Discurso reaccionario de Macron: la militarización no es solución a la pandemia

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  • Macron anunció el cierre de las fronteras del espacio Schengen consensuado con el resto de la Unión Europea, la movilización general de las fuerzas armadas en todo el territorio, el armado de hospitales de campaña en las zonas más afectadas, la prohibición de desplazamientos y reuniones en espacios públicos y privados y una serie de medidas económicas de apoyo a empresarios mientras dure la crisis.

Por Socialismo o Barbarie Francia

El presidente de la República Francesa acaba de “declararle la guerra” al corona virus a través de un comunicado en cadena nacional. Macron anunció el cierre de las fronteras del espacio Schengen consensuado con el resto de la Unión Europea, la movilización general de las fuerzas armadas en todo el territorio, el armado de hospitales de campaña en las zonas más afectadas, la prohibición de desplazamientos y reuniones en espacios públicos y privados y una serie de medidas económicas de apoyo a empresarios mientras dure la crisis. Además, proclamó la suspensión de la segunda vuelta de las elecciones municipales y la suspensión de todas las reformas en curso, incluida la reforma jubilatoria.

 

Un discurso hipócrita sobre la salud pública

Ante el aumento de los casos registrados en Francia, ya no solo en las primeras regiones afectadas por el COVID-19 sino a nivel generalizado en el país, Emmanuel Macron se dirigió por primera vez a la población el jueves 12 anunciando una serie de medidas paliativas del contagio y propagación del virus. Instó a todos aquellos que pudieran realizar sus tareas laborales desde sus hogares a quedarse en su casa y prometió que el Estado destinaría fondos para cubrir el salario de desempleo de todos aquellos que se quedaran en sus residencias. Prorrogó la tolerancia invernal ante los desalojos hasta el mes de mayo y se pusó declamativamente al frente del desarrollo científico y tecnológico que pudiera avanzar en una cura para la enfermedad provocada por el COVID-19. Destacaba en su discurso los llamados a la tranquilidad, a la unidad y paz social, y sobretodo a la salida europea a esta crisis. Asimismo insistió una y otra vez en esta alocución en la necesidad de apoyarse en el baluarte del sistema de salud público del país y en desarrollar medidas sanitarias que garanticen las necesidades de la población “más allá de los intereses del mercado”.

Su anuncio grandilocuente en palabras se da de bruces con la política ultraliberal de desmantelamiento del servicio público que ha llevado a cabo hasta el momento. Los trabajadores de la salud franceses han estado desarrollando huelgas y movilizaciones contra la precarización laboral que sufren y el recorte del gasto en los servicios de salud que afectan la calidad del servicio y las condiciones del trabajo. En la página del colectivo “L’Inter-urgences[1] refieren las principales reivindicaciones del movimiento de trabajadores de todos los niveles de la salud iniciado el pasado 13 de marzo de 2019: 1) un aumento salarial de 300 euros para todos los trabajadores, 2) el cese del recorte presupuestario que conllevaba el cierre de lugares de trabajo y el recorte de camas disponibles y 3) el pase a contrataciones regulares de todos los contratados de manera precaria. Se trata de uno de los sectores que se ha mantenido activo durante todo el 2019 y ha mostrado dinamismo durante la lucha y huelga contra la reforma de las jubilaciones desarrollada en los últimos meses y que ha continuado con acciones sectoriales también por reivindicaciones propias. Uno de los reflejos claros ante las hipócritas declaraciones presidenciales fueron los carteles viralizados por las redes sociales de enfermeros señalando “Macron bien puede confiar en nosotros”, implicando que los trabajadores, en cambio, no le otorgan ninguna confianza al presidente.

Un gobierno impopular que busca legitimarse en medio de la crisis

En su primer anuncio del jueves 12 de marzo donde a todas luces se refería a la necesidad de no cerrar las fronteras francesas (como pedía Le Pen), Macron buscó ponerse al frente de una coordinación mundial pero principalmente europea para enfrentar la crisis del COVID-19. Macron refirió a la asistencia en términos de una “colectividad” europea que no existe. El proyecto de la Europa unificada como salvación capitalista ha entrado en crisis desde hace ya varios años siendo una de sus más marcados indicadores la salida de la comunidad europea del Reino Unido. Día a día desde el inicio de la pandemia y la crisis italiana cada uno de los países de la comunidad fue cerrando sus fronteras. Pero la crisis es tal que finalmente el conjunto de los países europeos acordó declarar el cierre del espacio Schengen que Macron estaba pidiendo, en una movida que le sirve políticamente para intentar legitimarse a nivel internacional.

En el plano interno, los casi tres años de gobierno de La República en Marcha han constituido una avanzada capitalista neoliberal y reaccionaria que ha contado con la emergencia de masivos movimientos sociales de resistencia contra el presidente. Tal es así que la explosión de la rebelión de los chalecos amarillos y la reciente lucha contra la reforma jubilatoria han sido los principales ejes de la agenda política francesa que ha desgastado fuertemente la imagen del “presidente de los ricos”. Hace apenas unas semanas atrás Macron anunciaba la utilización del artículo 49.3 para suspender el debate parlamentario y hacer “pasar por decreto” una reforma jubilatoria neoliberal que todo el mundo detesta.

Y ahora este mismo presidente busca apelar a una unidad nacional entre trabajadores y empresarios, entre el gobierno y el movimiento social que ha debido salir a las calles para enfrentarse contra sus políticas insoportables, recibiendo a cambio nada más que represión y más represión. Y lo hace en el marco de un cambio rotundo en la situación política que da lugar a una nueva coyuntura en la que el gobierno quiere aprovechar la pandemia para reacomodarse luego de meses de huelgas y movilizaciones de masas que lo tenían contra las cuerdas. De allí se entienden la promesa de “suspender” las reformas en curso y los anuncios tendientes a garantizar el “salario por desempleo parcial” o de suspender alquileres y pagos de servicios de luz y agua, entre otras promesas que son contrarias a su programa pero que buscan ganarse el favor de la población en tiempos de crisis.

Rechazamos el autoritarismo del gobierno y la militarización del territorio

Sin embargo, más allá de los discursos y las poses para las cámaras, hay un elemento del gobierno de Macron que se mantiene en este contexto y esto es el autoritarismo del presidente. Porque en línea con la tónica autoritaria que ha demostrado durante todo su gobierno que reprimió brutalmente a todas las manifestaciones que hubo en su contra, que gobernó a base de decretos y que realizó medidas de espaldas a las necesidades de la población, es que Macron anuncia ahora la militarización del país y el estado de sitio con motivo de la pandemia. Esto incluye restricciones a la circulación, a las reuniones públicas y privadas y el despliegue de todas las fuerzas armadas sobre el territorio y la implementación de sanciones para quienes no cumplan lo dispuesto por el presidente.

Es la puesta en escena de un discurso hipócrita que ahora anuncia la parálisis del país pero que ayer mismo permitió de forma irresponsable que se diera lugar a la elección de primera vuelta de las elecciones municipales. Un resultado electoral de cuestionable legitimidad que no alcanzaremos a desarrollar aquí pero que anticipamos estuvo marcado por una abstención mayor al 50%, condicionado por el contexto de cuarentena, en donde el gobierno obtuvo magros resultados y ya anunció la postergación de la segunda vuelta por tiempo indeterminado.

Por estos motivos, entendemos la necesidad de la implementación de medidas extraordinarias en el marco de una crisis sanitaria real que afecta a gran parte de la población mundial, pero eso no implica dar ningún tipo de apoyo a la profundización de los rasgos más autoritarios del gobierno de Macron. Porque la solidaridad y la “unidad nacional” y europea que propone el presidente es la solidaridad de los explotados con sus explotadores. Rechazamos la presencia del ejército en las calles porque contrariamente a lo que dice el presidente no estamos todos juntos en la misma trinchera de esta “guerra” y no aceptamos que se utilice a la pandemia para profundizar una avanzada represiva, autoritaria y reaccionaria.

Al mismo tiempo, rechazamos que se destinen 300 mil millones de euros para evitar la quiebra de los bancos y que las empresas cuenten con ventajas económicas que la población no tendrá. Nos pronunciamos a favor de la requisición de los alojamientos vacíos, por una inversión masiva en la salud pública y por medidas efectivas que garanticen la salud de los trabajadores para terminar con la pandemia, sin restringir los derechos democráticos y sociales.


[1] [1] https://www.facebook.com/InterUrg/videos/196530401735066/

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