EEUU: el falso juicio político a Trump culmina en absolución

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  • Se necesitaban 67 votos para condenar a Trump por el movimiento golpista del pasado 6 de enero, se alcanzaron 57 positivos contra 43. La farsa de los demócratas y la impunidad.

Redacción

Es evidente que los demócratas en ningún momento buscaron que el juicio termine con la condena del principal responsable del movimiento fascistoide que irrumpió en el Capitolio cuando el Congreso se aprestaba a sancionar los resultados de las elecciones del pasado noviembre. Los requisitos puramente institucionales eran claramente insuficientes y desde el principio los impulsores lo sabían. Sin movilización no se podía llevar a término ni mucho menos ponerle un freno a las hordas proto fascistas.

El propio Biden intentó que lo que sucedía en el Congreso tuviera las menores repercusiones posibles. La discusión en el senado duró apenas cinco días y el nuevo gobierno se encargó de que su impacto político fuera insignificante.

Llevar a término el impeachment implicaba impulsar la movilización, pues era necesario torcer los mecanismos institucionales que tienen por ruedas principales tanto a demócratas como republicanos. Entre estos últimos hay muchos viejos funcionarios de su establishment que ven con desagrado la actual hegemonía sobre su partido del trumpismo pero no están dispuestos a romper con su base social ultra reaccionaria. Y, por su parte, los demócratas son aliados en última instancia de los republicanos en la defensa de la institucionalidad de la democracia imperialista.

Apelar a las calles, a la fuerza de la rebelión de mediados del 2020, era un paso que no estaban dispuestos a dar. Abrirle las puertas a una nueva movilización de los oprimidos implicaba un nuevo cuestionamiento tanto a demócratas como a republicanos. Se trataba de un paso demasiado peligroso. El juego de los demócratas era simplemente hacer como que hacían algo frente al escándalo de la toma del Capitolio, mirada con indignación por millones.

Luego de conocer los resultados, Trump posó de víctima, dijo ser víctima de una «caza de brujas» y afirmó que la historia de su movimiento apenas está empezando. En efecto, si se permite que el movimiento golpista que puso en entredicho los derechos democráticos de las mayorías populares, los grupos proto-fascistas que siguen a Trump sólo pueden ir ganando más peso en el Partido Republicano. Así, el episodio del Capitolio podría ser apenas el comienzo de una historia más larga, que tendrá nuevas manifestaciones en el futuro. Los demócratas le regalaron un triunfo político a Trump después de su derrota electoral.

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