Lujos o precarización, los dos lados de Costa Rica

0
15

 

  • Hay dos Costa Ricas, la del lujo, los grandes hoteles, condominios y altos salarios y otra, la mayoritaria, de pobreza, precarización, falta de vivienda y desempleo.

Johan Madriz

Costa Rica es un país sumamente caro y desigual, de ello dan cuentas múltiples indicadores. A contramano, los sectores trabajadores son cada vez mas empobrecidos. Hay dos Costa Ricas, la del lujo, los grandes hoteles, condominios y altos salarios y otra, la mayoritaria, de pobreza, precarización, falta de vivienda y desempleo.

En cuanto al costo de la vida, hacia finales del año pasado se publicó el ranking WCOL, elaborado por Economist Intelligence Unit. Este índice compara los precios de distintas ciudades con los de Nueva York, asignándole a esta ciudad un valor de 100. Para el caso de Costa Rica solo se incluyó San José en la medición, dándole un resultado de 77, con lo cual se ubica en el lugar 91 de 173 ciudades analizadas y siendo una de las más caras de Latinoamérica.

El Financiero recientemente publicó un estudio del costo aproximado para una persona sola de vivir en el GAM y determina que se requieren de ₵487 mil a ₵770 mil mensuales, en el primer caso señala que se logra vivir con un “estilo de vida limitado”. Para determinar ese costo asume un gasto en electricidad entre ₵33 mil y ₵35 mil, en agua de entre ₵20 mil y ₵45 mil y en internet de ₵20 mil a ₵45 mil. Además, estima unos ₵15 mil en transporte y ₵55 mil correspondiente al costo de canasta básica per cápita determinada por el INEC. Finalmente, estima gastos entre $550 y $1.500 en alquiler.

Esta información extrapola algunos gastos ya que presenta cifras sumamente altas, posiblemente por centrarse en analizar algunas zonas más acomodadas, sin embargo, si da cuentas del alto costo de la vida en el país (y más en el área metropolitana), lo que acorrala a los sectores trabajadores a prescindir de algunos bienes y servicios o adquirirlos de menor calidad, ampliando las brechas sociales, por ejemplo, con el acceso y la velocidad del internet.

Si se asume como real el costo de ₵487 mil como lo necesario para vivir en el GAM se evidencia la precarización de quienes trabajan. Es ilusorio pensar que la mayoría pueda cubrir esa cifra, ya que un 50% de las personas asalariadas del sector privado gana menos de ₵400 mil mensuales. Además, expone una problemática terrible, que es la imposibilidad de acceder a vivienda propia. Según el Ministerio de Vivienda hay un déficit de 180 mil viviendas y 24 mil personas viven en asentamientos informales, además, el 17% de las personas viven en lugares alquilados, la mayoría en área urbana.

Al mismo tiempo, los rasgos de concentración de riqueza en pocas manos y de cada vez mas empobrecimiento para las mayorías es cada día mas profundo. Mientras los indicadores económicos de producción y comercio exterior alcanzan puntos altos, los beneficios de esto llegan a cuentagotas a las personas trabajadoras. Esto tiene que ver con el modelo económico capitalista de apropiación de la riqueza y es garantizado por un Estado que asegura que el empresariado mantenga condiciones privilegiadas.

Un reporte presentado en París en diciembre pasado daba cuentas de las enormes desigualdades en cuanto a los ingresos que registra Costa Rica. El informe señala que el 1% más rico acumula el 20% de los ingresos y si se amplía al 10% superior de la escala estos tienen el 50% de la riqueza nacional. Por otro lado, el 50% de las personas más pobres agrupan únicamente el 10% de los recursos.

En el mismo sentido un estudio realizado para la Academia de Centroamérica midió el efecto de la pandemia en los ingresos por trabajo. En 2019 los deciles 1 y 2 (los más pobres) recibían el 3% del ingreso por trabajo, mientras que los deciles 9 y 10 concentraban el 50,5%. Para el 2021 los primeros bajaron al 2,8% y los segundos subieron al 50,9%. De esta forma, quienes más ganan ya recuperaron los niveles de ingreso prepandemia e, incluso, el 10% los superó.

Estas diferencias tienen una íntima relación con la decisión política y empresarial de aplicar medidas de ajuste a través de los salarios y mejorar artificialmente la productividad a través de las remuneraciones. Para noviembre de 2021 el ingreso promedio mensual de las y los trabajadores fue de ₵462.400, esta cifra es nominalmente superior a un año antes en ₵40.000 pero si se calcula a valor presente con respecto a 2019 es ₵14.600 menor. Si se hace el mismo ejercicio, pero comparado a noviembre de 2010 (cuando el salario promedio fue de ₵507.800), el resultado es que el salario promedio actual es ₵45.400 menor.

Sumado a estos elementos el país vive un proceso inflacionario que significó un alza interanual durante enero de 3,50%. Esto mina los ya deteriorados salarios, disminuyendo la capacidad de consumo de los sectores trabajadores. Este efecto se multiplica en una economía que está altamente dolarizada y donde el colon se devaluó el año pasado un 4%.

A modo de ejemplo, un reportaje de La Nación daba cuentas a inicios de año de las dos realidades de Costa Rica en un tema como las vacaciones. Ese medio estimó el costo de vacacionar durante la próxima semana santa para una pareja con dos hijos menores de 12 años, hospedados en la misma habitación y con desayunos incluidos, en hoteles catalogados como buenos (puntaje de 7 de 10). En La Fortuna el precio sería de entre ₵649 mil y ₵1,9 millones, en Tamarindo de ₵759 mil a ₵2,6 millones y en Manuel Antonio costaría entre ₵779 mil y ₵3,9 millones.

Si bien estas cotizaciones son una exageración debido al tipo de servicio que expresan, ya que existen muchas opciones más baratas, especialmente aquellas ligadas al turismo comunitario, lo cierto es que expone una problemática real de lo costoso que resulta vacacionar para personas de clase trabajadora y como ciertas zonas del país, en la práctica, se han privatizado, siendo solo accesibles para personas de alto poder adquisitivo y turistas extranjeros. Esta tendencia es observable, por ejemplo, en Guanacaste. Durante 15 de diciembre de 2021 y el 3 de enero de 2022 ingresaron al aeropuerto Daniel Oduber en Liberia 432 vuelos privados con una gran afluencia de jets privados y helicópteros.

Esta es la Costa Rica que esta diseñada para los sectores acomodados que disfrutan de los beneficios de la liberalización de la economía, de los tratados de libre comercio y de un régimen impositivo que les asegura no tocar sus ganancias y, en dado caso, deja impune la evasión fiscal. El bienestar que las cifras macroeconómicas reflejan no es para todas las personas. La transformación de la economía hacia una soportada en los servicios esta dejando a muchas personas atrás. Hay un desacople entre la producción y el empleo, pero aun mas importante, las decisiones políticas del gobierno, incluido el acuerdo con el FMI, están generando un alud de desempleo, pobreza y precarización. Es necesario cambiarlo todo, para colocar la economía en función de las necesidades de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.

Sumate a la discusión dejando un comentario:

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí