Un aumento salarial de miseria

En los últimos 17 meses la inflación fue de 8,78%. El gobierno y las patronales aprobaron solo un 1,24% y como adelanto del aumento del 2023.

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Ante el fuerte aumento en la inflación el sector sindical activó una cláusula para que el Consejo Nacional de Salarios decretara un ajuste extraordinario en los salarios, sin embargo, las propuestas presentadas fueron ridículas por lo bajas que son. Ninguna compensa el aumento en los precios y es solo de aplicación obligatoria para los salarios mínimos.

Hasta mayo la inflación fue de 5,48% (y todas las autoridades coinciden en que seguirá subiendo) y en el 2021 cerró en 3,30%, por su parte, el aumento salarial que se declaró para este año fue de solo 2,09%, es decir, los ajustes salariales van 6,69% atrás que el costo de la vida. A pesar de esto la propuesta sindical fue un aumento de 2,48%, la patronal de solo el 1% y la del Ministerio de Trabajo un 1,24%. Finalmente esta última fue la aprobada.

La afectación en los salarios por la inflación es evidenciada con la serie de salarios nominales a valor presente realizada por el Banco Central. Según esa información a mayo se cumplieron 17 meses seguidos en que los salarios reales vienen cayendo, su nivel actual es el más bajo desde 1991 y el quinto peor desde 1984, es decir, solo son inferiores a los registrados durante la histórica crisis de los ochenta.

Si la propuesta sindical era limitada (por decir lo menos), lo planteado por las patronales fue directamente una cachetada a los sectores trabajadores que sufren una pérdida de poder adquisitivo cotidianamente (y encima les quieren adosar jornadas de 12 horas). El representante de la Uccaep utilizó el mismo verso de que aumentos salariales mayores implicarán despidos: “mantener como objetivo primordial la conservación y generación de empleo en el país”. Lo cual solo tiene un sustento político de mantener las ganancias a costa de la precarización.

Por si fuera poco, este “ajuste extraordinario” es una completa trampa, ya que, su esencia no es compensar el efecto de la inflación durante este año, sino, ser un adelanto de la fijación ordinaria para el 2023. Al respecto el vocero de la Uccaep expuso que su posición era: “decretar un ajuste extraordinario al salario mínimo de todas las categorías salariales de un 1%, como adelanto del ajuste ordinario correspondiente al año 2023; y acordar que el monto de ajuste extraordinario de los salarios mínimos para los meses restantes del 2022 será compensado en el siguiente ajuste ordinario anual correspondiente al año 2023”.

Esta avaricia empresarial es parte de un proceso de aumentar la productividad a costa de los salarios. La Academia de Centroamérica estimó que en los últimos 30 años la productividad laboral en el país tiene una tendencia creciente, con una tasa de 3,5%, mientras que la PTF (tecnología y conocimiento) “ha aumentado desde 1,1 por ciento en el periodo 1992-2007 hasta 2,5 por ciento en el periodo 2007-2016”. Además, indica que: “Al descomponer el PIB per cápita en el PIB por hora trabajada y las horas trabajadas per cápita se observa que su crecimiento durante los últimos 30 años se explica más por un aumento en la eficiencia con que se trabaja (PIB por hora) y menos por el número de horas dedicadas a la producción”.

En Costa Rica las patronales han logrado mantener bajos los salarios producto de un sistema que no genera suficientes empleos y muchos de los que produce son de baja calidad. Esto desemboca en una tasa de desempleo que ronda el 13%, además, 933 mil personas trabajan en el sector informal. Todo esto es asegurado por un Estado que está en función de los intereses empresariales y gobiernos que vienen aplicando la agenda de ajuste que manda la burguesía.

Un producto histórico de esto es la prácticamente destrucción de la organización sindical en el sector privado, por lo que la inmensa mayoría de la clase trabajadora del país no se encuentra organizada para defender sus condiciones laborales, incluidos los salarios. En las “negociaciones” salariales la representación obrera recae en unos pocos sindicatos, la mayoría burocratizados y sumisos. Por esto es necesario luchar por la reconstrucción sindical en el país, de forma democrática y combativa para enfrentar al gobierno y las patronales en su plan de ajuste contra las y los de abajo y exigir llevar el salario mínimo hasta los ₵500 mil colones para paliar la crítica situación que viven los sectores trabajadores

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