La Nakba, que en árabe significa “catástrofe”, se refiere al éxodo masivo de los palestinos que tuvo lugar en 1948 tras la creación del Estado de Israel. La Nakba se convirtió en un evento histórico fundamental que ha moldeado la política de la región durante décadas.

La Nakba tuvo lugar después de que las Naciones Unidas aprobaran en 1947 un plan para dividir Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe. Sin embargo, los palestinos rechazaron el plan que políticamente implicaba la colonización sionista y territorialmente les asignaba una parte minoritaria del territorio.

En mayo de 1948, Israel declaró su independencia y el ejército israelí lanzó una ofensiva militar contra los territorios palestinos. Como resultado, más de 700.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares y se convirtieron en refugiados. Muchos fueron forzados a abandonar sus casas y pertenencias a punta de pistola, mientras que otros huyeron por temor a la violencia.

La Nakba tuvo un impacto devastador en la población palestina, que todavía enfrenta las consecuencias de aquellos sucesos. La población de refugiados palestinos en todo el mundo se ha multiplicado por cuatro, y actualmente se estima que más de cinco millones de palestinos son refugiados.

La lucha por el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares y recuperar sus tierras ha sido una consigna central y es uno de los problemas más urgentes y complejos del mundo.

La expulsión masiva de los palestinos de sus hogares y tierras ha llevado a décadas de sufrimiento y lucha, y la cuestión palestina sigue siendo un problema central en la política regional e internacional. Es importante recordar y comprender la historia de la Nakba para entender el estado actual del conflicto y la necesidad de una solución de un único Estado, socialista, laico y democrático.