Condenaron al «chamán de QAnon», protagonista del asalto al Capitolio

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  • Jacob Chansley, conocido como “el chamán de QAnon”, fue condenado a 41 meses de prisión por su participación al asalto del Capitolio del 6 de enero. Representa una de las alas más delirantes de la extrema derecha trumpista.

Agustín Sena

En esa oportunidad, cientos de simpatizantes trumpistas irrumpieron en la ceremonia de nombramiento de Joe Biden, amparados por la convocatoria del propio Trump a concentrar en las puertas del Capitolio yanqui.

La cara de Chansley recorrió el mundo y se convirtió en «la cara» del asalto trumpista. A pecho descubierto, pintado con los colores de la bandera yanqui y coronado con cuernos de bisonte, en su imagen confluyen los rasgos más delirantes de parte de la base social trumpista. Supuestamente actor de profesión, Chansley ingresó a la Marina estadounidense entre 2005. En 2007 lo dieron de baja tras negarse a recibir la vacuna contra el ántrax. A partir de ese año su biografía es poco clara.

Conspiranoia y extrema derecha

En 2020, Chansley se hizo conocido como uno de los referentes de la secta conspirativa QAnon. Este grupo sostiene que existe una conspiración anti trumpista en el «Deep State» estadounidense (el aparato profundo del Estado, especialmente del Partido Demócrata). Se trataría de altos mandos del Estado yanqui implicados en redes de pedofilia y canibalismo que buscaban la destitución de Trump para impedir una investigación de sus supuestos crímenes. Obviamente, todas estas «teorías» fueron refutadas como falsas.

Las sectas conspirativas tienen una larga tradición en suelo estadounidense, arraigada en parte de su tradición religiosa y cultural pero también en el acervo fuertemente nacionalista de la derecha política yanqui. Lo criminal del caso QAnon es que el propio Donald Trump no tuvo resquemores para motivar a los seguidores de este grupo y utilizarlo políticamente. Hasta agosto de 2020, Trump había reproducido por lo menos 200 veces mensajes asociados a QAnon en su cuenta de Twitter. En distintas entrevistas periodísticas, Trump se negó a reconocer el peligro que esta secta entraña para las garantías democráticas. Además, recibió personalmente a William Lebron, promotor de QAnon, en la Oficina Oval.

Los resultados de la conducta de Trump están a la vista: un grupo de fanáticos anti – conspiración tomando por asalto el centro político de la primera potencia mundial. Finalmente, a Trump «no le dio la nafta» para avanzar en sus pretensiones golpistas, no le alcanzó con el apoyo de los derechistas delirantes. Pero, aunque se condene a los protagonistas directos del asalto, el responsable político del mismo fue Trump. Y este último sigue indemne.

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