Colombia: !El 19-N y 21-N a las calles!

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John, Socialismo o Barbarie Colombia 

En un mundo convulsionado y en crisis sistémica del capitalismo desde el 2008, los últimos procesos de rebelión en nuestro vecindario, Chile, Bolivia, Perú y hasta en los EEUU, denotan un reinicio de la lucha de clases, con un papel protagónico de las nuevas generaciones al cual se incorporan segmentos de la clase trabajadora y de los sectores explotados y oprimidos.

El 21-N de 2019 fue el hecho político más importante de las ultimas décadas en Colombia, el cual marcó un antes y un después en la memoria y aprendizaje de los trabajadores y las mayorías. Se demostró en las calles que era posible movilizarse colectivamente para rechazar a Duque y su política hambreadora, su régimen bonapartista y un Estado asesino y excluyente. El Duque-Uribismo fue cuestionado y enfrentado por varias semanas. Pero también quedó el sinsabor de que no fue suficiente para hacerlo retroceder en sus medidas y mucho menos cambiarlo o tumbarlo.

Este escenario vuelve a presentarse actualmente, aunque en una realidad económica más complicada para millones de familias trabajadoras y de la población en general. A lo largo de este año, el Imperialismo, los patronos y el Gobierno aprovecharon la pandemia para profundizar los ataques por medio del llamado “paquetazo”, el cual impusieron por la vía de decretos.

Hay que dejar claro que ni un solo día de este 2020 la clase trabajadora y la población dejó de luchar. Durante lo transcurrido de la pandemia, la población salió a las calles a manifestarse por su propia iniciativa y bajo su propio riesgo, enfrentando en muchos casos a las fuerzas represoras del Estado.

Ejemplos de esto abundan: las personas en los barrios y poblaciones tiñeron las comunidades con los trapos rojos en señal del hambre, hoy normalizada a causa del desempleo y la informalidad rampante que condena a millones de familias que pasan con 1 o 2 comidas el día; el sector de la salud en lucha contra la ley 100 de 1993 y en la actualidad contra el proyecto de ley 010 del 2020; el Magisterio contra la alternancia y por recursos técnicos para realizar su labor pedagógica; los trabajadores de Ecopetrol contra de la venta de uno de los pocos activos de la nación aún existentes; los obreros mineros del Cerrejón, contra “el turno de la muerte”, ya que despediría 1.200 trabajadores aprox.; la Minga por la vida, paz, democracia y el territorio; las mujeres contra la violencia y por la igualdad de género en diferentes momentos.

La situación de los jóvenes merece mención aparte, ante un capitalismo que no les da salida y solo muestra un panorama sin futuro y esperanzas, materializado en que ni pueden estudiar, ni pueden trabajar y, el nefasto decreto 1174 del 2020, que es una contrarreforma laboral en toda la línea, generó un despertar de la juventud que se manifestó por el no pago de matriculas en las universidades (matricula cero),  para luego desde los barrios de Bogotá y otras ciudades, poner en jaque al sistema represivo de la policía, cuando se movilizó espontáneamente y destruyó estaciones de este aparato represor los días 9 y 10 de septiembre, luego del asesinato del ciudadano Javier Ordoñez a manos de dos uniformados de dicha institución, mostrando en los hechos como se debe enfrentar el terrorismo de Estado.

Ante la realidad mencionada, procesos de auto-convocatoria de la población y al dejar de ser tenidas en cuenta en sus buenos oficios por parte del gobierno, las burocracias se vieron forzadas a dejar el letargo de sus cómodas oficinas, e inician desde finales de septiembre convocatorias de “Paros Nacionales” que, en realidad, son jornadas de protesta a las que grandes sectores obviamente han respondido. En este marco se anuncian para el próximo 19-N otro “Paro Nacional” y la jornada conmemorativa el 21-N, eso si con su dosis de veneno, pues quieren culminar este último con un concierto en horas de la tarde y así no desentonar con el día sin IVA decretado por Duque, con el objetivo perverso de cambiarle el carácter de lucha que debe tener esta fecha histórica y, al mismo tiempo, desviar la presión y el descontento de la población.

“Duque ni dialoga, ni negocia”, reza el encabezado de la proclama del CNP por estos días. Claro que Duque sí dialoga, negocia y hasta se arrodilla, pero con los que se le paran fuerte; patronos, el imperialismo y los asesinos del pueblo. A los patronos les presenta el decreto 1174 y demás medidas legislativas que los favorecen; al Imperialismo, en su relevo de gobierno por estos días, les reafirma su disponibilidad estratégica de puertas abiertas para el saqueo mediante acuerdos comerciales y la entrega de soberanía; a los asesinos de líderes sociales les da vía  libre mediante su silencio, cuando no encubriéndolos,. Ante esto, la solicitud de paz, vida y democracia de parte del CNP son peticiones sin ningún hacedero en la realidad.

Nuestro llamado es a participar, preparar y salir el 19-N y el 21-N, como se viene impulsando en diferentes colectivos, comités, barrios y sindicatos, pero con una política propia de enfrentamiento político directo al régimen del Duque-Uribismo, que desborde nuevamente las expectativas de las Centrales y sea un paso efectivo en ganar confianza y consolidar puestos de combate en las peleas que se seguirán presentando y radicalizando.

Debemos constatar que las jornadas de hace un año no se convirtieron en un triunfo para los trabajadores y las mayorías porque no se concretó un Paro General Indefinido que garantizara el paro de la producción, porque la dirección del movimiento no dio la talla y estuvo mas pendiente de bajarle la combatividad al proceso y lo puso al servicio de concertar y conciliar con el Gobierno, además de no dar la orientación de que es en las calles y enfrentando con una política  de lucha clara al gobierno, como se alcanzan los objetivos.

De nuestra parte Socialismo o Barbarie Colombia comparte con diferentes organizaciones y el Bloque por el paro general indefinido del cual hacemos parte, las siguientes tareas centrales: el llamado a un Encuentro Nacional de Emergencia, amplio y democrático, que convoque lo más pronto a un PARO GENERAL INDEFINIDO y construya un verdadero pliego de reivindicación y defensa de los intereses de los trabajadores y las mayorías, construido y preparado por las bases, garantizando el paro de la producción. Por tanto, es importante mantener las organizaciones de base que se reactivaron, crear nuevas y articularlas en sus diferentes niveles.

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