El acuerdo de los representantes de Guatuso y el gobierno constituye una traición a la lucha y un ataque a la clase trabajadora

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  • El carácter social de la dirección y el programa de reivindicaciones no incorpora los intereses de la clase trabajadora, sino que expresa a sectores de pequeños propietarios empobrecidos por la crisis económica que libran un movimiento de resistencia progresivo, pero que bien podría terminar con un giro regresivo en caso de cerrar un acuerdo que legitime el ataque a la clase trabajadora del sector público.

Víctor Artavia

El sábado 10 de octubre, una delegación de representantes de los bloqueos de Guatuso se reunió con el presidente Carlos Alvarado en Casa Presidencial, con el objetivo de firmar un acuerdo para ponerle fin a las protestas que iniciaron en la zona en el marco de la lucha convocada por Rescate Nacional contra el FMI y otras reivindicaciones.

Desde todo punto de vista, el accionar de los representantes de Guatuso es una traición a la lucha, pues no dudaron en acatar el llamado para negociar por separado su propio pliego petitorio, dentro del cual no asoma por ninguna parte algún tipo de oposición al acuerdo con el FMI.

Por el contrario, el primer punto del acuerdo es el compromiso del gobierno por no crear nuevos impuestos que recaigan sobre las personas más pobres y vulnerables, siendo que la definición de este grupo social quedará a cargo del gobierno por medio del INEC. Junto con esto, el gobierno se comprometió a convocar el proyecto de ley para la moratoria de deudas del sector agropecuario, así como avanzar en la reapertura gradual de los comercios y turismo.

En realidad, el gobierno no retrocedió en ninguno de sus planteamientos. Con relación a los impuestos indirectos, desde hace semanas anunció que va cambiar la composición de la propuesta a negociar con el FMI, rebajando los impuestos y concentrando el ajuste sobre el gasto público, es decir, aplicar recortes al presupuesto de instituciones estatales y reventar los salarios de los trabajadores y trabajadoras estatales. Con respecto a la reapertura comercial, desde hace semanas el Ministerio de Salud flexibilizó las restricciones sanitarias y dio luz verde para que más sectores abran, incluso los bares y casinos.

Pero lo más grave del caso, es que dentro del acuerdo se incluyeron una serie de compromisos del gobierno, entre los que sobresalen el recorte del gasto público; incluso el documento “alaba” que la actual administración aplicara un recorte de hasta 380 mil millones de colones en el presupuesto del 2020. Así, el acuerdo firmado es un punto de apoyo para la política de ajsute de Alvarado, colocando a la clase trabajadora del sector público como el sector social que va pagar la cuenta de la crisis.

Lo anterior confirma lo que desde el Nuevo Partido Socialista (NPS) alertamos desde el principio de este movimiento: al ser una lucha protagonizada por sectores de pequeños propietarios empobrecidos (sobre todo transportistas y campesinos) y donde la clase trabajadora está ausente por la política traidora de las grandes dirigencias sindicales, es muy factible que en una negociación con el gobierno (ya sea como movimiento unitario o de forma separada por regiones como hizo Guatuso), cierren acuerdos que fortalezcan la orientación de Carlos Alvarado y las cámaras patronales de recargar el ajuste por la vía de recortes al gasto público contra la clase trabajadora del sector público y el desfinanciamiento de instituciones estatales (como las universidades estatales).

De hecho, esto ya estaba latente en las condiciones que presentó Rescate Nacional al gobierno (por intermedio de la Conferencia Episcopal) para la negociación que, aunque tiene ejes progresivos como la oposición al FMI, a los impuestos indirectos y la privatización de empresas estatales, nada dice sobre el recorte al gasto y de la defensa de las condiciones salariales de la clase trabajadora del sector público.

Por esto, desde el NPS recalcamos que nos sumamos a este proceso de forma crítica, pues el carácter social de la dirección y el programa de reivindicaciones no incorpora los intereses de la clase trabajadora, sino que expresa a sectores de pequeños propietarios empobrecidos por la crisis económica que libran un movimiento de resistencia progresivo, pero que bien podría terminar con un giro regresivo en caso de cerrar un acuerdo que legitime el ataque a la clase trabajadora del sector público.

De ahí nuestra insistencia en delimitarnos de la consigna “No más impuestos”, la cual refleja el interés del gran capital, aunque por ahora sea defendida por sectores populares con métodos de lucha radicalizados, algo progresivo pero que no reduce el peligro latente que hay tras esa consigna.

Mañana participaremos de la marcha nacional convocada por Rescate Nacional, pero manteniendo nuestro perfil crítico con el movimiento y agitando programa de lucha contra el FMI desde el ángulo de la clase trabajadora en unidad con los sectores populares:

1) Fuera el FMI, ni un colón para los buitres del imperialismo. No hay acuerdo posible que beneficie al pueblo trabajador con este organismo imperialista.

2) Llamamos a sostener la lucha hasta que el gobierno renuncie a negociar con el FMI y a recortar el gasto público que anunció en cadena nacional. La negociación debe ser sin presencia de las cámaras empresariales, partidos del empresariado, ni la iglesia católica.

3) Oposición rotunda a los recortes al presupuesto público, salarios y pensiones, así como a la privatización, cierre o fusión de instituciones.

4) Por impuestos a las grandes empresas y fortunas; persecución a los evasores, corruptos y elusores del fisco.

5) Proponemos a las organizaciones sindicales (BUSSCO, APSE) y a Rescate Nacional convocar un Encuentro Sindical y Social de Emergencia, con delegados de las organizaciones y regiones en lucha, para centralizar democráticamente el programa y el plan de acciones a seguir hasta derrotar al gobierno de Carlos Alvarado.

6) Impulsar la realización de asambleas democráticas en los bloqueos y regiones en lucha, que permitan procesar de forma colectiva la experiencia de lucha, centralizar acciones y consignas. Esto puede ser un medio para que se haga sentir las reivindicaciones de muchos trabajadores y trabajadoras que se han sumado individualmente la lucha luego de cumplir su jornada de trabajo. Además, es claro que Resistencia Nacional es incapaz de conducir de forma coherente el movimiento, ante lo cual es fundamental la elección democrática de una verdadera coordinación de la lucha.

6) Repudiamos la represión del gobierno contra los bloqueos. Reivindicamos el derecho a la autodefensa de las comunidades contra la policía y exigimos la liberación inmediata y desprocesamiento de todos los manifestantes detenidos.

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