• En una entrevista realizada desde el palacio del Elíseo en el marco de los eventos del 14 de julio, Macron defendió su programa de ajuste y trató de “peligro para la democracia” a quienes lo rechazan.

Dani L.

En la entrevista brindada en el 14 de julio Macron fue consultado por el reciente cambio del gabinete de ministros, en especial por la figura del primer ministro saliente Édouard Philippe, quien es percibido como una figura positiva por sectores de la población, hecho constatado en su reciente elección como alcalde de Havre. Macron respondió que era necesario cambiar de estrategia ante un “mundo nuevo”  a la salida de la crisis y para eso era indispensable cambiar las figuras que la llevarían a cabo.

Repreguntado acerca de los perfiles idénticos de derecha de sus dos primeros ministros, Castex y Philippe, el presidente respondió que piensa que son diferentes. Pero los propios periodistas y la sociedad entera ya advierten que no existe ningún nuevo gobierno. Esto se debe a que Macron sostiene el plan económico con el mismo ministro de economía y con las mismas figuras de derecha de antes la crisis para que los poderosos de Francia no paguen el costo de las consecuencias económicas de la pandemia.

Consultado por el nombramiento de Gérald Darmanin como ministro del interior, quien cuenta con acusaciones de violación, uno de los crímenes más graves en el ordenamiento jurídico francés, Macron respondió que existe la presunción de inocencia y que Darmanin ha sido absuelto de dos causas de este tipo, desconociendo que existe actualmente una causa abierta contra el ministro. Esta designación es un verdadero ataque al movimiento feminista que rápidamente se movilizó el viernes 10 en todo el país para exigir la renuncia de Darmanin. De manera hipócrita, Macron prometió destinar presupuesto para combatir la violencia, aumentar los albergues para víctimas y la atención del teléfono 3919 para que atienda las 24 hs. Todas promesas vacías cuando pone a un acusado de violación al frente de una policía que no se cansa de no tomar denuncias de mujeres y de violentar manifestantes de las “causas justas”, como el propio presidente las llama.

Durante su entrevista se refirió una y otra vez a argumentos supuestamente de la “democracia” para sostener que no va a tolerar el autoritarismo y los discursos radicalizados, haciendo un nuevo llamado a la unidad nacional. Lo que todos sabemos es que el primer antidemocrático y autoritario es él, quien responde a la protesta social con policía y represión, quien realiza reformas como la jubilatoria denostadas por el pueblo utilizando mecanismos antidemocráticos como el artículo 49.3. Su estategia es señalar como antidemocráticos a todos aquellos que se oponen a sus políticas neoliberales, equiparando la amenaza de terrorismo a cualquier cuestionamiento que se realice a su plan de gobierno y siendo intransigente con lo que define como “discursos de odio”.

Las explicaciones del presidente de Francia se chocan fuertemente con la realidad que se expresa en las calles del país. Como en este 14 de julio, cuando una bandera con la consigna “detrás de los homenajes Macron asfixia al hospital” sobrevoló las inmediaciones de los Campos elíseos mientras se desarrollaba el tradicional desfile militar. Horas más tarde miles de trabajadores de la salud se manifestaron por la defensa del hospital público y este sábado 18 tendrá lugar una nueva manifestación contra las violencias policiales y en defensa del clima. Los reclamos se acumulan en todos los frentes contra un gobierno que aunque intente cambiar de imagen sigue sosteniendo el mismo programa reaccionario de beneficio a los ricos y de ajuste y despidos para los trabajadores. Es necesario seguir movilizándose para que los diferentes sectores en lucha se unifiquen en la pelea contra el gobierno autoritario de Macron.