la crisis sanitaria y económica, la oposición a las vacunas como método de combate al virus es una posición anticientífica que atrasa siglos. Por eso es necesario que estos sectores no sean los que hegemonicen las movilizaciones contra las medidas autoritarias de Macron, sino que por el contrario sea la clase trabajadora, con sus partidos y sindicatos, la que se ponga al frente de la pelea contra la política del gobierno.

Por una verdadera política sanitaria. Por la vacunación, sin persecución a los trabajadores

En tiempos de crisis sanitaria y económica, el gobierno de Macron no ha realizado ninguna medida en favor de preservar la salud de la población que pudiera afectar los intereses de los grandes capitalistas. Más bien al contrario, no hubo ninguna sanción a los empresarios que despiden, pero sí se destinaron subsidios millonarios para cubrir a las empresas. También el gobierno se opuso a poner los recursos disponibles a favor de la salud de la población por medio de la requisición de las empresas capaces de producir vacunas o de la liberación de las patentes.

Para combatir lo que se anuncia como la cuarta ola de la pandemia en Europa, se necesita una vacunación que sea amplia y masiva. También es necesario que se garantice la gratuidad de los tests PCR y de antígenos. Que en vez de perseguir a los trabajadores de la salud, se aumenten sus salarios, se contrate más personal y se mejore la capacidad hospitalaria vía un aumento del presupuesto para la salud pública. Es necesario que se retiren las reformas del desempleo y las jubilaciones. Nos oponemos a los despidos, las suspensiones y a toda persecución a los trabajadores.  En definitiva, que la salud de la población se ponga en el centro de las necesidades.

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