
Crónicas de Melvin desde Santiago de Chile. Anoche los militares ingresaron a los barrios donde había manifestaciones y cacerolazos, incluso en algunos barrios acomodados de la capital, en la búsqueda intimidar a la población y hacer cumplir el toque de queda.
Santiago de Chile, 22 de octubre de 2019.
Anoche los militares ingresaron a los barrios donde había manifestaciones y cacerolazos, incluso en algunos barrios acomodados de la capital, en la búsqueda intimidar a la población y hacer cumplir el toque de queda.
Hoy martes la capital funcionó parcialmente con normalidad durante la mañana, pero ya a esta hora los supermercados y comercios cierran, ya que se comienzan concentra gran cantidad de manifestantes en Plaza Italia y la comuna de La Condes (lugares típicos de clase media y acomodada), anunciando una nueva jornada de lucha en la capital chilena. Habrá varias marchas en Santiago y se mantiene el estado de excepción e incluso este se amplía a varias ciudades más. `Para mañana la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) anuncia un paro general.
Piñera ayer dio un nuevo mensaje donde repitió sus dichos anteriores de guerra contra la delincuencia y el vandalismo, y no se pronunció sobre los problemas de fondo: el modelo económico social que rige Chile hace varias décadas, y que hace agua en estos momentos. Y es que hace pocos días Pinera se vanagloriaba que mientras el resto de los países latinoamericanos (y especialmente los sudamericanos) estaban en crisis, Chile era un oasis en la región. Un país con crecimiento económico y estabilidad política y social. Hoy día esas palabras dan origen a todo tipo de comentarios irónicos.
En las protestas populares en Chile no vemos banderas políticas, ni volantes ni panfletos. Los partidos políticos están ausentes incluyendo a las organizaciones de izquierda. Los grafitis con consignas rudimentarias así también lo testifican. Se ven banderas pero están son banderas chilenas, del pueblo mapuche, banderas catalanas, de quipos de futbol, etc. La gran mayoría de los movilizados son jóvenes, estudiantes secundarios y universitarios, también se puede ver gran presencia de miles de mujeres jóvenes, y muchas con el pañuelo verde. También se movilizan gremios como los de la salud y los trabajadores portuarios, pero esta presencia de trabajadores se diluye en esta marea de jóvenes luchadores.
No hay una conducción en el movimiento, todo es espontaneo auto-convocado por las redes sociales. El pueblo chileno muestra una vitalidad y espíritu de lucha y movilización donde en mi opinión escuchamos los ecos de un pasado y una historia de lucha que nos retrotrae a la Unidad Popular e incluso más allá a los albores del siglo pasado. La dictadura pinochetista le propino una gran derrota política, ideológica y militar a la izquierda y al movimiento obrero chileno pero no pudo haber destruir todo esa rica experiencia de lucha y organización forjada durante de 70 años por socialistas, comunistas y anarquistas. Algo tiene que haber quedado en la memoria histórica de los chilenos de la lucha de los obreros salitreros del norte grande, los mineros del carbón de Lota y Coronel, los trabajadores rurales magallánicos, los trabajadores portuarios de Valparaíso, Iquique y otros puertos, los estudiantes universitarios de Santiago,los pobladores sin viviendas, los campesinos sin tierra y los mapuches de la Araucanía. En esta rebelión social chilena de comienzos del siglo XXI, escuchamos los ecos de las luchas sociales siglo pasado.