Estados Unidos: juez trumpista prohibe la píldora con que se realizan el 50% de los abortos

Un fallo judicial podría revocar la legalidad de la mifepristona, droga con la que se realizan el 50% de los abortos en EEUU. Un nuevo ataque al derecho a la interrupción legal del embarazo.

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Continúa la cruzada anti – aborto de la derecha republicana. Matthew Kacsmaryk, juez conservador de Texas, emitió un fallo el pasado viernes en el que revoca la aprobación de la droga mifepristona, una píldora con la que se realizan más del 50% de las interrupciones voluntarias del embarazo en los Estados Unidos.

La droga había sido aprobada por la FDA (Food & Drugs Administration – Administración de Drogas y Alimentos) en el año 2000. Ahora, ese fallo está siendo desafiado por la Alliance for Hippocratic Medicine, una organización anti – aborto gerenciada por grupos de la derecha protestante norteamericana. Su representación legal es llevada adelante por el Instituto Primera Libertad (First Liberty Institute), una famosa ONG cristiana con 50 años de trayectoria en Estados Unidos. En términos concretos, se trata de un buffet de abogados dedicados a llevar hasta la Corte Suprema casos en los que se intenta sentar precedente a favor de la injerencia de la iglesia protestante dentro de la vida pública y estatal.

El mismo día que se hizo público el fallo contra la mifepristona, un juez federal de Washington realizó un contra – fallo que obliga a la FDA a mantener momentáneamente la distribución de la droga en 16 estados y el Distrito de Columbia. De todas formas está contemplado un período de stand by de una semana durante el cual el gobierno federal está capacitado para impugnar el fallo de Kacsmaryk. Pero el precedente es muy peligroso para los derechos reproductivos de millones de personas y ya se desató una polémica nacional dentro de la opinión pública estadounidense (y del gobierno de Biden).

El avance anti derechos

No es casual que el juez que motorizó el fallo anti – aborto esté establecido en el distrito de Texas, uno de los bastiones históricos de la derecha norteamericana desde la época del esclavismo algodonero hasta nuestros días. Tampoco es casual que dicho juez haya sido propuesto y afirmado en su cargo por Donald Trump en 2017 y 2019, respectivamente.

El intento de revocar la aprobación de la mifepristona se da en el contexto de una larga cruzada de los sectores anti – aborto durante el último año. Cruzada que viene teniendo al Partido Republicano y, especialmente, al Poder Judicial como protagonistas. Todo comenzó con la revocación del histórico fallo Roe vs. Wade, que legalizó de hecho el aborto en 1973. Con ese precedente, varios estados republicanos avanzaron en la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo.

La prohibición de la mifepristona es un intento de dar un paso más. Sin cambiar oficialmente la legislación sobre el tema aborto (la revocación invoca pretextos médicos aunque no existe evidencia científica que los ampare), la derecha yanqui intenta evitar de facto el acceso al aborto de millones de mujeres y personas gestantes. Las estadísticas señalan que esta droga actúa en más del 50% de los abortos realizados en el gigante norteamericano. En 2019, el total de interrupciones legales del embarazo fue de 629.898. Estamos hablando de que unas 300.000 mujeres podrían perder el acceso a este derecho fundamental cada año, simplemente por la falta de un insumo farmacéutico.

La interna demócrata

Tras la bomba judicial lanzada por Kacsmaryk estalló la interna del Partido Demócrata. El Departamente de Justicia (DOJ) de la administración Biden presentó una apelación contra el fallo del juez texano este lunes, argumentando que dicha sentencia «socavará la capacidad de la Administración de Drogas y Alimentos para determinar la seguridad de los medicamentos y negará a las mujeres acceso a pastillas abortivas».

Pero el ala izquierda de los demócratas presionan al gobierno para dictaminar lisa y llanamente el veto de la sentencia. «Esta sentencia devastadora no tiene base alguna en la ley y prohibirá el método de aborto más común en todos los estados», dijo desde twitter el senador demócrata Ron Wyden.

 

«El presidente Biden puede y debe ignorar este fallo y mantener la mifepristona en el mercado y accesible para toda mujer en América», continúa el tweet. Similar posición presentó la diputada neoyorquina Alexandra Ocasio – Cortez.

Pero los portavocer de Biden descartaron esta posibilidad. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean – Pierre, dijo que invalidar un fallo judicial podría sentar «un peligroso precedente» en términos legales. Una formulación bastante tibia teniendo en cuenta la gravedad que podría tener el fallo de Jacsmaryk de ser reafirmado por la Corte Suprema. Cabe mencionar que se trata de la misma Corte Suprema que derogó Roe vs Wade el año pasado, y que 3 de sus 9 jueces fueron nombrados por Trump en persona.

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