Desigualdad: Los países ricos acaparan el 99% de las vacunas

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  • A cuatro meses de que hayan comenzado a nivel global las campañas de vacunación contra el Covid-19, el mapa de las dosis administradas por país aún muestra una profunda desigualdad y muchas intrigas.

Marian Busch

Al momento de cerrar esta nota, se han aplicado en el mundo alrededor de 319 millones de dosis de la vacuna, sobre una población mundial estimada en aproximadamente 6.000 millones de personas (recordemos que una dosis no implica la inmunización completa, ya que la mayor parte de las vacunas en circulación requieren de dos dosis). Se estima que tan solo el 2,2% de la población mundial recibió al menos una dosis. 8 millones de dosis son aplicadas diariamente. Lo que más preocupa dentro de estos números, es la enorme desigualdad que continua habiendo en el mapa, que refleja fielmente las brechas económicas globales.

Este mapa de Our World in Data nos refleja la cantidad de dosis administradas cada 100 personas según país. Quien lidera esa tabla es Israel, con casi 9 millones de dosis administradas y el 43% de su población ya inmunizada. De cerca lo siguen Seychelles y Emiratos Árabes Unidos, países con baja población y alta concentración de la riqueza. En el quinto lugar aparece el Reino Unido, con 23 millones de dosis, pero solo el 1.8 de su población inmunizada. El país que concentra mayor administración de dosis es Estados Unidos, con 93 millones de dosis aplicadas (casi un tercio del total global). Si sumamos a China con 52 millones de dosis y a la Unión Europea con 42, esto nos da más de 225 millones de dosis tan solo entre EEUU, China, la UE, el Reino Unido y los EAU.

En el otro extremo de la tabla aparecen Guinea con 55 dosis administradas, Kenya con 100 y Belize con 996. El vecino país de Paraguay está muy cercano a esos números, contando tan solo 1.360 dosis aplicadas. Y esto sin contar las enormes zonas que aparecen en el mapa donde las vacunaciones ni siquiera han comenzado.

La iniciativa COVAX, liderada por la OMS, ha hecho pública su primera ronda de asignaciones de dosis. En principio, serán 237 millones las que se distribuirán entre 142 países participantes. A fines de febrero comenzaron a entregar vacunas a India, Ghana, Costa de Marfil, el Congo, Nigeria y las ya mencionadas Guinea y Kenya. En Sudamérica, Colombia obtendrá 2 millones de dosis, Argentina 1,9 millones; Perú, 1,2 millones; Chile, 818.000; Ecuador, 756.000; Bolivia, 672.000; Paraguay, 304.000; y Uruguay, 148.000. En Centroamérica, recibirán vacunas Guatemala (724.000), Honduras (424.000), Nicaragua (432.000), El Salvador (225.000), Costa Rica (218.000 dosis), y Panamá (184.000). Mientras tanto, en el Caribe, República Dominicana tendrá 463.000 dosis. América Latina recibiría en total unas 26 millones de vacunas en los próximos tres meses. Estas noticias son por supuesto celebrables, pero los números aún resultan terriblemente insuficientes a la hora de pensar campañas de vacunación que garanticen la salud de la población de los países de la periferia mundial. El gran límite del COVAX es depender de la “caridad” de los laboratorios y estados, pero no contemplar un programa de igualamiento mundial en la producción de la vacuna, única forma que realmente garantizaría el acceso que es necesario. Mientras las vacunas se sigan haciendo en contados laboratorios financiados por las grandes potencias, es imposible pensar realmente en revertir el mapa de la desigualdad.

Desde la Corriente Internacional Socialismo o Barbarie se ha expresado la necesidad urgente de que se liberen las patentes de las vacunas para su libre fabricación en todo el mundo. A fines de febrero, la Unión Africana renovó la petición que había realizado junto con India de que la Organización Mundial de Comercio decrete la exención temporal de las patentes. Esta iniciativa, apoyada por un centenar de países y a la que se oponen duramente Estados Unidos e Inglaterra, se tratará este diez de marzo en el consejo de la OMC, como punto 12 de un largo temario. Sin embargo, ya está adelantado que la medida no se aprobará, debido a que la organización toma decisiones por consenso, y no hay dudas respecto a la oposición que mantendrán los paises sede de laboratorios como Pfizer, BioNtech, Moderna y Johnson & Johnson.

La vacuna de Pfizer/BioNTech es la líder en la competencia global, siendo administrada en 69 paises. La de AstraZeneca está siendo utilizada en 62 paises mientras que la de Moderna se aplica en 30 y Sputnik y Sinopharm en 18. La semana pasada, Italia impidió que un cargamento con 250.000 dosis de AstraZeneca destinadas a Australia tome vuelo. El argumento fue que no deben ser enviados cargamentos de dicho laboratorio a un tercer lugar mientras el fabricante aún incumple los números del acuerdo con la UE. Una muestra de barbarie y de la irracionalidad de los acuerdos entre estados y laboratorios.

Con los casos diarios mundiales de Covid bajando luego del pico de enero, el planeta aún está lejos de una salida definitiva de la pandemia. Las nuevas cepas en circulación ponen en permanente entredicho la efectividad de las vacunas y la lentitud de la vacunación favorece la proliferación de las mutaciones del virus. Es necesaria una salida anticapitalista, que ponga la situación sanitaria de urgencia por encima de las intereses de las grandes compañías farmacéuticas. Hasta entonces, la postal es una vez más la que tanto conocemos: El capitalismo deja morir a millones de explotados y oprimidos, mientras unos pocos se llevan el bote salvavidas. Los países en blanco del mapa son mucho más que un dato, son una catástrofe humanitaria, son una muestra de que la desigual distribución del capital global se mide en enfermedad y muerte. ¡Liberación ya de todas las patentes!

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