• Llamamos a votar nulo y preparar la lucha contra el ajuste que va implementar el próximo gobierno, el cual va afectar las condiciones de vida de los sectores explotados y oprimidos por el capitalismo.

Victor Artavia

¿Por qué llamamos a votar nulo en la segunda ronda?

Ni Figueres ni Chaves son una opción para la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. Nos repugna la posibilidad de que un depredador sexual asuma el poder, pero también que lo haga un personaje que se fugó del país para no afrontar las acusaciones de corrupción. Además, ambos concuerdan en proseguir con el ajuste fiscal de la mano del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por eso, llamamos a votar nulo y preparar la lucha contra el ajuste que va implementar el próximo gobierno, el cual va afectar las condiciones de vida de los sectores explotados y oprimidos por el capitalismo.

¿Qué es el ajuste fiscal?

Por ajuste nos referimos a las medidas económicas que toman los gobiernos burgueses para recortar el presupuesto estatal, particularmente por medio del congelamiento de salarios y el desfinanciamiento de servicios públicos fundamentales, como la educación, salud o desarrollo de obra pública. Asimismo, incluye la creación de impuestos al consumo –como el IVA que se aprobó en 2018-, los cuales son regresivos porque afectan a toda la población por igual, poniendo a pagar a las personas de bajos recursos lo mismo que pagan los sectores más ricos. Desde la izquierda anticapitalista nos oponemos al ajuste fiscal y, en contraposición, luchamos porque la crisis la paguen los grandes capitalistas por medio de impuestos a las grandes empresas y fortunas. También, exigimos al gobierno luchar a fondo contra la evasión y elusión fiscal que, según datos del Estado de la Nación, representa alrededor de un 8,2% del PIB.

¿Cómo funciona el ajuste?

Durante el gobierno de Carlos Alvarado empezó con la imposición del plan fiscal en 2018, el cual estableció el IVA del 13% al consumo, lo cual redundó en un encarecimiento del costo de la vida para la gran mayoría de la población, a la vez que dejó intactas a las grandes empresas de zona franca y fortunas del país. Junto con eso, el plan fiscal introdujo la regla fiscal, una medida tecnocrática neoliberal para aplicar recortes presupuestarios de forma automática. Actualmente, la deuda pública representa un 67% del PIB, por lo cual estamos en el “escenario D” (cuando la relación de la deuda con respecto al PIB es superior a 60%), en ese caso el gasto corriente del gobierno solo crecerá el equivalente al 65% del PIB base (es decir, se va a efectuar recortes presupuestarios muy fuertes y congelamientos de salarios en el sector público por diez años).

Junto con esto, el gobierno de Carlos Alvarado acordó un préstamo con el FMI por $1.778 millones, los cuales se entregarán en un plazo de tres años en tractos semestrales de $296.5 millones, en tanto el país cumpla con los compromisos e indicadores económicos y fiscales acordados con el organismo internacional. Por ejemplo, el gobierno se comprometió en aplicar un ajuste fiscal de 3,41% del PIB para el año 2023, que se conseguiría con la creación de nuevos impuestos (1.17%) y con brutales medidas de austeridad presupuestaria y recorte del gasto público (2.24%), medidas que impactan principalmente contra los de abajo. El acuerdo incluso plantea que, para el 2025, el ajuste fiscal representaría un 4.47% del PIB.