Represión a los mapuches en Chile: Boric decreta la militarización de la Araucanía

Boric cede ante la derecha y vuelve a militarizar la zona del conflicto, tal como lo había hecho su predecesor Sebastián Piñera.

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Este lunes el gobierno de Gabriel Boric decretó el «Estado de Emergencia» en la región de la Araucanía y otras provincias del sur del país. La decisión se da en el marco de la escalada de la violencia por el conflicto territorial con la población mapuche.

La medida viene a restablecer parcialmente la militarización de esa zona que había impuesto el gobierno del conservador Sebastián Piñera.

Con su discurso progresista, Boric había prometido que sacaría a los militares de la región, algo que concretó el 27 de marzo pasado. Sin embargo, poco más de un mes después, ahora el gobierno vuelve sobre sus pasos y cede ante la presión de la derecha.

La medida se tomó a través del Ministerio del Interior, encabezado por Izkia Siches. La Ministra ya había intentado visitar la zona del conflicto a los pocos días de asumir, pero todavía manteniendo la presencia militar es que su visita fue rechazada por grupos mapuches que la recibieron con piedras y disparos al aire. Unos días después, Boric decretaba el fin del Estado de Emergencia.

Ahora, según el gobierno, el restablecimiento de la presencia militar se dará exclusivamente en rutas y caminos, por lo tanto de manera más acotada que bajo la gestión de Piñera. Sin embargo, la decisión no deja de ser una confesión política de que detrás de todo el discurso dialoguista se esconde la misma política represiva de siempre.

En la zona, donde los mapuches reclaman territorios ancestrales hace largos años, actúan una serie de grandes empresas forestales que hacen millones con el negocio de la madera, mientras destruyen el medio ambiente.

La expansión de la industria maderera en la Araucanía ya representa el 8% de las exportaciones del país, mientras la gran mayoría de la población mapuche vive en la pobreza y son permanentemente desplazados y expulsados de sus territorios.

Esto es lo que ni siquiera el muy «progresista» Boric está dispuesto a discutir cuando se trata de defender los intereses de los grandes capitalistas. Mientras tanto, la derecha pone el foco en los actos «vandálicos» y violentos de algunos grupos mapuches, buscando interesadamente legitimar la salida represiva.

Ahora Boric también se pliega a esto, sólo que adornándolo con un supuesto llamado a una «mesa de diálogo». Por supuesto, el «diálogo» no significa otra cosa que pedirle a las comunidades mapuches que «cedan» algunos de sus reclamos históricos, mientras la voracidad capitalista de la industria maderera presiona para arrasar cada vez más territorio con su deforestación.

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