La producción nacional continua su tendencia de menor crecimiento debido al “deterioro en las condiciones macroeconómicas externas”, según el Banco Central (BCCR). Ese es el resultado del ultimo Índice Mensual de Actividad Económica del Banco con corte a mayo. El ente señala que la tasa de crecimiento interanual fue de 5,4%, lo que significa una pérdida de 6,1 p. p. con respecto al año previo y 0,9 p. p. menor al mes anterior. Entre enero y mayo la variación fue de 7,2% y en el ultimo año calendario de 9,7%.

Según el BCCR este comportamiento se debe a que se esta acabando el efecto de una base comparativa baja, producto de la caída productiva durante la pandemia y la perdida de impulso de la demanda externa en algunos de los sectores más dinámicos. Las actividades con mayor crecimiento interanual son las de hoteles y restaurantes (43%), transporte y almacenamiento (20,3%) y servicios (8,9%).

Los servicios profesionales, administrativos y de apoyo a empresas aumentaron un 8,5%, el comercio y reparación de vehículos un 5,2% y la manufactura un 4,6%, de la mano de los regímenes especiales (+8,1%), mientras que la producción del régimen definitivo es 0,5% mayor.

En el terreno negativo se colocan la construcción presenta un crecimiento negativo de 12,2%, debido a la caída en la construcción de todos los sectores y especialmente del público. Por su parte, las actividades agropecuarias caen 3,4%, principalmente, debido a la menor producción de piña, banano y arroz, dos de los tres productos más importantes del sector.

En cuanto al régimen de comercio, la producción del régimen definitivo tiene un crecimiento de 5,3% y los regímenes especiales (donde se incluyen las zonas francas) están en una cifra similar, aunque muy por detrás de las tasas de crecimiento de dos dígitos que venía registrando en el periodo previo.

En medio de esta desaceleración la tasa de desempleo alcanza al 12% y la inflación llega hasta el 10%. Este combo de valores son la excusa perfecta para el gobierno y el empresariado en la continuación de su agenda de “reactivación económica” que solo es un eufemismo para avanzar en los ataques a los derechos y las condiciones laborales, flexibilizando y precarizando. El proyecto en corriente legislativa para la implantación de las jornadas de 12 horas y la jornada anualizada son parte de ello. Hay que organizarse para plantarle cara a las contrarreformas neoliberales que quiere imponer la burguesía.