Arrancan las primarias demócratas con un muy buen resultado de Bernie Sanders

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Las primarias de Iowa muestran que algo se está moviendo en la conciencia de amplios sectores populares estadounidenses y que lo que hasta hace poco tiempo atrás parecía inimaginable hoy se vuelve una posibilidad cada vez más tangible.

Por Ale Kur

El lunes 3/2 se llevó adelante en el estado de Iowa, Estados Unidos, el primer episodio de las elecciones primarias del Partido Demócrata. El objetivo de estas elecciones es seleccionar al candidato presidencial de dicha formación, que competirá en noviembre de este año contra el candidato republicano (casi seguramente Donald Trump, excepto que haya un giro imprevisto de los acontecimientos[1]).

El sistema electoral utilizado en las primarias implica que los afiliados partidarios no votan de manera directa a sus candidatos, sino que en cada estado eligen a un conjunto de delegados que luego se reúnen en una convención nacional para definir a su representante en las presidenciales (en el caso del Partido Demócrata, esta Convención nacional será entre el 13 y el 16 de julio). A su vez, cada estado puede elegir a sus delegados en una fecha diferente, aunque hay fechas donde muchos estados celebran sus primarias al mismo tiempo – como el famoso “súper martes” (que en 2020 será el 3 de marzo) donde eligen delegados 14 estados en simultáneo.

En este largo y complejo proceso, el llamado “caucus de Iowa”[2] es el puntapié inicial, y tiene importancia ya que es el primer “test” al que son sometidos los diferentes candidatos. Aunque no sea determinante (Iowa es un estado pequeño y por lo tanto su cantidad de delegados no es decisiva), empieza a marcar el “clima de opinión” y condiciona las campañas en lo sucesivo.

Por eso mismo, los resultados parciales que se conocen del caucus de Iowa (al momento de escribir esta nota, fueron escrutados un 75% de los votos) son una bomba política. Posiblemente, esa sea la razón de que los resultados completos no estén todavía disponibles: extrañamente, se “cayó” la aplicación del recuento de votos en la noche misma de la votación, y solo fueron haciéndose públicos los resultados al pasar los días[3]. Aclaramos, por lo tanto, que los datos que presentamos aquí son provisorios y todavía pueden cambiar.

El primer y más importante dato es que Bernie Sanders, el candidato presidencial más a la izquierda[4] que posee el Partido Demócrata, sería el candidato más votado de la elección (26,1% de los votos[5]). Sin embargo, por el sistema electoral del caucus, quedaría segundo en cantidad de delegados de las asambleas, con el 25,2% de los mismos. A esto se le suma también un resultado muy decente de la centrista-progresista Elizabeth Warren, que obtuvo un tercer puesto.

Por otra parte, en el primer puesto por cantidad de delegados (con el 26,9%) y segundo por cantidad de votos (25,3%), se encuentra Pete Buttigieg, ex alcalde de una ciudad del estado de Indiana. Se trata de un candidato muy joven (37 años) y perteneciente a la comunidad LGTB, lo que le da un perfil ligeramente más “moderno” que otros candidatos. Al mismo tiempo, Joe Biden (ex vicepresidente de Obama y principal candidato del “establishment” del Partido Demócrata) se desplomó al cuarto lugar, con solo un 15,6% de los delegados y, peor, aún, con solo un 13,5% por ciento de los votos.

Desde el punto de vista del contenido de su programa, Buttigieg no es demasiado diferente de Biden. Al igual que aquel, es profundamente neoliberal y partidario de las políticas imperialistas tradicionales de EEUU -más aún, Buttigieg es un ex militar que participó en la guerra de Afganistán. Sin embargo, resulta muy significativo que sea Buttigieg y no Biden quien obtuvo el primer lugar: significa que la figura por la que buena parte de la clase capitalista norteamericana apuesta con toda su fuerza no logra convencer al electorado demócrata, y comienza la carrera profundamente debilitado. Es decir, es un síntoma de crisis en el Partido Demócrata, de descontento de las bases con su dirección tradicional y de cierta búsqueda de alternativas.

De conjunto, el resultado de las primarias de Iowa tiene una coloración muy progresiva, aunque sin marcar claras hegemonías. Bernie Sanders obtiene una cantidad de votos suficiente para seguir siendo uno de los principales precandidatos del Partido Demócrata, cuestión que se verá cómo continúa la semana que viene en las primarias de New Hampshire. Aunque, por otra parte, debería aumentar su caudal de votos (y sobre todo, de delegados) para tener alguna chance de vencer en la Convención Nacional de julio, ya que si todos sus adversarios se unen para apoyar a un mismo candidato, quedaría en muy clara minoría. Por otra parte, el Partido Demócrata se trata de un aparato profundamente antidemocrático, donde no todos sus delegados son electos por el voto popular y donde pueden ocurrir toda clase de maniobras para aislar a Sanders.

En cualquier caso, las primarias de Iowa muestran que algo se está moviendo en la conciencia de amplios sectores de la sociedad norteamericana, y que lo que hasta hace poco tiempo atrás parecía inimaginable hoy se vuelve una posibilidad cada vez más tangible.


[1] Por ejemplo, si el Impeachment a Trump pasara de ser un mero espectáculo a convertirse en una amenaza real para el mandatario, cosa que requiere que varios senadores republicanos voten en contra de su propio presidente.

[2] En Iowa y en varios estados más (aunque no en todos), los delegados estatales para la convención nacional se eligen a través del sistema de “caucus”: en una fecha determinada, se reúnen en asambleas los afiliados partidarios y votan en sucesivas rondas a los candidatos. En cada asamblea, si en una ronda alguno no llega al 15% de los votos, queda descalificado y sus partidarios deben elegir a otro candidato en la siguiente ronda. Finalmente, por cada asamblea se designa una cantidad de delegados para cada candidato, proporcional a los votos obtenidos. Según la cantidad de de delegados de asambleas que obtiene cada candidato se designan cuántos delegados les corresponden por dicho estado para la Convención Nacional.

[3] No está claro si se alteraron o no los votos para modificar los resultados (es decir, si hubo o no fraude), pero sí parece que se trató de disminuir el impacto de los mismos por la vía de retener los datos todo lo posible.

[4] Sanders se considera a sí mismo un “socialista democrático” y su programa incluye reivindicaciones favorables a los trabajadores, la juventud, las mujeres, la ecología y la salud pública, entre otros. Además cuestiona la política guerrerista de EEUU y sus intervenciones en política exterior, así como crítica el expansionismo de Israel y su trato a los palestinos.

[5] “Live: Iowa Caucus Results 2020”, New York Times, 5/2/20. En: https://www.nytimes.com/interactive/2020/02/04/us/elections/results-iowa-caucus.html

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