Déficit fiscal bajó de 8,3% a 5,18%, el gobierno aplicó plan de ajuste por ₵1,11 billones

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  • Los resultados fiscales del 2021 muestran una reducción gigantesca del déficit fiscal, resultado de las medidas del plan de ajuste aplicado por el gobierno y de la agenda pactada con el FMI.

Johan Madriz

Este miércoles el Ministerio de Hacienda dio a conocer los resultados fiscales del 2021 mostrando una reducción gigantesca del déficit fiscal, resultado de las diversas medidas del plan de ajuste aplicado por el gobierno y de la agenda pactada con el FMI.

El déficit primario (sin intereses) fue de ₵105.597 millones, es decir, el equivalente al 0,28% del PIB. Esta es la cifra más baja en los últimos 13 años y es casi seis veces menor al exigido por el FMI de ₵640 mil millones (1,7% del PIB). Con respecto al 2020 se redujo ₵1,11 billones ya que ascendía a ₵1,22 billones. Este indicador es el que exhibe la magnitud del ajuste aplicado por el gobierno justamente por no considerar el pago de los intereses de la deuda, ya que, ese rubro es de los que mayor peso tiene en el presupuesto y es el único que es intocable.

Por su parte, el déficit financiero (si incluye los intereses) cerró en 5,18% del PIB (₵2 billones), siendo el más bajo en 3 años. Hay una reducción de 3,12 p.p. con respecto al 2020 que fue de ₵2,90 billones y se sobrecumple la meta establecida con el FMI que era de 7% del PIB. Este resultado se explica por un aumento en la recaudación de impuestos indirectos y el congelamiento del gasto.

La deuda pública alcanzó ₵27,27 billones, es decir, ₵170 mil millones por encima de la meta prevista de ₵27,10 billones, sin embargo, con la fórmula de cálculo del FMI para ajustar el tipo de cambio la deuda se coloca en ₵26,81 billones. De esta forma, la relación deuda-PIB fue de 70,3%, cuando estaba previsto que se colocara en 72,1%, es decir, se sobrepasó la meta en 1,8 p.p.

Los ingresos fueron de ₵6,32 billones (16,32% del PIB) con un crecimiento interanual de 32,45%. Dos terceras partes del total de ingresos provinieron del impuesto de renta y el impuesto al valor agregado. El de renta aumentó 1,07% recaudando ₵2,06 billones (5,33% del PIB). Esta cifra es bastante débil si se tiene en consideración que el indicador base (2020) es bajo por ser el año del desplome pandémico, que ese año hubo una moratoria de impuestos y que refleja el efecto del ciclo de declaración de 15 meses establecido en el Plan Fiscal. En cuanto al IVA, recaudó ₵2,03 billones (5,26% del PIB), con un crecimiento de 25,64%, es decir, la mayor parte del aumento en los ingresos se lograron a partir de gravar el consumo, cuya afectación es proporcionalmente mayor para las personas trabajadoras.

El gasto del Gobierno Central fue de ₵8,33 billones (21,51% del PIB), con un crecimiento de 8,50% que se explica por la incorporación por primera vez en el presupuesto nacional de los egresos de 51 órganos desconcentrados. El incremento equivale a ₵625.781 millones (1,68% del PIB) y poco menos de un tercio corresponde al pago de intereses (₵219.911 millones; 0,57% del PIB), ₵149.995 millones (0,39% del PIB) concierne al gasto de capital y ₵142.815 millones (0,37% del PIB) a remuneraciones. Estos resultados muestran una contención de grandes proporciones en el gasto (principalmente en salarios e infraestructura) y hay que considerar que se presenta en medio de una pandemia y cuando se requirieron unos ₵100 mil millones para la compra y aplicación de las vacunas contra la Covid-19.

Finalmente, Hacienda reveló que sus estimaciones para este año son que el superávit primario sea de 1,2% (1,8% para 2023) y que la relación deuda-PIB alcance el 70,3% y el 69,8% para el próximo año.

Todo este ajuste sobre los sectores trabajadores con el fin de pagar cada centavo de deuda, la cual es la causa de los problemas fiscales. El pago de intereses el año pasado fue de ₵1,90 billones (4,91% del PIB), el más alto en últimos 15 años. Si del total de gastos se eliminaran los intereses este rubro sería el equivalente al 16,6% del PIB, una diferencia de 4,91 p.p. Además, la deuda externa va en escalada: en 2017 representaba el 10,12% del PIB y para el 2021 ya era del 17,49% del PIB, siendo actualmente el 24,86% del total de la deuda.

El gobierno de Carlos Alvarado se vanagloria de que “deja las cuentas en orden” y urge a aprobar los proyectos que se encuentran en tramite en la Asamblea Legislativa que fueron pactados con el FMI, además, de mantener la disciplina en cuanto al cumplimiento de la regla fiscal. Los resultados fiscales del 2021 son el reflejo de la agenda de ajuste y cuyos efectos cada vez son mas brutales: un desempleo crónico cercano al 14%, una informalidad del 45%, una pobreza de 23%, 47% de los hogares con inseguridad alimentaria…

Esta situación demanda plantarse en no seguir pagando una deuda que solo ha beneficiado a los grandes capitalistas, en exigir la ruptura con el FMI y la derogatoria de la regla fiscal. Además, es necesaria una reforma fiscal progresiva, que grave los grandes capitales y las fortunas, para financiar todas las necesidades que lo sectores populares requieren y que han sido sistemáticamente acatadas en los últimos años.

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