Bolsonaro prepara movilización golpista y llamó a «comprar fusiles»

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  • Sectores provenientes de las Fuerzas Armadas y de la Policía se manifestarán mañana en Brasilia y San Pablo en lo que muchos temen será un intento de “autogolpe”, similar al ensayado por los seguidores de Trump en la toma del Capitolio.

Renzo Fabb

La situación política en Brasil atraviesa momentos de enorme tensión. Al tiempo que el Gobierno se encuentra en sus peores niveles de popularidad desde que asumió, acorralado por investigaciones en su contra y pérdida de apoyo entre partidos aliados, el bolsonarismo prepara una demostración callejera para mañana de fuerte tónica golpista.

El 7 de septiembre es el día de la Independencia de Brasil. Bolsonaro ha convocado a manifestaciones en su apoyo y, en particular, contra el Supremo Tribunal de Justicia (STJ), que investiga numerosas denuncias contra su gobierno.

Pero lejos de ser simplemente una nueva movilización oficialista (las últimas marchas de apoyo no lograron la concurrencia pretendida por Bolsonaro) con el correr de los días la convocatoria fue adquiriendo cada vez más ribetes golpistas. Tanto sectores progresistas opositores como del establishment económico temen un intento de autogolpe.

Bolsonaro calificó las protestas de mañana como un «ultimátum» contra los jueces y advirtió que «no dejaremos que nadie en Brasilia nos quiera imponer su voluntad». El Presidente acusa a los jueces de «conspirar» para sacarlo del poder luego de que el bolsonarismo impulsara una serie de reformas electorales que el Tribunal Electoral rechazó por inconstitucionales. Bolsonaro asegura que todo es un plan para hacer fraude contra él en las elecciones del año que viene.

La movilización de mañana estará marcada por la presencia del núcleo duro de su base social, conformada principalmente por ex-militares y sectores de la fuerza policial. Desde estos sectores se convoca a participar armados a la marcha, y Bolsonaro hizo un llamamiento a que la población «compre fusiles» contra la supuesta conspiración de la izquierda para derrocarlo. El pasado 10 de agosto, Bolsonaro ya había ensayado una manifestación armada, organizando un desfile en Brasilia como amenaza al Congreso.

Todo esto se da en un contexto en que el gobierno de Bolsonaro se encuentra acorralado por una serie de fracasos políticos. En primer lugar, el negacionismo explícito de la pandemia, que produjo una tragedia sanitaria en Brasil con casi 600.000 fallecidos. Por el otro, la situación económica ha venido deteriorándose rápidamente, en particular en lo concerniente a la inflación: mientras el Ministerio de Economía la proyectaba en torno al 3,5% para todo el año, los aumentos de precios ya representan un 9% en las mediciones oficiales.

Los niveles de popularidad de Bolsonaro se encuentran en los más bajos desde el inicio de su mandato. Según las encuestas, en un potencial ballotage entre él y Lula Da Silva, el ex-Capitán del Ejército sufriría una derrota arrolladora.

Las manifestaciones más abiertamente golpistas han proliferado entre los seguidores de Bolsonaro en las redes sociales. A las recurrentes amenazas de Bolsonaro de cancelar las próximas elecciones, algunos grupos convocantes llaman a una «fuerte intervención militar» que clausure el Parlamento e intervenga la Corte Suprema. El propio Congreso, donde Bolsonaro paulatinamente ha ido perdiendo apoyo entre sus aliados, se manifestó en contra de la movilización.

Muchos analistas creen que lo que sucederá mañana será un intento análogo a la «Toma del Capitolio» llevada adelante por los seguidores de Donald Trump el 6 de enero de este año. En aquella oportunidad, los golpistas también denunciaban fraude electoral.

La jornada estará marcada por una fuerte tensión, ya que a menos de tres kilómetros de la convocatoria bolsonarista se estará desarrollando una marcha opositora de sectores de la izquierda que se manifestarán en repudio al golpismo del gobiernoEl movimiento Fora Bolsonaro ha ido creciendo en los últimos meses, llegando a poner en pie movilizaciones multitudinarias contra el gobierno.

La movilización golpista de mañana ha generado rechazos a nivel internacional. Un importante grupo de personalidades progresistas y de centro-izquierda agrupados en la «Internacional Progresista» han publicado una carta donde advierten del riesgo de una «insurrección que ponga en peligro la democracia en Brasil». La carta está firmada por personalidades como Noam Chomsky, Yanis Varoufakis, Adolfo Pérez Esquivel o Jeremy Corbin. Entre las firmas también se cuentan varios expresidentes como Rafael Correa (Ecuador), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Fernando Lugo (Paraguay).

Frente al fuerte descontento popular, el deterioro económico, el desastre sanitario y la perdida de apoyo político, Bolsonaro tiende a refugiarse cada vez más en su núcleo duro archi-reaccionario, lo que lo fuerza a tomar cada vez más posiciones antidemocráticas y autoritarias. La jornada de mañana puede definir el futuro inmediato de la política del país.

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