• El gobierno anuncia que abre las puertas a las mujeres afganas, pero mantiene a miles de haitianos varados en la frontera con Panamá.

Johan Madriz

La vicepresidenta Epsy Campbell anunció este martes que el gobierno decidió abrir sus fronteras para recibir a mujeres afganas que soliciten refugio. Expresó que “Costa Rica ha decidido abrir sus fronteras y servirá como un puente humanitario para las mujeres afganas que buscan refugio. Tomamos las acciones necesarias, dentro de nuestro ámbito de acción, para salvaguardar la vida y el bienestar de las mujeres y niñas de Afganistán”.

Esta es una medida democrática que ni siquiera debería estar en discusión, la migración, y máxime la forzada, es un derecho que no debería ser obstaculizado por ningún gobierno. Aunque, esta no es la visión de los regímenes burgueses que bajo premisas nacionalistas y xenofóbicas actúan bajo la idea de que hay migrantes aceptables y otros que no lo son.

Mientras la vicepresidenta hizo esas declaraciones, en la frontera sur con Panamá miles de migrantes son rechazados y dejados a su suerte. Solo entre enero y junio se les impidió el paso a 4692 personas en Paso Canoas, de las cuales un 58% son haitianas. La mayoría ni siquiera quiere quedarse en el país, solo necesitan una ruta de tránsito.

Desde 2016 se mantenía un “puente humanitario” para los migrantes que viajan desde Sudamérica hacia Estados Unidos, principalmente, pero bajo la excusa de la pandemia se suspendió. Ahora, el gobierno en lugar de facilitar ese tránsito lo obstaculiza, lanzando a estas personas a las garras de traficantes, con los consecuentes peligros que conlleva, haciéndoles su camino más tortuoso y exponiendo a miles de mujeres y niñas a maltratos, agresiones sexuales y hasta desapariciones.

De esta forma, el gobierno es cómplice con los traficantes que lucran con el sufrimiento y la desesperación de personas que huyen porque sus condiciones de vida y su propia existencia está en peligro.

El mismo gobierno que trata de ponerse una estrellita en la frente como defensor de las mujeres, es el que negocia sus derechos con los sectores fundamentalistas, que se opone al aborto legal y que con su plan de ajuste sume en la pobreza y la miseria a las mujeres trabajadoras.