Elon Musk, ciencia y técnica capitalistas

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  • El físico multimillonario y CEO de Tesla Motors y SpaceX, un explotador capitalista que apoyó a Donald Trump y también reivindicó el golpe de Estado en Bolivia.

Virginia Bertoldi

Seguramente hayan escuchado sobre un multimillonario que tiene un proyecto para colonizar Marte, un sudafricano que hace años fabrica sus propios cohetes y que a principios del 2020 lanzó su primer flota de satélites Starlink al espacio. Se trata de Elon Musk, el físico multimillonario y CEO de Tesla Motors y SpaceX.

Además de acumular una fortuna de más de 43 mil millones de dólares y ser una eminencia del capitalismo del siglo XXI, Elon Musk  ha recibido decenas de premios por sus innovaciones tecnológicas. Es un señor que ambiciona llegar hasta donde le dé solo para demostrar que puede hacerlo, por su iniciativa… y por su abultada billetera.

Es uno de los mejores ejemplos de la ideología del «capitalismo emprendedor» que justifica la explotación capitalista presentando a un grupo de individualidades «geniales» que habrían cambiado al mundo a partir de ideas e invenciones salidas de sus cabezas ya formadas y adultas como Atenea nacida adulta de la cabeza de Zeus. La realidad es que Musk y personajes similares (como Bill Gates, Steve Jobs, etc.) supieron aprovechar de un modo capitalista el trabajo, la ciencia y los avances producto de las cabezas y las manos de decenas y cientos de personas. Se trata de un aprovechamiento individual de un trabajo y desarrollo colectivo. Una vez ya «normalizada» esa nueva rama, los márgenes para nuevos ricos se acortan y los que lo aprovecharon en su momento debido suelen monopolizar toda nueva innovación y el subsiguiente enriquecimiento. Ponen así bajo su control a ejércitos de ingenieros y trabajadores que hacen con sus cabezas y sus manos las nuevas tecnologías mientras el cabecera de la empresa puede presentarse a sí mismo como el responsable e inventor de todo lo nuevo lanzado al mercado mientras se dedica a cotizar en bolsa y contar sus billetes y mansiones.

En el marco del capitalismo, el surgimiento y ascenso de nuevas ramas de la economía (recientemente, la informática) deja abierta la puerta a que individuos advenedizos asciendan a la condición de ricos explotadores a partir de una combinación de iniciativa, capacidad para hacer aportes propios y aprovechar ajenos para beneficio propio, olfato advenedizo para los negocios y (por último pero no menos importante) una buena educación, situación económica y buenos contactos con sectores ya consagrados del mundo burgués.

También suele ser destacado por su filantropía. Es uno de los multimillonarios que firmaron The Giving Pledge, un acuerdo moral para donar parte de su fortuna a la beneficencia; donó cientos de miles de dólares a una zona en Michigan, USA, con agua contaminada con plomo; también creó un programa para donar los sistemas de energía solar que fabrican en Solar City en zonas de desastres ambientales; y la lista sigue…

Pero como todo multimillonario, por más científico e inventor que sea, sigue siendo un capitalista que vive a costa del trabajo ajeno. Y esto se puso en evidencia con crudeza con el estallido de la pandemia. Mientras las cifras de desempleo crecen en todo el mundo, Musk es uno de los multimillonarios que han hecho crecer sus ganancias en plena crisis mundial. A pesar de autodenominarse como un hombre “progresista en lo social”, se ha pronunciado en contra de la cuarentena; y a pesar de haber acusado fascistas a las medidas de la cuarentena por restringir las libertades individuales, en realidad lo que defendía eran sus intereses individuales capitalistas, a tono con sus  declaraciones golpistas y anticomunistas en sus redes sociales.

Un científico capitalista

En abril, cuando el coronavirus ya estaba en plena expansión en el continente americano, el CEO de Tesla Motors ya se posicionaba en contra de las medidas de aislamiento obligatorio. Lo definió como “encarcelamiento forzado de las personas en sus hogares, en contra de sus derechos constitucionales”. La fábrica de autos eléctricos de Fremont, California tiene 10.000 empleados, y allí tuvo cruces con las autoridades locales, donde argumentaba en términos de pérdidas/ganancias y restándole importancia al virus.

“Están destruyendo las libertades de las personas en formas tan horribles y erróneas, que no tienen nada que ver con las razones por las que la gente vino a América y construyó este país”, declaró Musk. Por eso amenazó a las autoridades: si él no tenía permitido reabrir, entonces debería mudar la planta[1] y dejar sin fuente de trabajo a las 10 mil personas que trabajan en Fremont. Es que si los empleados tienen prohibido salir de sus casas, entonces ¿dónde queda su derecho a explotar trabajadores? A quién se le ocurre que él deba perder apenas uno de los miles de millones de dólares que tiene. Preferible es que la gente muera por propagar el Covid en sus plantas o se quede sin trabajo en la calle.

Desde el directorio de Tesla enviaron unos amigables mails a sus empleados donde les anunciaban que eran libres de no presentarse a trabajar, pero que si optaban por esa opción, entonces se reduciría su “elegibilidad” para seguir trabajando y tampoco se les iba a pagar licencia por cuarentena.[2] Finalmente la planta reabrió en Mayo.

Mientras el desempleo se cuenta en millones, Musk fue de las pocas personas que lograron hacer crecer su fortuna en el segundo trimestre del año. La firma estadounidense Tesla contabilizó un beneficio neto atribuido de 104 millones de dólares al cerrar el segundo trimestre.[3] ¿Cómo? Primero porque a medida que va avanzando la producción de autos eléctricos va recibiendo más sumas millonarias, aumentan las acciones y la capitalización de mercado, pero también recortando salarios y suspendiendo sin goce de sueldo a miles de trabajadores.

Amigo íntimo del imperialismo

La cuenta de Twitter de Elon Musk es una catarata de provocaciones. La peor declaración que hizo en la red social fue la reivindicación al Golpe de Estado en Bolivia.

“En mi opinión, otro paquete de estímulo del gobernador no está en el interés de las personas” escribió, pero inmediatamente le respondieron “¿Sabés qué no estaba en el interés de las personas? El gobierno de Estados Unidos organizando un golpe contra Evo Morales para que vos puedas obtener el litio de allá”. A lo que Musk dijo abiertamente “Vamos a hacerle golpes a quienes queramos, bancatela”. El tweet fue eliminado, pero Evo Morales no tardó en advertir que el golpe de estado fue por el litio que Musk utiliza para fabricar baterías para sus autos eléctricos.

 

 

Que lo haya twitteado en primera persona no es casual, ni es inocente que se haya incluido como parte del gobierno de los Estados Unidos. Su empresa Space X, que se dedica a fabricar cohetes con el objetivo de crear un transporte interplanetario para llegar a Marte, depende de la financiación de la NASA, donde aportó 25 mil millones de dólares el año pasado. Musk también es amigo de Trump y en otra ocasión hizo alusión al rojo de la campaña republicana, haciendo referencia a la escena de Matrix en que Neo tiene que elegir entre la pastilla azul y la roja, escribió “Tomá la pastilla roja”. Un tweet que fue replicado por Ivanka Trump, la hija de Donald.

 


 

[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52635333

[2] https://www.theguardian.com/technology/2020/may/12/tesla-workers-unemployment-benefits-emails

[3] https://www.libremercado.com/2020-07-23/tesla-cierra-el-segundo-trimestre-con-ganancias-a-pesar-de-la-pandemia-del-coronavirus-1276661460/

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