Israel había bombardeado semanas atrás un consulado iraní en Damasco, Siria, matando a dos generales. La respuesta de Irán, el bombardeo con drones y misiles en territorio controlado por Israel en la madrugada del domingo 14 de abril, abrió una crisis internacional. Es una posibilidad real el estallido de una guerra regional en Medio Oriente. Las tensiones vienen creciendo desde octubre del 2023. Después de la incursión de Hamas el 7 de octubre, Israel no solamente respondió con su feroz ofensiva genocida contra el pueblo palestino. También crecieron las agresiones sionistas sobre los países vecinos, como Líbano y Siria. 

El gobierno de Irán dice que había avisado con 72 horas de anticipación a Estados Unidos de los ataques de este domingo, lo que es una manera indirecta de avisar al propio gobierno de Netanyahu.

El gobierno sionista se metió a sí mismo en una nueva crisis política. Con el ataque en Damasco, y la obvia respuesta de Irán, abrió un tercer frente militar, mientras concentra sus fuerzas en el genocidio en Gaza y mantiene enfrentamientos con Hezbolláh en el sur de Líbano. El ataque al consulado iraní era una provocación evidente: es una regla internacional de la diplomacia que una embajada o consulado de un país en otro es considerado territorio nacional del país al que representa. El bombardeo al consulado en Damasco fue como bombardear Irán directamente. Israel actuó sabiendo perfectamente lo que hacía.

La crisis política abierta tiene consecuencias por ahora incalculables. Israel ya anunció que va a tomar represalias. Dijeron que a cada «acción corresponde una reacción», y que esa reacción «no va a ser solamente en palabras». Piensan volver a atacar Irán.

La Corriente Socialismo o Barbarie se posiciona críticamente del lado de Irán en este conflicto, pese a su régimen ultrarreacionario. El gobierno sionista de Israel representa un Estado colonizador, racista y genocida que viene perpetrando un brutal genocidio contra el pueblo palestino. Es en el marco de su campaña de masacre a un pueblo que, además, tomó la iniciativa de la agresión a Irán con el ataque en Damasco.

Pese a las mentiras de la prensa internacional y los gobiernos imperialistas, Israel no se está «defendiendo». Israel es el agresor. Además, representa los intereses del imperialismo «tradicional» yanqui y de la OTAN en Medio Oriente. El mismo que ocupó Iraq y Afganistán por dos décadas.

Irán, pese a sus relaciones con Rusia y China, es un Estado independiente. Y, en un enfrentamiento entre el imperialismo y un Estado independiente, nos posicionamos del lado del Estado independiente. Nuestra posición es crítica, defendemos a Irán, no a su gobierno: el de los ayatolás es un régimen ultra reaccionario, anti obrero, profundamente misógino y antidemocrático. El linchamiento de activistas obreros y democráticos es una cosa no poco común. En 2022, la «policía de la moral» asesinó a Mahsa Amini por el uso «incorrecto» del hijab, desatando una rebelión de las mujeres contra el régimen teocrático de Teherán. Por esta razón, nuestro apoyo es crítico: defendemos a Irán como nación independiente, no a su gobierno teocrático y su política reaccionaria.

Defendemos a Irán frente al imperialismo por todavía actuar como una nación independiente, aliada pero no subordinada aún a Rusia y China. Las cosas serían muy diferentes si alguna de estas potencias se involucrara directamente, subordinando a Teherán a sus intereses. Moscú y Beijing apuestan a convertirse en nuevas potencias imperialistas.

Hay que echar al imperialismo de Medio Oriente. Hay que defender la causa por una palestina única, libre, laica y socialista. También es necesario terminar con los regímenes teocráticos, reaccionarios y militares de la región, por un Medio Oriente obrero y secular, en el camino que mostraron los luchadores obreros y de izquierda en la revolución iraní de 1979, aplastados a sangre y fuego por los ayatolás.