Los orígenes y los significados del estalinismo

Un innovador punto de vista sobre el ascenso del estalinismo, la colectivización forzada en el campo y el papel de los “kulaks” en el debate político del período.

0
171

Cuando el Segundo Congreso de los Soviets fue convocado, el 25 de Octubre de 1917, 505 de los 670 delegados llegaron comprometidos a transferir “todo el poder a los soviets”. 1 Estos diputados representaban cerca de 402 soviets locales de obreros y soldados lo que, incluyendo a las familias, significaba decenas de millones de personas. Veinte años después, el régimen estalinista ya había encarcelado algunos millones de prisioneros políticos, siendo Stalin personalmente responsable de la orden de prisión de algunas centenas de millares, basado en órdenes a priori. El régimen ejecutará, entre 1937 y 1938, alrededor de 680 mil personas. Intelectuales anticomunistas, de hecho, hicieron su carrera académica buscando conectar 1917 y 1937, o sea, ligando la existencia de la revolución al sistema represivo estalinista como su resultado inevitable. Los socialistas siempre recusaron esta afirmación, pero es preciso explicar la tragedia de la Revolución Rusa y cómo fue posible la emergencia del régimen estalinista.

Con la apertura de los archivos, no necesitamos especular más al respecto del alcance de la brutalidad del régimen estalinista. Este guardó registros detallados de las prisiones, de la represión y de las iniciativas populares contra estas políticas. Nos gustaría sumariar algunos de los eventos cruciales y de los puntos de inflexión en el desarrollo del estalinismo a la luz de las investigaciones que se valieron de estos documentos. Querríamos también, y con algún sentido de proporción, reexaminar críticamente las controversias teóricas sobre la naturaleza del régimen estalinista.

Para comenzar, recordemos que debido al atraso económico de Rusia, la estrategia bolchevique de la revolución se apoyaba en una revuelta europea. En el Soviet de Petrogrado, el 25 de octubre de 1917, Lenin argumentó: “Seremos ayudados por el movimiento mundial de la clase trabajadora que ya comienza a desenvolverse en Italia, Gran Bretaña y Alemania”. 2 Esta perspectiva era compartida por todo dirigente bolchevique y repetida centenas de veces, aún por Stalin en sus Fundamentos del Leninismo (1924): “Podemos vencer y asegurar la victoria definitiva del socialismo en un único país sin los esfuerzos combinados de los proletarios de los diversos países avanzados? Ciertamente no.” Siete meses después, este argumento sería revisado: “Formalmente, la victoria de la revolución en un solo país fue considerada imposible. Ahora este punto de vista no encaja más con los hechos”. 3

El pronóstico de la Revolución Rusa como el de una cadena de revueltas europeas no se realizó. Por un tiempo, en 1918, consejos de obreros emergieron por toda la llamada Europa Central. No cabe discutir estas revueltas aquí, pero para un abordaje internacional de la tragedia de la Revolución Rusa es fundamental recordar la revolución alemana de 1918, las ocupaciones de fábrica en Italia en 1920 y así sucesivamente.

También es necesario recordar que los bolcheviques heredaron una catástrofe económica de grandes proporciones. La triste realidad fue que, al revés de que los trabajadores europeos consiguieran auxiliar a la Revolución Rusa, fueron las clases dominantes europeas las que consiguieron ayudar a la contrarrevolución, tanto por medio de la intervención militar directa, como por medio de la ayuda a los ejércitos blancos. En vez de guerra civil, lo correcto sería llamar a la devastación de 1918 y 1920 guerra imperialista, ya que sin la ayuda externa las desgastadas fuerzas blancas hubieran sido incapaces de construir un ejército. Cuando las fuerzas blancas antisoviéticas se aproximaron a Rostov, en la primavera de 1918, estas eran esencialmente un cuerpo militar profesional sin un ejército: dos tercios de los 3.685 hombres eran oficiales, incluyendo 36 generales y 200 coroneles. 4 Al final del verano de 1918, más de 150 mil soldados extranjeros estaban en Rusia ofreciendo un apoyo crucial a las posiciones blancas en todo el frente norte, Ucrania y el Cáucaso. Los cargamentos de apoyo de los aliados a los blancos incluían centenas de millares de rifles, mil piezas de artillería con millones de morteros, siete mil ametralladoras, doscientos aviones y una centena de tanques. Mucho de este apoyo inicial venía de Gran Bretaña y de Francia, pero el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Robert Lansing, convencerá a Woodrow Wilson de inyectar secretamente decenas de millones de dólares en los ejércitos blancos en un esfuerzo por establecer un “gobierno ruso estable” por medio de una “dictadura militar”. 5

En la medida en que las condiciones empeoraban y el abastecimiento escaseaba, los obreros en Moscú, Petrogrado y otros centros se lanzaron al campo en busca de comida. En mi investigación, documente el impacto de la Guerra Civil entre los trabajadores de la fábrica Hammer and Sickle [Martillo y Hoz], en Moscú. De los más de 3 mil obreros en 1917, sólo 772 estaban empleados a mediados de junio de 1920 y, debido a la falta de combustible, la fábrica producía apenas el 2% del metal que producía antes de la guerra. La producción industrial en la Unión Soviética al final de la guerra civil era cerca de un quinto de la que era antes de la guerra. 6. La clase trabajadora industrial estaba tan devastada – tanto numérica como políticamente – que Lenin llegó a declarar que el proletariado “dejará de existir como tal”. 7 Para los marxistas de la época, eso significaba un enigma teórico profundo.

Como materialistas, los marxistas deben reconocer que esta catástrofe social, económica y política tras los siete años de guerra y guerra civil tornó las posibilidades de construcción del socialismo mucho más frágiles. Cerca de 3 millones de soldados fueron muertos, 13 millones de civiles murieron prematuramente, la mayoría durante las crisis de hambruna y gripe entre 1921 y 1923 -8. Políticamente, las exigencias de la guerra civil y de la ruptura por parte de los socialistas con el poder soviético implicaron para los bolcheviques, al contrario de un sistema soviético pluralista, la sustitución de la democracia soviética de los obreros y soldados por el poder del partido. En enero de 1921, Lenin declaró: “Debemos tener el coraje de encarar la amarga verdad. El partido está herido” y llamó al Estado que sobrevivirá a la guerra civil “un Estado obrero con deformaciones burocráticas”. 9

La amplitud de esta deformación burocrática era enorme. Al final de la guerra civil, el Estado empleó casi a seis millones de funcionarios, cinco veces el número de obreros industriales en la época. 10 Fue por medio de esta burocracia que Stalin construyó su dictadura personal. El Partido Comunista detentaba alrededor de 400 mil funcionarios partidarios y muchos historiadores concuerdan hoy en que, a partir de 1922, como Secretario General del Comité Central, Stalin pasó a usar su posición administrativa en beneficio propio. Con un equipo personal de más de 600 personas en la Secretaria del partido, Stalin fue capaz de construir una red leal de control al interior del aparato partidario, designando funcionarios leales en todos los niveles, removiendo disidentes y usando a la policía secreta (GPU) contra opositores políticos. 11

Para entender al estalinismo es necesario algún abordaje teórico respecto de las aspiraciones que la burocracia representaba. Al repasar los varios volúmenes que Trotsky escribió al respecto del estalinismo y de la burocracia, es posible percibir que cambió su posición muchas veces, en una forma de análisis dinámica y por momentos hasta contradictoria. Algunos de sus argumentos son mucho más útiles que otros y algunos están basados en errores fácticos groseros.

En 1930, Trotsky argumentó sobre el estalinismo y la burocracia algo muy útil: “Stalin no creó el aparato. El aparato lo creó”. 12 Esta noción del estalinismo como representación de las aspiraciones de la burocracia es muy útil, pues permite mapear la base social de este fenómeno. La autonomía relativa del Estado también era percibida por Lenin en marzo de 1922:

“El Estado está en nuestras manos; pero ¿implementó la Nueva Política Económica de la manera en que queríamos en el último año? No… la máquina rechazó obedecer la mano que la guiaba. Fue como un auto que no se dirigía al destino deseado por el conductor, sino en la dirección deseada por otro; como si estuviese siendo dirigido por una mano invisible, desgobernada, sabe Dios por quien, tal vez un aventurero, o un capitalista privado, o ambos. Sea como fuere, el auto no está yendo exactamente en la dirección que el hombre sobre ruedas imagina, y a veces llega a ir en una dirección completamente distinta”. 13

En 1928, Trotsky comienza a definir a la burocracia soviética como un régimen bonapartista. En El Estado y Revolución, Lenin había resumido el papel del Estado como un instrumento de explotación de la clase oprimida, a pesar de también citar a Engels respecto de la “excepción”, en “momentos en que las clases en lucha se equilibran a tal punto que el poder ostensiblemente mediador del Estado adquiere, por un momento, un cierto grado de independencia de ambos”. Este sería el caso del bonapartismo del Primer y Segundo Imperio en Francia, de Bismarck en Alemania y, completaba Lenin, de Kerenski en 1917. En 1928, Trotsky comenzó a describir al régimen estalinista dentro de este cuadro teórico, como “kerenkismo reverso”. Este modelo resume mucho de su pensamiento sobre el estalinismo, visto que Trotsky se refirió al bonapartismo soviético más o menos en una centena de artículos y entrevistas a lo largo de los doce años siguientes. Trotsky argumentaría más tarde que, alrededor de fines de 1924, el Termidor había triunfado, o sea, que el dominio estalinista sobre el partido a partir de ahí se tornará definitivo. 14

Como mostró Moshe Lewin, aún enfermo Lenin podría haber resistido a las políticas y usos del aparato por Stalin. 15 También se sabe que los delegados bolcheviques del 10º Congreso del Partido, en marzo de 1921, habían sido democráticamente electos con base en la adhesión a una de las tres plataformas adversarias cuyos programas fueron publicados en Pravda, y las dos fracciones menores presentaron sus propias plataformas y las expusieron extensamente. Aun así, la postulación por Lenin de Stalin como Secretario General y la política aprobada en el congreso de prohibir ciertas fracciones contribuirán al fortalecimiento de las tendencias burocráticas en el aparato.

Como marxistas debemos mirar los inicios del régimen soviético y sus “distorsiones burocráticas”, para usar las palabras de Lenin. La caracterización de Lenin es descriptivamente correcta, pero parece insuficiente para discutir el sistema en los términos de sus contradicciones y desarrollo en los años 1920. En este sentido, el modelo bonapartista de Trotsky parece útil para analizar el advenimiento del estalinismo, pero es necesario usarlo críticamente. El modelo bonapartista describe la autonomía relativa del Estado que oscila entre las clases en conflicto agudo. Trotsky argumentó que el Estado oscilaba entre los intereses de la clase obrera, lo que es parcialmente correcto, y la presión de los campesinos ricos o “kulaks”, lo que es incorrecto. En sus escritos tardíos, Trotsky abandonó las referencias a los kulaks y pasó a enfatizar al Estado en sí mismo como una clase en lucha. 16

Aunque esta declaración haya sido hecha tardíamente, ella ofrece un modelo para observar las diferentes presiones sociales y la base de apoyo de Stalin durante la NEP, entre 1921 y 1928. Para ello, un modelo bonapartista revisado ofrece un marco teórico para la comprensión del desarrollo del estalinismo y de las tendencias en pugna al interior del aparato durante toda la década de 1920. Con todo, es importante destacar el error de Trotsky en el análisis de los conflictos de clase, al no reconocer a la burocracia como una de las clases en conflicto en la definición de los “kulaks” como una clase específica.

La consigna estalinista de 1924, “socialismo en un sólo país” era una apelación a la estabilidad al interior del aparato. Es preciso recordar que en tanto Stalin construía su máquina leal al interior del aparato, él también apoyaba la NEP y las políticas sindicales que Lenin había introducido. Políticas, además, que van a chocar posteriormente con los intereses estatales. A pesar de la catástrofe económica de la Guerra Civil, el Estado soviético iniciará una serie de políticas durante la NEP que eran explícitamente favorables a los trabajadores y muy distintas de las relaciones industriales capitalistas. En el 10º Congreso del Partido, en marzo de 1921, la posición sindical de Lenin enfatizaba la persuasión ante la coerción.

En noviembre de 1922, el Código de Trabajo estipuló que los salarios serían negociados por medio de acuerdos colectivos entre las corporaciones y los sindicatos, en los cuales los trabajadores tendrían voz y el derecho de ratificar los contratos. Las Comisiones de los Conflictos de Derechos (RKK), compuestas por administradores y obreros que se encargarían de los conflictos no contractuales; la jornada de trabajo se limitaría a 8 horas (6 horas para jóvenes); las horas-extra serían compensadas en un 150% en relación a la hora normal; las mujeres recibirían licencia por maternidad remunerada equivalente a 16 semanas. 17

El historiador E.H Carr describió este período como el de “compromiso difícil”, lo que parece una idea útil asociada al modelo bonapartista para describir un contexto de “tregua” temporaria de clase. Era central para este compromiso la garantía por parte del Estado de un aumento regular del salario de los obreros para que en 1926 estos se tornasen salarios reales, tomando como medida aquellos de 1914, antes de la guerra, cuando la jornada de trabajo era aún de 8 horas, y no de 10. 18 Las huelgas durante la NEP eran resueltas por la persuasión y arbitraje y no por la represión. Informes mensuales y regulares escritos para Stalin entre 1922 y 1928 muestran que en sólo cinco situaciones los trabajadores habían sido apresados durante huelgas y que el 45% de todas las huelgas habían sido cerradas por la concesión a los trabajadores de algunas de sus demandas. 19 Evidencias de estos informes refutan la tesis muy repetida de la historiografía soviética del trabajo respecto de la represión.

En la fábrica Hammer and Sickle, el sindicato de los metalúrgicos y el zhenotdel – la organización de mujeres – eran ambos afines a las preocupaciones de los trabajadores al inicio de la NEP, no así cerca de 1928. El sindicato de los metalúrgicos luchó sistemáticamente contra la administración respecto de las contrataciones, horas-extra, categorías salariales y cuestiones relativas a las diversas secciones, a tal punto que, en 1925, la fábrica reclamó que los diputados sindicales – y no los administradores – eran los que detentaban el control real de los sectores. 20

Los sindicatos también podían enviar solicitudes para un “arbitraje”. El arbitraje sólo era útil si los obreros creían que había una chance razonable de victoria. En 1924, la Comisión de Conflicto en la Hammer and Sickle lidió con casos en torno a más de 13 mil obreros (3 veces el tamaño de la fuerza de trabajo en la fábrica) y el 65% de las disputas fueron resueltas a favor de los trabajadores. 21 Este arbitraje de las disputas de trabajo se daba de la misma manera en toda la Unión Soviética. En los últimos tres años de la NEP más de 8 mil casos que involucraron a 7 millones de trabajadores fueron resueltos por medio del arbitraje. 22

Las reuniones quincenales de mujeres propiciaban el espacio donde las mujeres en la Hammer and Sickle podían levantar sus preocupaciones sobre los salarios, el cuidado de los hijos, los beneficios de salud, los administradores abusivos. Ellas también podían solicitar apoyo tanto al partido, como al sindicato de los metalúrgicos y esperar una respuesta positiva. La participación voluntaria de más de la mitad de las obreras en estos encuentros ilustra bien la manera como valorizaban ese espacio. Cerca de 1927, en tanto, cuando el partido pasó a enfatizar la productividad por encima de todas las otras cuestiones, las mujeres perdieron el interés y simplemente dejaron de frecuentar estas reuniones. 23

El historiador checo Michel Reiman, en su excelente estudio, El nacimiento del estalinismo, argumenta de manera crucial al respecto de los orígenes del sistema estalinista. En cuanto Stalin detentaba el control del aparato de Estado al inicio de los años 1920, sus políticas sociales represivas fueron una reacción a la profunda crisis social que marcó la fase tardía de la NEP. Muchos factores relacionados contribuyeron a esta crisis. Primero, la cosecha de 1927 fue tan mala que, al inicio de 1928, fue introducido el racionamiento de comida. Este fue seguido por una cosecha aún peor en 1928. La crisis rural fue combinada, aún, con una crisis de la industria. Si la economía soviética se había recuperado a los niveles anteriores a la guerra alrededor de 1928, las fábricas comenzaron a quebrar y no había más fondos para una expansión industrial futura. Hiperinflación, falta de alimentos y desempleo creciente llevaron a procesos generalizados de agitación urbana. El estalinismo no era un “plan bien pensado”, demostró Reiman, sino una respuesta estatal “extrema” para esta crisis. Esta implicó la requisición forzada de granos contra los campesinos, un preludio de la colectivización forzada que seguiría. 24

La crisis tardía de la NEP es importante para la comprensión de las políticas sociales del estalinismo: en cuanto está claro que desde el inicio Stalin aspiró a ser un dictador, nada en los archivos del Politburó o de las reuniones del Comité Central revelan evidencias de que el estalinismo – como sistema social – habría sido planeado o concebido antes de 1928. Las políticas draconianas del estalinismo fueron una respuesta a una crisis social profunda.

La fábrica Hammer and Sickle, en 1928, ilustra la respuesta a esta crisis. Los obreros eran mucho más críticos en relación a la organización partidaria, al sindicato de los metalúrgicos, al comité de fábrica y la sección de mujeres. Una antigua líder femenina del comité de fábrica preguntó “¿Sería el partido una institución correccional? ¿Por qué aceptan a todo tipo de basura y mantienen sólo a aquellos que hacen cosas reprobables?”. Otra declaró “Yo no voy a entrar al partido porque los comunistas son estafadores y ladrones”. Cuando un miembro del Comité Central, Mikoyan, habló en la fábrica, recibió una larga lista de cuestionamientos hostiles y declaraciones, incluyendo una que decía “El rey es un saqueador”, y otra que decía “Camarada orador, en toda la reunión todos nosotros oímos de usted que esta ciudad posee kulaks… si usted observa a los habitantes y sus posesiones, tendrá una imagen muy distinta a la suya sobre quién es el kulak basado en propiedades”. 25

El retroceso del sindicato de los metalúrgicos significaba que los trabajadores eran más críticos con él. “El comité de fábrica perdió su autoridad” debido a los bajos salarios. “El precio de los alimentos sube y el sueldo no, vivir se volvió difícil para los obreros”. Otro trabajador argumentó “los miembros de los comités de fábrica ante la administración están con miedo de defender los intereses de los trabajadores de manera firme”. Los trabajadores también criticaron a la comisión de conflicto, pues la mayoría de los conflictos eran decididos en favor de la administración. En febrero, las mujeres de la sección de tornillos organizaron una huelga y responsabilizaron al comité de fábrica y la administración por la paralización, acusándolos de ignorar sus demandas. El Día Internacional de las Mujeres, en 1928, un grupo de mujeres invadió la celebración y “gritando como soldados” interrumpió el discurso de los oradores hombres, a quienes removieron por la fuerza. 26

Significativamente, la Oposición Unificada se conectó con la rabia de muchos trabajadores en 1928, incluso un año antes, antes de ser expulsada. Un informe enviado a Trotsky en octubre de 1928 muestra que los trotskistas eran muy activos en muchas ciudades ucranianas, incluyendo Kharkov, Kiev, Ekaterinoslav, Odessa y la región de minas de Donbas donde un año antes no poseían ningún apoyo. En Krasnoiarsk ellos poseían miembros en las tres mayores fábricas. En Ekaterinoslav la Oposición de Izquierda creció de 100 a 220 miembros y un 99% de los oposicionistas allí eran obreros. El trotskismo también alcanzó el cinturón industrial del centro de Rusia, incluyendo Moscú, Leningrado, Tula, Ivanov y Saratov, el Cáucaso en Tiflis y Baku. 27

El Primer Plan Quinquenal iniciado, retrospectivamente, en el último cuarto de 1928 representó un punto de quiebre fundamental en la historia soviética. Los complejos debates económicos durante la NEP se centraron en acumular capital suficiente por el aumento de impuestos para campesinos supuestamente ricos. La brutal colectivización e industrialización de Stalin fue nada menos que un ataque total tanto para la clase trabajadora, como para el campesinado, para que ambos pagasen por la industrialización.

La colectivización llevó a millones de antiguos campesinos a trasladarse a las ciudades. El historiador económico Alec Nove observa que la ofensiva estalinista contra la clase obrera y campesina llevó al “más agudo trastrocamiento de los patrones de vida en tiempos de paz de la historia”, una regresión que implicó “miseria y hambre masivas”. 28 En las fábricas, los sindicatos fueron transformados en órganos de productividad del Estado, las jornadas de trabajo fueron extendidas a 60 por semana, el disenso abierto fue silenciado. La policía política, u OGPU, registró los sentimientos de los obreros de Moscú:

“Nuestros amados políticos llevarán al país a la pobreza extrema”. ‘La situación material de los obreros está mejorando’ [dicen]. Si, mejor con pan duro y agua y a veces repollo. Ustedes son todos parásitos, parásitos peores que los burócratas y arribistas zaristas. Este es el Estado que ustedes ofrecen al trabajador. Estamos con hambre y no podemos trabajar hasta que nos sea dado pan, carne, casa y ropa”.

“Yo prefería la guerra, pues estoy cansado de este régimen. No hay carne; no hay pan; no hay nada. Hacemos filas para todo. Es una pena que me haya quedado sin nada en mi pueblo, pues me iría ahora y me volvería para allá”.

“Genios, jodanse. Todo lo que saben hacer es implorar y pedir dinero”.

“Jodanse todos. ¿Qué tipo de poder soviético es este que mi esposa precisa hacer seis horas una fila para un pedazo de pan?”.

“Espero que el diablo se los cargue. Todo lo que ustedes dicen es mentira. Una vez por mes ustedes ofrecen batatas podridas, y ni siquiera hay sopa para las familias. Si fuese posible vivir al menos un día como antes – todo lo que necesitábamos estaba disponible. Hoy la única cosa que saben es robar a los campesinos, quebrar las iglesias y meter a las personas a las prisiones. Bastardos, bandidos”. 29

Estos pocos ejemplos de la Hammer and Sickle y de obreros de fábricas próximas aparecen repetidos en millares de los informes publicados de la GPU para Stalin. Stalin estaba al corriente de la miseria y del descontento tanto en el campo como en las fábricas. 30 A pesar de eso, pocos casos de resistencia organizada fueron registrados en las fábricas.

La única excepción fue en el centro de la industria textil en la región de Ivanov, como muestra el estudio de Jeffrey Rossman, Resistencia obrera al estalinismo. Ivanov fue escenario de algunas de las mayores huelgas durante el Primer Plan Quinquenal, y la revuelta de Virchuga en abril de 1932 podría ser considerada una insurrección local. Cerca de 15 mil trabajadores textiles se levantaron contra el hambre debido al racionamiento, organizaron un comité de huelga y confrontaron esa política con piedras y bastones. Los obreros de Virchuga atacaron las instituciones de las autoridades, incluyendo oficinas, tanto del partido como de la policía política, batearon y amenazaron con matar a funcionarios estatales. Los rebeldes tomaron el centro de la cuidad, con líderes huelguistas declarando “nosotros no destruimos el soviet, sino la OGPU (policía política), la policía civil y el comité distrital del partido”. 31

En un telegrama para Kalinin, un miembro del Comité Central, un líder local del partido relató que “debido a la reducción de las raciones alimentarias, la masa de 15 mil obreros abandonó las fábricas y paró de trabajar, hace ya 5 días. La masa trabajadora se enfrentó con la policía y los órganos de la OGPU de manera sangrienta…Los trabajadores insisten en que tres representantes del Comité Ejecutivo de los Soviets vengan inmediatamente para el lugar para resolver el conflicto”. Existe aún la evidencia de que campesinos armados con machetes y azadas comenzaron una revuelta en solidaridad, atacando al soviet del pueblo para “enseñarles una lección”. Lo significativo es que el miembro del Comité Central, Kaganovich, no respondió con represión, sino con la concesión a los trabajadores de un aumento de las raciones de alimentos. 32

¿Cómo entonces considerar la diferencia entre obreros que odiaban las políticas sociales estalinistas en toda la Unión Soviética de los obreros de Ivanov, que resolvieron iniciar una acción militante? Rossman apunta a que las precarias condiciones de los obreros textiles presionaban a estos trabajadores mucho más que en otras industrias. Además de eso, la proporción mayor de mujeres en la fábrica llevó a una cantidad mayor de huelgas – sobre las mujeres pesaba mucho más el fardo de la falta de alimentos y de las largas jornadas de trabajo – y ellas “poseían una mayor libertad que los hombres para sumarse a los actos de protesta” sin ser despedidas o presas, lo que también era válido para las revueltas campesinas. 33 Un tercer factor puede explicarlo: los obreros en Ivanov eran los más militantes durante la NEP. Esta tradición de militancia, bien como las redes de opositores, persistía y tuvo un importante papel en las acciones de huelga durante el Primer Plan Quinquenal.

La resistencia al estalinismo fue mucho más difundida en las zonas rurales, donde las mujeres campesinas lideraron la revuelta contra la colectivización forzada. El trabajo de Lynne Viola, Rebeldes campesinos bajo Stalin, documenta el nivel de la rebelión campesina. Informes de la policía política oficial registraron 13.754 revueltas campesinas involucrando dos millones y medio de campesinos, muchas de ellas abarcando pueblos enteros – no se trataba de revueltas de “kulaks”. Entre ellas, 176 rebeliones tuvieron carácter de masas, involucrando millares de campesinos en saqueos al soviet local. Casi la mitad de las rebeliones, 6.528, ocurrieron en marzo de 1930 en pleno auge de la colectivización. 34

La OGPU registró que 3.700 de los disturbios de masas involucraban casi exclusivamente a mujeres, y en las demás las mujeres eran mayoría o parte significativa de la rebelión. La policía política reclamó que “la excesiva indulgencia de los órganos punitivos con las mujeres ayudaron a difundir la opinión de que las mujeres no son castigadas”. En una rebelión, la OGPU relató que una mujer habría dicho “no tenemos miedo de nadie, ya vimos a la OGPU y no hicieron nada y no lo van a hacer”. En otra rebelión, las mujeres le prohibieron a los hombres participar diciendo “esta es nuestra causa campesina, ustedes no tiene que interferir”. 35

El argumento de que la colectivización era una batalla entre el Estado de los soviets y los campesinos ricos, “kulaks”, está hoy completamente refutado. El libro de Moshe Lewin sobre la colectivización mostró que el “kulak” era una cuestión de propaganda y no un término económico, usada con frecuencia para los campesinos medios y aún pobres, y que significó la colectivización por medios violentos “contra sectores enteros de las masas campesinas en general”. Como argumenta el líder de la Federación Socialista Rusa, “si no tenemos kulaks, necesitaremos encontrar algunos por designación”. 36 Un estudio sobre los informes de la policía secreta para Stalin muestra que en 1924 esta aún simpatizaba con la situación de los campesinos, pero los informes cada vez más hostiles ilustran que a policía secreta había perdido fe en su propia propaganda, y que el término “kulak” pasó a ser intercambiable por “campesinos”. 37 Las pesquisas en los pueblos frecuentemente nombraban viudas, personas enfermas aleatoriamente para alcanzar la orden de 5% de “deskulakización” de la policía secreta. 38

Aún las estadísticas soviéticas, que intentaban asociar la resistencia a la colectivización con el chivo expiatorio de los “kulaks”, registran que la mayoría de los campesinos involucrados en rebeliones en 1930 eran del sector medio o pobre. 39 Sólo en 1931, casi dos millones [1.800.392] de personas fueron exiladas como “kulaks”. 40 Los datos son tan impresionantes que los textos de la historia de la Unión Soviética se refieren hoy a la colectivización como la “guerra contra los campesinos” de Stalin. El número total de muertos en esta guerra, incluyendo la colectivización, deskulakización, hambre y campesinos que murieron camino al interior de los Gulags supera ampliamente los 6 millones, incluyendo a casi la mitad de los 700 mil presos políticos ejecutados entre 1937 y 1938. 41

Es necesario tener en cuenta que el análisis de Trotsky de la colectivización y de los kulaks tenía serios problemas. En abril de 1929, Trotsky fue muy explícito al respecto del papel de los kulaks en su análisis: “El problema del Termidor y del bonapartismo está en la base del problema del kulak”. 42 Trotsky usaría la terminología de “kulak” centenas de veces al inicio de los años 1930. También era problemática la aceptación por parte de Trotsky de la caracterización estalinista de la colectivización voluntaria. En febrero de 1930, él argumentó:

“Las puertas del mercado estaban cerradas. Los campesinos se vieron aterrorizados ante ellas por un tiempo, y entonces se lanzaron a la única puerta abierta, la de la colectivización. La dirección misma no fue menos sorprendida con el repentino aluvión de los campesinos hacia los colectivos, con la liquidación de la NEP”. 43

Además de eso, Trotsky continuó caracterizando las implacables políticas clasistas anti trabajo como un giro “a izquierda”: “El período entre 1928-1931 – si dejamos de lado las oscilaciones y retrocesos – representa una tentativa de la burocracia de adaptarse al proletariado”. 44 Como mostró el historiador ruso Alexey Gusev, los trotskistas de Rusia después de su expulsión se veían a sí mismos como oposición leal a Stalin, apoyaban las huelgas económicas, pero se oponían categóricamente a las huelgas políticas que pudiesen amenazar al régimen. 45 A pesar del amplio apoyo de la clase obrera, la oposición trotskista ató sus propias manos debido a los análisis equivocados que veían al estalinismo como una posición centrista. Y peor aún: acabaron por quedar del lado del Estado durante la guerra brutal de Stalin contra los campesinos soviéticos.

Podemos dar cuenta de la escala de la represión estalinista hoy por medio de los cuadros que la policía política registró. En 1926, el total de prisioneros en la Federación Socialista Rusa era de alrededor de 110 mil y 11 mil de estos eran presos políticos. 46 El número de condenados y enviados a prisión por crímenes políticos entre 1922 y 1926 estuvo entre dos y ocho mil por año. Este número estaba en torno de 13 mil en 1928, se duplicó al año siguiente y creció a 114 mil en 1930. 47 Entre 1934 y 1940, casi cuatro millones [3.750.000] de personas fueron enviadas a campos de prisioneros. En los años más represivos de 1937-1938, 1,6 millones de personas fueron condenadas y prácticamente la mitad, 680 mil, ejecutadas. 48

Estos números no cuentan toda la historia de lo que significó el estalinismo. Es como lo que sucedió con Isaac Rubin, economista menchevique y autor de Una historia del pensamiento económico. En enero de 1931, un prisionero fue exhibido para Rubin y le fue dicho que si no confesaba ser un miembro de una organización menchevique contrarrevolucionaria este prisionero sería asesinado. Rubin se negó y el prisionero fue ejecutado ante sus ojos. El proceso se repitió la noche siguiente. Después del segundo asesinato, Rubin negoció una “confesión” con sus inquisidores, siendo que estos insistieron en que él implicase a su mentor David Riazanov como miembro de una conspiración menchevique secreta. Rubin fue completamente destruido como persona y finalmente ejecutado en 1937. 49 Ataques similares se dieron contra todas las tendencias de la oposición existentes dentro y fuera del Partido Comunista, incluyendo la ejecución de toda la oposición trotskista en el Gulag de Vorkuta en 1937. 50

La infame orden 00447 del Politburó de agosto de 1937 tenía como objetivo “antiguos kulaks, criminales y otros elementos antisoviéticos”. Lo que es impresionante al respecto de esta orden es que ella establecía órdenes previas de prisión para más de 250 mil personas, de las cuales 73 mil deberían ser ejecutadas 51. Para citar un ejemplo, Stalin envió a Lazar Kaganovich a Ivanov. En tres días, lo que fue conocido como “tornado negro”, Kaganovich acusó a todos los miembros de la dirección local del partido de “enemigos del pueblo” y dio la orden de ejecución para 1.500 personas. 52 Sólo en el final de 1938 Stalin “desconectó” la máquina de ejecución.

¿Cuál era la lógica de esta locura? Cerca de 1930, Stalin estaba dedicado a realizar una rápida industrialización y aparentemente creía que los problemas estructurales eran causados por personas que no estaban comprometidas con el proyecto e inhibían su implementación. Al final de 1938, estaba claro que su amplio dominio en red para reprimir se tornará contraproducente para los objetivos. Pero precisamos explicitar la naturaleza del terror masivo: no había ningún complot contrarrevolucionario, espías extranjeros o agentes – este fue un movimiento centrado en el Estado y orquestado desde la cima, con consecuencias brutales.

¿Cual era, entonces, la motivación para la rápida industrialización, capaz de hacer tanto a obreros como a campesinos sus víctimas? El discurso de Stalin para Administradores Industriales, en febrero de 1931, ofrece una hipótesis:

“A veces me preguntan si es posible desacelerar el tiempo y, de alguna forma, controlar el movimiento… Disminuir el tiempo significaría quedarnos atrás. Y los que quedan atrás son derrotados. Nosotros no queremos ser derrotados. ¡No, rechazamos la derrota! Una característica de la historia de la vieja Rusia eran las continuas derrotas que esta sufrió debido a su atraso. Ella fue derrotada por los khans mongoles. Ella fue derrotada por los gobernadores turcos. Ella fue derrotada por los lords feudales suecos …Todos la derrotaron debido a su atraso, atraso militar, atraso cultural, atraso político, atraso industrial, atraso agrícola… Estamos ciento cincuenta años atrás de los países avanzados. Debemos tomar una buena distancia en los próximos diez años. O hacemos eso o seremos destruidos”. 53

Stalin hablaba aquí no como socialista, sino como líder de una clase dirigente que había claramente roto con los ideales de la Revolución de 1917. El impacto de las políticas estatales en la vida de las masas trabajadoras no importaba más. Para convencer a una nueva generación de activistas sobre el socialismo, es necesario decir que los ataques de Stalin a los obreros y campesinos soviéticos no tenían nada que ver con el socialismo y representaron una completa ruptura con las ideas igualitarias de 1917.

Kevin Murphy es profesor de Historia Rusa en la Universidad de Massachusetts.

Notas

1 Alexander Rabinowitch, The Bolsheviks Come to Power (New York, 1976) 291, 304. Sólo dos delegados votaron en contra y doce se abstuvieron. Los mencheviques y socialistas revolucionarios de derecha ya habían abandonado el congreso.

2 Lenin, Collected Works (Moscow 1972) vol. 26: 240.

3 Donny Gluckstein, The Tragedy of Bukharin (London, 1993) 120.

4 Bruce Lincoln, Red Victory (New York 1989) 89.

5 David Foglesong America’s Secret War Against Bolshevism, 1917-1920 (Chapel Hill, 1995), 87, 104.

6 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 63-67.

7 Tony Cliff, Lenin vol. 3, The Revolution Besieged, (London, 1975) 115.

8 R.W. Davies, Soviet Economic Development from Lenin to Khrushchev (Cambridge 1998) 22.

9 V.I. Lenin, Collected Works, (Moscow 1965) vol. 32: 43.

10 Tony Cliff, Lenin: Revolution Besieged (London 1973) 158.

11 Stephen Kotkin, Stalin (New York, 214) 422-424.

12 Leon Trotsky, Notebooks, 1930, cited in Kotkin, Stalin, 424.

13 V.I. Lenin, Collected Works, (Moscow 1965) vol. 33: 279.

14 Tom Twiss, Trotsky and the Problem of Soviet Bureaucracy (London 2104).

15 Moshe Lewin, Lenin’s Last Struggle (London, 1975).

16 Twiss, Trotsky and the Problem of The Soviet Bureaucracy, 367-439.

17 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 83.

18 R.W. Davies, The Industrialization of the Soviet Union 3: The Soviet Economy in Turmoil, 1929 (London, 1980) 10-11.

19 Kevin Murphy, “Strikes During the Early Soviet Period, 1922 to 1932”, in A Dream Deferred edited by Donald Filtzer, Wendy Goldman, Gijs Kessler, Simon Pirani (Bern, 2008) 181.

20 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 92-95.

21 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 93.

22 E.H. Carr, Foundations of the Planned Economy 1926-1929 (London, 1969) 1: 600-601.

23 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 124-12

24 Michal Reiman, The Birth of Stalinism (Indiana, 1986) 8, 41-43, 115-122.

25 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 140-152.

26 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 107-108, 112, 134.

27 Tony Cliff, Trotsky: The darker the night (London, 1993) 167.

28 Alec Nove, An Economic History of the U.S.S.R. (New York, 1989) 199.

29 Murphy, Revolution and Counterrevolution, 197, 205, 207, 214-215.

30 “Sovershenno sekretno” in Lubianka–Staliny o polozhenii v strane (1922-1934 gg.) (Moscow, 1992-2004).

31 Jeffrey Rossman, Workers Resistance Under Stalin (Cambridge 2005) 207-231.

32 Jeffrey Rossman, Worker Resistance Under Stalin (Cambridge 2005) 207-231.

33 Jeffrey Rossman, Worker Resistance Under Stalin (Cambridge 2005), 231-237.

34 Lynne Viola, Peasant Rebels Under Stalin (Oxford, 1996), 142, 238.

35 Lynne Viola, VP Danilov, N.A. Ivnitskii, Denis Kozlov editors, The War Against the Peasantry 1927-1930 (New Haven, 2005) 349-350.

36 Moshe Lewin, Russian Peasants and Soviet Power: A Study of Collectivization (New York, 1975) 77, 491.

37 Hugh Hudson, ‘The Kulakization of the Peasantry: The OGPU and the End of Faith in Peasant Reconciliation, 1924-27’ Jahrbücher für Geschichte Osteuropas, vol 1, 2012.

38 Orlando Figes, The Whisperers, Private Life in Staln’s Russia, (New York, 2007) 87.

39 Viola, Peasant Rebels, 143.

40 Oleg Khlevniuk, The History of the Gulag (New Haven 2004) 11.

41 Ronald Suny, The Soviet Experiment (Oxford, 2011) 235-250.

42 Leon Trotsky, Writings, 1929 (New York 1975) 113.

43 Leon Trotsky, Writings, 1930 (New York 1975) 111.

44 Leon Trotsky, Writings, 1931 (New York 1975) 215.

45 Alexei Gusev, “The Bolshevik Leninists Opposition and the Working Class” in Filtzer, A Dream Defered, 162-163.

46 John Scherer and Michael Jakobson “Collectivization of Agriculture and the Soviet Prison Camp System” in Europe-Asia Studies, Vol. 45, No 3. 1993, 553.

47 Arch Getty and Oleg Naumov, The Road to Terror (New Haven, 1999).

48 Khlevniuk, The History of the Gulag, 304-305.

49 Roy Medvedev, Let History Judge (New York, 1989) 279-284.

50 Tariq Ali (editor), The Stalinist Legacy (London, 1984) 178.

51 Oleg Khlevniuk, The History of the Gulag (New Haven, 2004) 145-146.

52 Medvedev, Let History Judge, 347.

53 J. V. Stalin, Problems of Leninism (Moscow, 1953) 454-458.

Artículo aparecido en Revista Movimento

Traducción del portugués: Luz Licht

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí