Reino Unido: las elecciones expresaron un profundo rechazo a Boris Johnson

El jueves de la semana pasada tuvieron lugar las elecciones municipales en el Reino Unido. Con un clima marcado por el creciente descontento ante la inflación y deterioro de las condiciones de vida, el Partido Conservador de Boris Johnson sufrió un importante revés en los comicios.

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El jueves de la semana pasada se realizaron las elecciones municipales en el Reino Unido. Unos 200 concejos renovaron funcionarios y concejales y también se renovaron autoridades en las alcaldías. En esta ocasión, las fuerzas conservadoras del gobierno de Boris Johnson sufrieron importantes derrotas. El Partido Conservador perdió a nivel nacional «488 escaños y 12 consejos, aunque ganó uno y ganó la carrera por la alcaldía en Croydon«, informó la BBC. En sus manos quedaron 35 Consejos Municipales con unos 1.400 concejales.

Por su parte, en Londres el resultado mostró que el descontento con los conservadores pudo ser capitalizado por el Partido Laborista. Tres barrios importantes de la ciudad: Wandsworth, Westminster y Barnet, gobernados por los conservadores desde hace casi medio siglo, pasaron a manos de los laboristas.

Las características de la capital contrastan con el resto del país, teniendo esta última una población más joven y étnicamente diversa que sufrió fuertemente las políticas reaccionarias y neoliberales del gobierno. Sobre todo después del Brexit. A nivel nacional, los resultados fueron más modestos y los laboristas se hicieron de 72 consejos (ganaron 5) y 3.073 concejales (ganaron 108).

Al interior del reino los Demócratas Liberales – sobre todo al sur – pudieron capitalizar el rechazo al oficialismo de los conservadores. Estos obtuvieron 16 concejos (ganaron 3) y 868 concejales (obtuvieron 224). Aunque los Verdes no obtuvieron concejos, sí lograron sumar 87 concejales, teniendo en su haber tras estas elecciones de medio término unos 159 en todo el Reino Unido.

Pero, más allá de las cifras el clima general de la elección fue de rechazo a la gestión de Johnson y los conservadores. Sobre todo, está marcado por la creciente carestía de la vida producto del aumento de la inflación. El salario de las y los trabajadores se deteriora día a día. Muchas/os desconectan sus medidores de luz para poder recortar gastos y pagar la comida, según relataba Vic Borrill, director de Brighton & Hove Food Partnershi.

Las consecuencias de la guerra en Ucrania trajeron fuertes aumentos en el gas, electricidad y combustibles. Y, por ende, de los bienes de consumo de la población en general. En contra partida, el gobierno se negó a impulsar la «windfall tax», un impuesto a las ganancias extraordinarias de las grandes petroleras que reclamaba un sector de la oposición aduciendo que eso desalentaría las inversiones.

La agenda de políticas neoliberales de los conservadores, más los problemas que supuso la salida de la UE con el Brexit se hacen sentir entre las mayorías trabajadoras. La inflación podría alcanzar un 10% para este 2022. Datos recientes de la organización The Food Foundation afirma que aumentó en un 57% la cantidad familias que en el Reino Unido tienen problemas para alimentarse.

«En abril, 4,6 millones de adultos (8,8% de los hogares) aseguraron que no han comido en algún momento del día a pesar de tener hambre porque no podían pagar o acceder a los alimentos, mientras que 2,4 millones de adultos (4,6% de los hogares) no han comido durante todo un día porque no pueden pagar o no tienen acceso a los alimentos.»

A este panorama social económico podemos sumar los escándalos que envolvieron al Primer Ministro y los conservadores que también desgastan su gestión. Aunque el «Partygate» ocurrió en diciembre del año pasado, siguen sus coletazos. En medio de las restricciones por la pandemia Johnson y funcionarios organizaban fiestas en 10 Downing Street. También está el reciente «Sexgate» donde 56 diputados – la mayoría del Partido Conservador – fueron denunciados por casos de acoso y misoginia que tenían lugar en la Cámara de los Comunes.

Los ciudadanos están preocupados por asuntos nacionales serios. La crisis del coste de la vida está preocupándoles severamente, y debo decir que asuntos como el partygate distrae mucho la atención de los asuntos locales más urgentes”, declaraba el viernes posterior a la elección John Mallinson. Es un histórico concejal de los conservadores de Carlisle, al norte de Inglaterra, donde el laborismo se impuso en las urnas.

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