Clima imperialista: Biden promete defender militarmente a Taiwán contra China

Biden en Japón. Estados Unidos afirma de manera oficial que estaría dispuesto a ir a un conflicto armado con el gigante asiático.

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La invasión rusa en Ucrania cumple ya tres meses y el clima de tensión geopolítica está lejos de disiparse. Por el contrario, el estallido de la guerra en el este europeo ha terminado de abrir un clima de escalada de los conflictos imperialistas latentes. Una escalada que por ahora es verbal, pero que puede preanunciar un crecimiento real de las tensiones en un mundo en donde la guerra es un fenómeno actual.

Y la tensión crece nada menos que en la disputa entre EE.UU. y China, hoy por hoy el conflicto que se proyecta como el ordenador de la geopolítica a nivel mundial.

El presidente Joe Biden aseguró ayer en su visita a Japón que «asume el compromiso» de defender militarmente a Taiwán en caso de que China decidiera invadir la isla.

Se trata de declaraciones contundentes en donde Estados Unidos afirma de manera oficial que estaría dispuesto a ir a un conflicto armado con el gigante asiático. China considera a Taiwán parte de su territorio y reclama su soberanía en la isla.

La fuerte advertencia se da en el marco del apoyo financiero y armamentístico de EE.UU. y sus aliados a Ucrania, uno de los factores que ha obstaculizado el triunfo militar de Rusia hasta el momento. Pero, por sobre todas las cosas, Biden se apoya en el clima político mundial de repudio a la invasión que lanzó Putin.

Rusia sufre una combinación de aislamiento político mas empantanamiento militar. Biden intenta aprovechar ese contexto para ejercer presión sobre sus propias disputas estratégicas con China y disuadir a Pekín de cualquier intento de avance sobre Taiwán.

Sin embargo, es un juego peligroso, que abona aun más el clima político guerrerista y de escalada imperialista en el mundo. No todos los días la principal potencia imperialista amenaza con tomar acciones militares contra su rival estratégico y segunda potencia mundial.

De hecho, sería erróneo decir que se trata sólo de amenazas verbales. El aumento de las tensiones con China ya ha redundado en reacomodamientos político-militares reales, como el lanzamiento de la alianza AUKUS el año pasado. Se trata de una inédita alianza militar por fuera de la OTAN que impulsa el propio EE.UU., como parte de su giro estratégico hacia China.

Uno de los principales objetivos de AUKUS será el de reforzar el control marítimo de la región del indo-pacífico. Se trata de un escenario donde la flota china ha ido ganando terreno en los últimos años, algo que preocupa especialmente a varios aliados de EE.UU en el pacífico: Japón, Corea del Sur y Australia.

No por nada estas declaraciones de Biden se dan en el marco de su visita a Japón, donde también se reunirá con sus pares de Australia y la India.

Una de las iniciativas que se anunció en la visita es el lanzamiento de un «marco económico indo-pacífico para la prosperidad», una serie de acuerdos económicos que buscan frenar el creciente peso de las inversiones chinas en la región. Este marco económico incluirá a 13 países, entre ellos la India y Japón. En el lanzamiento también participó el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida.

Sin embargo, la iniciativa no será un acuerdo de libre comercio. Desde que Donald Trump abandonó la alianza Trans-pacífica en 2017, EE.UU. no ha mostrado interés en rehabilitar un acuerdo de ese tipo con sus aliados de Asia-Pacífico.

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