Francia: Condenan al ex presidente Nicolas Sarkozy a tres años de prisión

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  • El expresidente francés Nicolas Sarkozy (Les Republicains) fue condenado este lunes a tres años de cárcel, dos en suspenso y uno en domiciliaria con tobillera electrónica, por “corrupción y tráfico de influencias”.

Gala Chilavert

El tribunal dictaminó que efectivamente hubo un «pacto de corrupción» entre el ex mandatario de derecha, de 66 años, su abogado Thierry Herzog y el ex magistrado Gilbert Azibert. Por ello, condenó a todos a tres años de cárcel, uno de ellos de cumplimiento efectivo, tal como informó la agencia de noticias francesa AFP.

Nicolas Sarkozy, quien fue presidente de Francia de 2007 a 2012, fue declarado culpable de intentar sobornar al juez Gilbert Azibert en el año 2014. El caso es conocido popularmente como el «caso de las escuchas». En el marco de una  investigación por el origen de los fondos que financiaron su campaña, los teléfonos de Sarkozy y su abogado Thierry Herzog fueron intervenidos en el año 2013.

A partir de allí descubrieron que los dos hombres prometieron al entonces juez del Tribunal Supremo, Gilbert Azibert, un puesto de alto rango en Mónaco, a cambio de información sobre la investigación de las denuncias que pesaban contra Sarkozy por haber aceptado pagos ilegales de la heredera de la empresa L’Oreal, Liliane Bettencourt, para su campaña presidencial de 2007.

Esta decisión de la justicia puede sentar un precedente desfavorable para Nicolas Sarkozy, quien se enfrenta a un segundo juicio previsto para el 17 de marzo en otro caso, llamado «Bygmalion», relativo a los gastos de su campaña presidencial de 2012.

La vida política de este fiel exponente del personal político capitalista y parásito está plagada de escándalos de este estilo. Además, están pendientes las investigaciones sobre una indemnización pagada al ex ministro y empresario Bernart Tapie por el encargo de encuestas sin concurso público en su período presidencial o en las ventas de helicópteros a Kazajistán y de armamento a Pakistán.

Una de sus políticas más repudiadas y recordadas fue la reforma provisional del 2010 que desató enormes manifestaciones, bloqueos y huelgas entre la juventud trabajadora y el movimiento obrero organizado. Su vocación siempre fue la de servir a los intereses de la clase dominante y de allí que se ligara íntimamente a lo más podrido de los manejos de la política y el régimen capitalistas.

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