Los trotskistas en la URSS (1929-1938) – Pierre Broué: La resistencia

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Pierre Broué

El ultimo texto político presentado en la misma URSS en nombre del conjunto de la Oposi­ción, fue la declaración de abril de 1930, redactada por Rakovsky y firmada igualmente por VV Kossior, NI Mouralov y VS Kasparova.[92] La empresa, por otra parte, fue difícil, y un primer borrador se perdió a causa de una requisa en la casa de Rakovsky. A partir de esa fecha, se sucedieron varios debates, pero los deportados no tuvieron ya la posibilidad de elaborar documentos colectivos. Pero esto no fue, como a principios de 1929, el síntoma de una crisis interna. Muy al contrario, lo que había aparecido como el ”último reducto” de la Oposición alrededor de Rakovsky se nutrió de nuevos reclutados, jóvenes y viejos, en deportación, y en las prisiones: en Siberia y en Asia central, entre los deportados y los prisioneros, la Oposición de Izquierda se desarrolló mucho. En los centros urbanos, por el contrario, recibió golpe tras golpe.

Podemos seguir el rastro de esas olas de represión, casi semana a semana a través de la correspondencia de los ”papeles de exilio”. Fue Victor Serge quien, en mayo de 1930, contó la serie de interrogatorios y arrestos que acabaron afectando especialmente a los deportados Abramsky, Voskressensky y Antokolsky, quienes muy pronto se encontrarían en Verkhneuralsk.[93] En mayo de 1931 fue una carta de Naville la que mencionó el arresto del último núcleo de los llamados ”resistentes libres” y especialmente de su jefe ”Michel” – un amigo de Andrés Nin – que se mantuvo firme ante la GPU.[94] En octubre de 1930 Trotsky escribió con franqueza al americano Shachtman: la Oposición, en tanto que organización, ya no existe.[95] En esta fecha, los jefes de la Oposición estaban en las “cárceles de aislamiento”, Verkhneuralsk, Iaroslavl, Tobolsk, Suzdal, incluso en la siniestra ”prisión central de la GPU” en Moscú, como el ex-clandestino Ianuchevsky.

Pero los bolcheviques-leninistas no habían olvidado las lecciones de la acción clandestina que les enseñó la lucha contra el régimen zarista. La represión policíaca no permitía construir un centro en el interior: al no poder realizarse allí se construyó en el exterior, en torno al Biulleten Oppositsii, que se convertiría en Rusia en el eje del reagrupamiento de los oposicionistas, el organizador, al mismo tiempo que revista teórica y boletín de debate.

El envío del Biulleten, del cual varias decenas se editaron en formato reducido para facilitar su difusión clandestina, se hacía de mil modos. El principal eran los puertos que donde recalaban los barcos soviéticos, Amberes y Hamburgo, lo que confirió un papel particular­mente importante a los militantes belgas y alemanes. La venta pública del Biulleten en los quioscos y librerías de la mayoría de las grandes ciudades de Europa permitía que los soviéticos que viajaban al exterior pudieran acceder al mismo, pues muchos de ellos buscaban precisamente este tipo de publicación. En general, el Biulleten continuaría penetrando en la URSS, incluso en formato reducido hasta 1933 e incluso más tarde como lo prueban algunos datos dados por Serge en 1936.

Pero el problema más difícil de resolver era la circulación en sentido inverso: de la Unión Soviética hacia Europa Occidental, más precisamente hacia Berlín donde Sedov había instalado el centro de la redacción del Biulleten. Interrumpiendo las comunicaciones en este sentido, la GPU mataba dos pájaros de un tiro: ¿Qué seria de un Biulleten privado de información proveniente de la URSS? Las rigurosas condiciones de clandestinidad de tal trabajo hacían por otra parte que no quedara ningún rastro escrito, o al menos, si quedaban, que fueran difíciles de interpretar. Hechas estas reservas, indicaremos igualmente todo lo que nos parece que fueron las grandes líneas de solución aportadas por Sedov a este espinoso problema.

En 1929, por ejemplo, Sedov había logrado un contacto en Berlín y en París. El de París era ”Joseph”, en realidad, Solomon Kharin, miembro de la delegación comercial en París, del cual sabemos que no sólo siguió a Radek en su capitulación sino que entregó a la GPU los manuscritos del primer número del Biulleten.[96] En Berlín, el representante de la Oposición – en contacto con los oposicionistas alemanes y especialmente con Sacha Muller que hablaba ruso – es designado en la correspondencia bajo la inicial de ”L.”. Poco tiempo después, el rol de contacto y de ”buzón” en Berlín lo realizaría una joven soviética de veinte años, Nina V. Vorovskaia, que era también una vieja militante de la Oposición de Izquierda rusa, camarada de combate de León Sedov y propagandista ardiente de las ideas y tesis de la Oposición entre las juventudes comunistas,. Hija de un viejo bolchevique, obtuvo la autorización del gobierno para curarse de su grave tuberculosis a Europa Occidental. Ella era de plena confianza, porque pertenecía al viejo núcleo dirigente, estaba relativamente protegida por el momento porque siendo hija de un mártir de la revolución, asesinado por los Blancos, conocía personalmente a todos los militantes importantes y corría menor riesgo que cualquier otro de ser víctima de provocaciones. Pero no se quedó mucho tiempo. Los médicos decidieron primero una operación que la puso por algún tiempo fuera de contacto. Enseguida, apenas convaleciente, fue llamada por las autoridades rusas y volvió a Moscú donde murió. Trotsky la consagró un emotivo artículo necrológico.[97] Los documentos alemanes la designaron bajo las iniciales ”N.K”.[98]

Durante varios meses, en el curso del año 1930, no hubo más contacto permanente con la Oposición de Izquierda rusa en Berlín. El vacío, sin embargo, fue llenado a finales de año por un hombre, del cual Sedov escribió a su padre que era de total confianza.[99] Era, probablemente, aquel a quien Jean Meichler encontró en París y del cual hablaba en una carta a Prinkipo: el ”nuevo amigo”, el ”Dr. H.K” pertenecía a la representación comercial soviética en Alemania, su especialidad era la madera, y tenía dos amigos en la representación soviética en París a los que había ido a buscar por las necesidades de la acción y de la conexión.[100]

Nuestras informaciones sobre esta cuestión se interrumpen con la llegada de Sedov a Berlín. De allí en adelante, en efecto, el contacto sería él, el centro, la cabeza de la red, el hombre que mantenía y aseguraba todas las conexiones. Numerosos rusos vivían en la capital alemana, emigrados de épocas diversas, también estudiantes. Sabemos que Sedov reclutó en Berlín a un estudiante ruso con pasaporte, Oskar Grossmann, quien, bajo el nombre de ”Otto” se trans­formó en uno de los dirigentes de los jóvenes de la Oposición alemana. Pero sabemos también que se reunía con muchos viajeros: era, aparentemente, por medio de la delegación comercial en Berlín, como transitaban la mayoría de los viajantes de la Unión Soviética; y muchos suministraban buena cantidad de informaciones y documentos.

Además, León Sedov, viejo conspirador, tenía acceso a los ”viajes especiales” de los cuales no sabemos prácticamente nada, salvo que eran extraordinariamente difíciles de organizar, que siempre había que argumentar y convencer de su necesidad a aquellos que aceptaban hacerlos, que nunca se trataba de misiones de ”ida y vuelta”, sino solamente de una u otra, que las personas que habían llevado documentos no traían nada de vuelta y viceversa.[101] Las escasas informaciones de que disponemos parecen indicar que los ”viajes especiales” no eran por supuesto viajes turísticos, muy sospechosos entonces ya que eran escasos en la época, sino que eran desplazamientos normales de militantes de los aparatos de la Internacional Comunista o del KPD (Partido Comunista Alemán) que simpatizaban con la Oposición de Izquierda y aceptaban convertir sus misiones en misiones especiales. Solo disponemos de un testimonio sobre esto, el del alemán Karl Grohl, que garantizó a Sedov, en febrero de 1933, una ”misión especial” en Moscú, con ocasión de un viaje realizado por cuenta de la empresa de Münzenberg.[102]

La correspondencia proveniente de la Unión Soviética que aparece muy regularmente en el Biulleten era entonces en realidad una correspondencia un tanto peculiar, heterogénea, formada a la vez por extractos de relatos auténticos de militantes rusos y de textos redactados por Sedov sobre la base de relatos orales, de cartas personales recibidas por sus contactos, etc.

Las primeras provenían generalmente de Moscú, pero también de Leningrado, Kharkov e incluso de Tashkent o de muchos lugares de deportación. Estaban evidentemente firmadas con seudónimos, a veces con simples iniciales, y daban en general informaciones interesantes no solamente sobre la vida del partido, las intrigas del aparato, el estado de ánimo de las masas y las condiciones de vida, sino también sobre la represión, el destino y la moral de los prisioneros y exiliados. En un primer período, figuran los relatos firmados ”N”, a partir de 1930, los ”NN”, antes de que apareciera ”TT”. ¿Quiénes eran estos hombres? Sin duda no lo sabremos jamás. Por otra parte hemos mencionado que uno de ellos era aparentemente el bolchevique de Moscú Andrei Konstantinov, Kostia, miembro del partido desde 1916, detenido a fines de 1932, ulteriormente deportado a Arkhangelsk, y luego a Vorkuta. Conocernos también al moscovita Ianuchevsky, – Ian – detenido sin duda en 1930, transferido de Verkhneuralsk a la prisión central de la GPU de Moscú – donde desapareció para siempre.

Es a esta primera categoría de Informes” más que a las cartas de donde provienen los documentos referidos a la deportación y también a la vida en las ”cárceles de aislamiento”, transmitidas por los responsables soviéticos a costa de miles de dificultades: así, el texto redactado en Verkhneuralsk en junio de 1930 por Iakovin, Solntsev y Stopalov llegó a Prinkipo el 10 de octubre. La demora no fue mucho más larga entre el comienzo de la primera huelga de Verkhneuralsk en 1931 y la información transmitida en el Biulleten Oppositsii, que además publicó la lista nominal de ciento diecisiete huelguistas de hambre distinguiendo ”bolcheviques-leninistas” de ”decistas”.

El segundo tipo de documentos recoge cartas personales o extractos de las mismas que contenían informaciones concretas, o cartas fabricadas a partir de materiales recolectados por la correspondencia o conversaciones; a partir de confidencias de los responsables que viajaban al extranjero, a menudo recogían hechos interesantes, rumores que a principios de los años treinta circulaban dentro del aparato: en general suministraban informaciones que luego serían confirmadas décadas más tarde tras la muerte de Stalin. Las más interesantes pertenecen al período en el que la Oposición rusa, a fines de 1932, comenzaba a salir de su aislamiento y se preparaba a entrar en el “bloque de las oposiciones”.

 


[92] Cf. documentos, p. 90-104.

[93] Serge a Trotsky, 30 de mayo de 1930, Harvard 5005.

[94] Naville a Trotsky, 28 de agosto de 1931, ibidem, 9503.

[95] Trotsky a Shachtman, 31 de octubre de 1930, ibidem, 1082.

[96] Cf. n. 12.

[97] ”Nina V Voroskaia”, Biulleten Oppositsii número 19, marzo de 1931, p. 36. Nina V Vorovskaia (1908-1931) era la hija del viejo bolchevique Vaclav V Vorovsky (1871-1923), un antiguo miembro de Iskra devenido diplomático y asesinado en Lausana por un Blanco.

[98] Urbahns a Trotsky, 25 de mayo de 1929, Harvard, 5616.

[99] Sedov a Trotsky, ibidem, 5482.

[100] Meichler a Sedov, 9 de octubre de 1930, ibidem, 12769.

[101] Sedov a Trotsky, ibidem, 5482.

[102] Karl Grohl (1896-1979), militante del KPD bajo el nombre de Friedberg – responsable del aparato militar después de 1919- se adhirió clandestinamente en 1930 a la Oposición de Izquierda y militaba en ella bajo el nombre de Karl Erde. Publicó sus memorias bajo el nombre de Karl Retzlaw: Spartacus. Aufstieg und Niedergang. Erinnerungen eines Parteiarbeiters. El relato de su misión en Moscú en Febrero de 1933 se encuentra en p. 355-356. Willy Münzenberg (1889-1940), había sido el dirigente de la Internacional Socialista de los jóvenes, luego de la Internacional Comunista de los jóvenes; como responsable de la Seguridad roja internacional había organizado rápidamente lo que se daba en llamar el ”trust Münzenberg”, un conjunto de periódicos y empresas diversas tendentes a sostener la propaganda de la I.C.

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