Trabajadores del New York Times luchan por su sindicalización

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  • En abril de este año, más de 700 trabajadores del sector técnico del famoso diario neoyorquino anunciaron su nuevo sindicato: “The Times Tech Guild”. Ahora están llevando una dura lucha contra la gerencia del New York Times que se niega a reconocerlo.

Lu Zeta

Los trabajadores técnicos del New York Times, el diario más conocido del mundo, lanzaron su nuevo sindicato, The Times Tech Guild. Entre ellos se aglutinan programadores, diseñadores, jefes de proyectos, entre otros.

Se trata de una absoluta novedad en los Estados Unidos, ya que es el sindicato más grande en esta rama que podría conquistar su legalización. Ya que el mismo, por la cantidad y la calidad de los trabajadores que agrupa, fue rechazado de plano por la gerencia del periódico, lo cual ahora los lleva a una pelea legal por su reconocimiento.

Las empresas de tecnología y software se encuentran entre las más ricas de los EE.UU. y el mundo, sin embargo sus trabajadores no tienen prácticamente sindicalización y las empresas constantemente atacan cualquier tipo de organización obrera. Los propios trabajadores explican que el ambiente laboral no suele ser el más propicio para hablar de derechos laborales o sindicalización, y muchas veces la mayoría trabaja de manera remota, lo cual dificulta aún más el intercambio. Cuestiones que con la pandemia se han profundizado a enormes niveles.

La pelea por el Times Tech Guild es importantísima en un país central en la economía mundial como Estados Unidos, en donde la sindicalización ya de por si es baja. A la vez, marca un ejemplo a seguir para el resto de los trabajadores técnicos del país, que en recientes sondeos más de la mitad se muestra a favor de tener sindicatos.

El reconocimiento del sindicato del Times no sólo le asestaría un golpe enorme a uno de las empresas de medios más importantes del mundo, sino que podría llevar la pelea por la sindicalización a una escala mucho mayor en el gigante del norte.

Se trata de un sector en donde los salarios suelen ser altos (son trabajadores muy calificados), por esta misma razón los propios trabajadores han expresado que se encuentran habitualmente con comentarios del tipo “ustedes tienen para comer, ¿Por qué necesitarían un sindicato?”. Contra ese razonamiento, cínicamente utilizado por la patronal para generar prejuicios entre los trabajadores y negar derechos, es que los delegados están apuntando fuertemente.

Lo primero que señalan los propios trabajadores es la inequidad entre los propios compañeros, donde la opresión racial y de género se hace presente en los contratos de trabajo, los puestos jerárquicos y, por sobre todo, el salario percibido. También denuncian que en general los beneficios recibidos no se especifican en los contratos laborales (es decir que están en negro) y que muchas veces se firman vinculaciones por un breve periodo de tiempo, dejando a los trabajadores con la incertidumbre de si acabado el contrato seguirán teniendo trabajo.

Un punto en el que hacen especial hincapié es en la flexibilización laboral. La empresa se ha negado a reconocer el sindicato con la excusa de que ellos son “diferentes”. La lectura que hacen los propios trabajadores es que justamente son diferentes porque realizan tareas más “flexibles”, un convenio colectivo de trabajo cortaría eso e implicaría que la empresa se haga cargo de los derechos laborales que les corresponden a sus empleados.

El New York Times es reconocido por ser uno de los diarios más liberales (en oposición al conservadurismo) del país norteamericano. De hecho fue una de las primeras empresas en reconocer el sindicato de prensa de sus propios trabajadores y hasta lo incentivó. Pero a fin de cuentas, no deja de ser una empresa capitalista. Son muy conscientes del poder de esta rama de trabajo y las consecuencias políticas y económicas que podría traer su organización.

La pelea por la legalización del sindicato todavía se mantiene en los límites estrictamente legales. Ante la negativa de la gerencia de reconocer el sindicato, los trabajadores han presentado su caso frente a la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB por su sigla en inglés) y esperan que este organismo estatal, conformado por 5 miembros elegidos por el Presidente, decida si le da curso o no.

Lo más interesante es que se está procesando una experiencia política, que trasciende la urgencia de las necesidades básicas y pone sobre la mesa el derecho de los trabajadores a organizarse y luchar todos juntos.

Ellos mismos lo expresan cuando afirman que el sindicato es por el bien de todos los empleados, tanto del sector técnico como del periodístico. Este es un paso muy importante en la conciencia política ya que eleva a los trabajadores a reconocerse como clase en el lugar de trabajo con intereses en común.

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