La transición al socialismo y la economía planificada

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Plan, mercado y democracia obrera. Artículo del 2011

Por Roberto Saenz

“La lucha por los intereses vitales, considerados como los factores fundamentales de la planificación, nos introduce en la esfera de la política, que es la economía concentrada. Las armas de los grupos sociales de la sociedad soviética son (deben ser): los soviets, las uniones sindicales, las cooperativas y, sobre todo, el partido dirigente. Sólo la coordinación de estos tres elementos: la planificación estatal, el mercado y la democracia soviética, pueden garantizar una dirección justa de la economía de la época de la transición y asegurar, no la liquidación de las desproporciones en algunos años (eso es utópico), sino su atenuación y, como consecuencia, la simplificación de las bases de la dictadura proletaria”

León Trotsky, El fracaso del plan quinquenal, 1932

 

El plan de ajuste lanzado por la burocracia castrista ha reabierto el debate acerca de la economía de la transición socialista. El castrismo (como sus homólogos de la ex URSS, el Este europeo y China) ha oscilado siempre entre la centralización económica absoluta y la apertura hacia medidas de mercado: lo que no ha hecho nunca es apelar a la democracia obrera, a la planificación democrática de la economía. Sin embargo, la situación en la isla no para de deteriorarse. Lo que se está viendo ahora es un salto cualitativo: un brutal giro restauracionista cuya principal medida es dejar en la calle a un millón de trabajadores.

Desde nuestra corriente estábamos preparando un amplio trabajo de revisión crítica acerca de la economía de la transición socialista: desde los debates de los años 20 y 30 del siglo pasado en la ex URSS, pasando por los de la segunda posguerra, hasta las enseñanzas dejadas por las experiencias anticapitalistas en la China de 1949 y la propia Cuba. Estábamos involucrados en ese esfuerzo cuando Raúl Castro anunció los “Lineamientos” económicos a ser aprobados en el VI Congreso del PC cubano. Esto dio una nueva actualidad a nuestro proyecto, al poner sobre el tapete esta problemática.

Buscamos fundamentar por qué una economía de transición auténtica no puede ser ni de comando burocrático ni la apertura reformista hacia el “socialismo de mercado”. Por el contrario, debe profundizar una combinación dialéctica entre la planificación democrática, el control de la producción vía el mercado y el poder político en manos de la clase obrera.

Contra una vulgata que tiende a apreciar la mecánica de la economía de la transición de manera puramente “economicista”, estableciendo una contraposición mecánica entre el plan y el mercado, o separando la esfera de la economía del carácter del poder, pretendemos recuperar los originales análisis de Trotsky sobre esta cuestión.

A partir de la experiencia práctica de la ex URSS, el revolucionario ruso planteaba esa combinación dialéctica entre los que consideraba los tres reguladores de la economía de la transición: el plan, el mercado y la democracia obrera. Al mismo tiempo, caracterizaba esa situación como “una encrucijada de contradicciones”.

Este trabajo constará de cinco partes. La primera estará dedicada al planteamiento general de los reguladores; la segunda se concentrará en la subsistencia de la ley del valor; la tercera abordará la experiencia de la planificación socialista; la cuarta abordará la problemática de la acumulación socialista, primitiva y burocrática, y la última, los problemas referidos a la propiedad, la posesión y el poder en la sociedad de transición.

  1. Democracia obrera, propiedad, posesión y estado proletario

2. La transición al socialismo: Trabajo humano, mercado, dinero y precios

3. La planificación socialista como principio de racionalidad

4. La acumulación socialista y la catástrofe stalinista

5. La democracia obrera: propiedad, posesión y estado obrero

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