• La Dirección General de Aviación Civil determinó que se requieren 66 personas más para el control aéreo.

Johan Madriz

El sistema aéreo del país no es seguro. Así de categóricas son las personas trabajadoras de las torres de control de los aeropuertos del país sobre las condiciones en que se maneja el trafico aéreo.

Estos trabajadores vienen reportando desde 1995 que no hay suficientes controladores aéreos y desde hace unos 10 años la situación se ha agravado con el aumento del tráfico de vuelos. Actualmente, hay 117 controladores en todo el país que atienden unos 250 aviones al día. Sin embargo, un estudio de la Dirección General de Aviación Civil de setiembre de este año determinó que se requieren 66 personas más para garantizar el cumplimiento de todas las labores.

Las señales de este faltante son evidentes: gran cantidad de días de vacaciones acumuladas, fatiga del personal, cierre de frecuencias operativas y el traslado temporal de servicios de Liberia a Alajuela durante el horario nocturno. En el aeropuerto Juan Santamaria, el principal del país, se cerraron dos de las cinco frecuencias necesarias para brindar un servicio adecuado.

Un supervisor de la torre de este aeropuerto declaró que “durante 12 años no se ha brindado una solución y hoy nos lleva al colapso de los servicios. Es importante que el público en general entienda que el sistema hoy en día no es seguro y que lo que se hace es poner parches para que los usuarios no se sientan en riesgo”[1].

En esta línea en 2019 la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos degradó la calificación de seguridad aérea del país, pasando de categoría 1 a 2. Una de las causas fue que las autoridades competentes fueron deficientes en aspectos como experiencia técnica, personal capacitado o mantenimiento de registros.

Los trabajadores advierten de la posibilidad de cierres temporales afectando un sector que durante 2019 generó 1.400 millones de dólares (un 9% del PIB) con cerca de 6 millones de visitantes que se movilizaron en 26 aerolíneas. Actualmente, se reporta una recuperación del 80% de aerolíneas que transitaban antes de pandemia.

Esta situación se debe a la falta de plazas o el congelamiento de ya existentes por parte del gobierno dentro de las medidas de contención del gasto ante el déficit fiscal. Las disposiciones sobre la no creación de plazas se realiza de forma genérica y arbitraria sin tomar en consideración las particularidades y necesidades de cada institución, provocando situaciones de riesgo como esta.

Son los trabajadores y las trabajadoras del sector quienes sufren una gran sobrecarga de trabajo que les lleva a tener jornadas de hasta 14 horas diarias y se exponen a penas de cárcel de hasta 12 años en caso de poner en peligro un vuelo. Además, son millones de personas las que diariamente se exponen a accidentes por la desidia del gobierno.

Los recortes, la regla fiscal, el congelamiento de plazas y el desfinanciamiento de programas sociales tienen como objetivo seguir pagando la deuda que es la responsable de la situación financiera del país a costa de sacrificar las condiciones de vida de las personas trabajadoras. Es necesario romper con las medidas recortistas y cambiar el sistema tributario de forma tal que sean las grandes empresas y fortunas las que paguen la crisis.

[1] En “Torres de control están en jaque por el repunte del tráfico aéreo”. En www.nacion.com