• Gobierno ya concreta cuatro grandes ataques contra la clase trabajadora. Hay que superar a las direcciones burocráticas que sólo organizan derrotas.

Sthefanny Zúñiga

El 07 de marzo se aprobó en segundo debate la Ley de Empleo Público impulsada por el gobierno de Carlos Alvarado. Con esto el gobierno consolidó un nuevo ataque contra los sectores trabajadores. Formando parte, también, del plan de ajuste acordado entre el FMI.

Además, está ley viene a profundizar un cuarteto de ataques anti-trabajadores que son el “caballito de batalla” de este gobierno (dígase Plan Fiscal, Ley Antihuelgas y el préstamo con el FMI), los cuales constituyen los golpes más duros que se ha dado al movimiento sindical, bajo el amparo de las burocracias derrotistas y desmovilizadoras.

Con la aprobación de este proyecto se garantiza que los salarios en el sector público sean recortados (ningún salario podrá superar el salario global), además, vendría a inutilizar las convenciones colectivas “estas no podrán contener disposiciones que varíen los salarios, sus escalas y las columnas. Tampoco tendrán la posibilidad de crear incentivos, compensaciones, pluses o plazas o negociar temas que implique erogaciones adicionales de recursos.” (1).

Por otra parte, el proyecto viene a pasar por encima de la autonomía universitaria, al “fajar” a las universidades sobre las disposiciones salariales, buscando ajustar todos los salarios.

Lo mismo ocurre de manera generalizada con las contrataciones, evaluaciones y despidos, cuestiones centralizadas en el MIDEPLAN (manejadas por el gobierno de turno) y que representaría un retroceso en los avances sobre las contrataciones (particularmente en el sector educativo).

Otro elemento que resalta la ley es la objeción de conciencia (un logro de los sectores más conservadores) y que da pie a que las personas puedan negarse a ir a capacitaciones, por ejemplo, en temas de género, VIH, y derechos humanos dejando las puertas abiertas para que se sigan dando tratos discriminatorios.

En este contexto la pasividad del movimiento sindical, que, manejado por las burocracias, no salieron a las calles para enfrentar este ataque brutal del gobierno. Es de señalar las políticas derrotistas de las mismas que obstaculizan cualquier intento de sus agremiados por movilizar a las bases sindicales. Sumado a esto, está el peso de la ley antihuelgas, una de las más recientes derrotas del movimiento sindical.

También resalta la pasividad del estudiantado, el cual se encuentra inmerso en una desmovilización enorme, en parte por las dirigencias de los últimos años (Progre-U Factorial y Alternativa; PAC, Liberación y Frente Amplio) que se dedicaron a despolitizar y desarticular al estudiantado y en parte por la virtualidad.

Por ello es necesario que los sectores sociales se organicen y movilicen contra el ajuste del FMI y Ley de Empleo Público, superando las direcciones burocráticas y desmovilizadoras que sólo han llevado a grandes derrotas. Justo en estos momentos hace falta la organización para afrontar los ataques que está imponiendo el ajuste del FMI y el gobierno.

¡Contra el ajuste del FMI!

¡Por la derogatoria de la Ley de Empleo Público!

Notas:

1 Izquierda Web. https://izquierdaweb.cr/nacional/la-ley-de-empleo-publico-es-un-ataque-politico-y-para-congelar-los-salarios/