En Obra: Carlos Fuentealba, un militante revolucionario hasta sus últimos días

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  • Este documental del 2013, dirigido por Ariel Borenstein y Damián Finvarb, reconstruye la trayectoria en la militancia política de Carlos Fuentealba: trabajador y militante revolucionario. En el marco de la represión al conflicto docente de la provincia de Neuquén en el año 2007, ordenada por el gobernador Jorge Sobisch, fue herido de muerte por la policía. Despertando el repudio de amplias mayorías, el asesinato de Carlos Fuentealba se constituyó como un punto de inflexión en la lucha docente de aquel entonces, siendo hasta el día de hoy un símbolo y ejemplo de lucha.

Martine Luxemburgo y Santiago Damiani

Con el objetivo de recuperar el carácter militante revolucionario de Carlos Fuentealba, esta producción cinematográfica argentina recorre los inicios de su militancia. Siendo tan sólo un joven y sumándose a las filas del MAS, Carlos fue partícipe e intervino políticamente en las históricas luchas obreras de los años 80 en Neuquén, logrando recuperar el Sindicato de la UOCRA en manos de los obreros y siendo parte de la dirección del mismo junto a Alcides Christiansen (histórico dirigente del gremio de la construcción y militante revolucionario). Período donde la construcción era la principal actividad productiva de la provincia, la cual nucleaba a la mayor cantidad de obreros de la UOCRA a nivel nacional. Allí, Fuentealba forjó su experiencia de lucha convencido de que la alternativa para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora era la pelea por el socialismo, en un contexto sumamente ríspido, donde los obreros se enfrentaban a ataques sistemáticos por parte de la burocracia.

Esta dura y valiosa experiencia en la conducción del sindicato; su dedicación, con la que se ganó la confianza de sus compañeros, fueron factores fundamentales en la comprensión de Carlos respecto de la importancia de ser solidario con toda la clase trabajadora. Experiencia que supo volcar en los críticos años 90, solidarizándose con la lucha de lxs desocupadxs, quienes en una acción directa tomaron la Casa de Gobierno de la provincia, enfrentándose a una dura represión, la cual no sería la primera para Carlos. Impulsado por sus compañerxs de militancia y los propios obreros, comienza a dar clases y se convierte en docente, donde también interviene políticamente con la perspectiva de acompañar y organizar a sus comapañerxs frente a la burocracia traidora de Aten, demostrando una vez más que la política revolucionaria era parte de su vida.

Finalmente, el 4 de abril de 2007, pese a su desacuerdo (con la acción de la burocracia), acompaña la medida de lucha votada en asamblea por la mayoría de lxs docentes. En el corte de la ruta 22, bajo la orden del gobierno de la provincia, lxs trabajadores son brutalmente reprimidos y Carlos es fusilado por la espalda en manos de un agente de la policía. La misma policía que asesinó a Facundo Castro, persigue y tortura a lxs jóvenes Quom y hostiga a la juventud que hoy sale a las calles a luchar en todo el mundo. La misma policía que el gobierno de Alberto Fernández decide envalentonar y capitula frente a todos su reclamos, avalando la represión hacia lxs trabajadores.

 

A partir de allí, se dio una enorme lucha que mantuvo en vilo a la provincia y otras partes del país exigiendo la renuncia del gobernador Sobisch. La presión de las masas movilizadas en las calles logró la condena efectiva del policía asesino. Sin embargo, Sobisch, el principal responsable político, respaldado por el gobierno nacional kirchnerista y otros sectores, al día de hoy se encuentra libre. A pesar de ello, la pelea por justicia para Carlos Fuentealba y cárcel para todos los responsables aún sigue vigente, junto a su legado de lucha y organización revolucionaria. Tanto es así que, ante el intento del actual gobierno de beneficiar con prisión domiciliaria al policía asesino Poblete apelando a la excusa de descomprimir las cárceles, las organizaciones políticas y organismos de DD.HH rápidamente manifestaron su repudio, frenando está avanzada.

El documental es hilado por entrevistas a compañeros y amigos de trabajo y lucha de Carlos, quienes lo recuerdan con afecto y un eterno respeto, por su convicción militante, solidaridad y entusiasmo, además de grabaciones de archivo de sus tiempos de activismo en la UOCRA. Las imágenes y testimonios logran emocionar hasta los huesos, tanto por la calidez con la que describen al compañero, como por la rabia del accionar policial y del Estado, siempre encubridor e impune. El film se constituye como un pilar fundamental de la lucha por justicia y contra la impunidad de los asesinos de Carlos, “Carlitos”, y su vida es un ejemplo de lucha para la clase y la juventud que hoy se organiza por sus ideales revolucionarios. Porque “cuando hay un caído en las filas de la clase trabajadora, no hay mochila cargada que valga”.

La cinta fue dirigida por Ariel Borenstein, militante y dirigente del Nuevo MAS, y Damián Finvarb, también autor de La crisis causó dos nuevas muertes. Además juntos realizaron Viaje al centro de la Producción. Todos films independientes que tuvieron que enfrentarse con las trabas monetarias impuestas por la industria cinematográfica nacional para lograr ser publicados.

«El caso particular de Fuentealba tiene un ingrediente muy interesante porque es un poco hijo de una experiencia no solo popular sino específicamente obrera» (Damián Finvarb). Su trayectoria de lucha y militancia se inscribieron hasta el día de su asesinato, bajo las banderas del socialismo y la más plena solidaridad para con el resto de lxs explotadxs y oprimidxs; clase donde Carlos Fuentealba, trabajador y militante revolucionario, depositaba su confianza, luchando codo a codo y organizándose en el Nuevo MAS con la perspectiva clara de cambiarlo todo.

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