- Fue impulsado por el bloque de los Demócratas. El establishment busca limpiar su imagen en Latinoamérica y desligarse de uno de los mayores crímenes contra antidemocráticos perpetrados por el imperialismo en los últimos años.
Renzo Fabb
La cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una ley en donde insta al gobierno de Joe Biden a investigar a la OEA por su rol en el derrocamiento de Evo Morales.
Es la Ley de Asignaciones de Fondos para Operaciones en el Extranjero, que ahora deberá refrendarse en el Senado. Su aprobación en la Cámara baja incluyó un pedido de informe al Departamento de Estado sobre el rol que jugó el organismo continental en el golpe de 2019.
Impulsado por los representantes del Partido Demócrata, el pedido expresa la intención de desligar a EE.UU. de la alevosa complicidad que jugó la OEA en el golpe.
En medio de amotinamientos policiales y de que las FF.AA. bolivianas le «sugieran» a Morales abandonar el poder, la OEA denunció supuestas irregularidades en la elección que había dado ganador nuevamente a Evo. El Golpe se concretó el 10 de noviembre de 2019.
Además, apenas asumido el gobierno de facto de Jeanine Añez, la OEA intentó por todos los medios reconocer la legitimidad del nuevo gobierno. Mientras tanto, el régimen reprimía y perpetraba matanzas contra cientos de personas que se movilizaban en rechazo al golpe.
A pesar de los centenares de denuncias de violaciones a DD.HH. y de las masacres de Senkata y Sacaba, la OEA insistió con reconocer al gobierno de facto.
En diciembre de ese año, el organismo presidido por Luis Almagro publicó un informe donde se detallaban las supuestas maniobras «maliciosas» y «deliberadas» por parte de Morales para manipular la elección a su favor. Sin embargo, otros informes independientes y veedores internacionales desestimaron las conclusiones que publicó la OEA.
Ahora, la Cámara de Representantes busca averiguar si estas maniobras implicaron una participación activa y deliberada por parte del organismo en favor del derrocamiento de Morales y en apoyo a Jeanine Añez, quien ahora está en prisión.
Resta saber qué resolverá el Senado al respecto.
Lavada de cara
En realidad, para cualquier persona de a pie está claro que Almagro y la OEA apoyaron el golpe. No hay mucho que «investigar», simplemente viendo el accionar público del organismo en el momento de los hechos y los meses posteriores, su complicidad está más que evidenciada.
Por otra parte, es ampliamente sabido que la OEA es poco más que un apéndice del Departamento de Estado. De larga tradición cipaya y proimperialista, la Organización funciona en los hechos como enclave de los intereses de EE.UU. disfrazado de organismo multilateral.
Pero la alevosía con la que fue realizado el golpe de Estado, imposible de ponerle algún disfraz «institucional», hace que una parte del establishment político estadounidense necesite lavarse la cara para no quedar «pegado» al golpismo y pintarse de democráticos. El costo político es demasiado grande.
La ejecución y/o apoyo de Estados Unidos a golpes de Estado en Latinoamérica tiene una larga data, y el de Bolivia no fue la excepción. Los Demócratas, con presiones provenientes de un sector más democrático y menos reaccionario de la sociedad yanqui, necesitan mostrarse distintos frente al sector más descarnadamente derechista expresado en los Republicanos y en el propio Trump, que apoyó el golpe en su momento.
Pero esta diferencia es superficial. Ambos sectores expresan distintas facetas del mismo imperialismo que ataca los más elementales derechos democráticos en todo el mundo.
