Movilizaciones en todo Estados Unidos en defensa del derecho al aborto

La Corte Suprema de Estados Unidos dejó sin efecto la protección al derecho al aborto vigente en todo el país desde 1973. Este ataque reaccionario desató enormes movilizaciones y una ola de indignación internacional.

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La jurisprudencia vigente hasta ayer protegía el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en todo el país. Hoy, millones de mujeres y personas gestantes han quedado a merced de que los gobiernos de los estados impidan ejercer su derecho a decidir. La sentencia anuló de la noche a la mañana un derecho vigente desde hace cincuenta años.

Hay nueve estados donde el aborto pasó a ser ilegal. Se trata de Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Misuri, Oklahoma, Dakota del Sur, Utah y Wisconsin. En ellos ya existían leyes que prohíben la interrupción voluntaria del embarazo. Tras la anulación de la protección a nivel federal, las prohibiciones entran en vigencia.

En el resto de los estados republicanos se espera que se intente avanzar en las próximas semanas o meses en legislaciones similares para prohibir el derecho al aborto. Actualmente hay 26 estados cuyos gobiernos son opositores al derecho al aborto legal.

Protestas en distintos puntos de Estados Unidos

La resolución no fue una sorpresa. En el mes de mayo ya se habían filtrado los fundamentos de la sentencia. Sin embargo, un terremoto político sacudió el país ni bien se conoció la noticia, despertando una ola de indignación que atravesó fronteras y llegó a otros países y continentes.

Una de las movilizaciones más multitudinarias se realizó en Washington, donde cientos de personas se concentraron frente a la Corte Suprema. La consigna más elocuente de la movilización: ¡Abortemos al tribunal!

Multitudinarias movilizaciones se replicaron en todo el territorio de Estados Unidos. En Phoenix, Arizona, la manifestación fue dispersada por la policía que disparó con gases lacrimógenos a las y los manifestantes que se encontraban protestando frente al parlamento estatal. La policía emitió un comunicado donde acusaba a la manifestación de haberse tornado violenta intentando romper los vidrios del parlamento.

En Arizona, algunas clínicas ya dejaron de practicar abortos por miedo a las consecuencias penales que podrían tener que enfrentar. Se encuentra vigente una ley estatal de 1901 (11 años antes de que Arizona fuera un estado) que establece a cualquiera que facilite un aborto una pena de dos a cinco años de prisión.

En Nueva York, la movilización fue numerosa. La convocatoria se dio en el Washington Square Park, tradicional encuentro de distintos movimientos reivindicativos. En Los Ángeles hubo cortes de calle en el centro. Filadelfia presenció una importante concentración frente al Ayuntamiento. En Austin, Texas, los manifestantes marcharon a la corte federal. Mientras que en Atlanta, Georgia, dos marchas confluyeron frente al parlamento estatal.

En Cedar Rapids hubo dos heridos tras ser atropellados por un vehículo en el marco de una de las manifestaciones. Las autoridades locales están investigando si se trató de un crimen de odio.

Un fallo reaccionario

La nueva sentencia corresponde a una resolución del fallo en el caso Dobbson vs. Jackson impulsado desde el estado de Mississipi. La resolución procede a desconocer el aborto como derecho constitucional. Se aprobó por 5 votos a favor, cuatro varones y una mujer. Las juezas Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan votaron en contra de la nefasta resolución.

«Con pena, por esta Corte, pero todavía más por los millones de mujeres norteamericanas que hoy perdieron una protección constitucional fundamental, disentimos», expresaron en un comunicado público.

Tres de los jueces que aprobaron el fallo (Gorsuch, Kavanaugh y Coney Barret) fueron designados durante la presidencia de Donald Trump. Estas designaciones consolidaron una mayoría conservadora en el organismo, representando una avanzada en el terreno judicial del movimiento reaccionario expresado por Trump y sus seguidores.

La resolución fundamenta que la autoridad para regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo es política y no judicial. Uno de los argumentos de Clarence Thomas, uno de los jueces que votó en contra, dice que el tribunal debería reconsiderar el acceso a la anticoncepción y la protección a los matrimonios entre personas del mismo sexo.

“En futuros casos deberíamos reconsiderar todos los procedimientos del debido proceso sustantivo de esta Corte, incluyendo Griswold, Lawrence y Obergefell” escribió en su sentencia en alusión al fallo Lawrence vs. Texas que en 2003 logró dejar sin efecto todas las leyes que criminalizaban la homosexualidad en el ámbito privado. El caso Obergefell vs. Hodges de 2015, por su parte, estableció que no se pueda prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Esto debe encender las alarmas de todo colectivo democrático y de lucha. La intención de los jueces reaccionarios como Thomas es avanzar contra cada uno de los derechos democráticos de la comunidad LGBTT+, e incluso contra la obtención libre de anticonceptivos.

¿Qué fue el caso Roe vs. Wade?

En la Norteamérica de principios de los ´70 convulsionada por diversos movimientos de lucha, el fallo Roe vs. Wade fue una conquista enorme para las mujeres norteamericanas y personas gestantes. Representó una fuente de inspiración para el feminismo internacional.

Tras enormes movilizaciones y una lucha que trascendió fronteras, la Corte Suprema estadounidense tomó partido a favor de Norma McCorvey, quien había sido impedida de abortar porque el estado de Texas establecía que una interrupción voluntaria era permitida sólo en caso de que la gestación pusiera en peligro la vida de la mujer o el feto.

Gloria Allred y Norma McCorvey, «Jane Roe», del conocido caso Roe vs Wade, durante una marcha a favor del aborto legal, en 1989.

El fallo Roe vs Wade estableció que el derecho a la vida privada garantizado por la constitución estadounidense se aplicaba también al aborto. De esta manera, quedaban sin efecto las legislaciones locales de los estados que prohibieran la interrupción voluntaria del embarazo, garantizando el ejercicio de este derecho en todo el territorio del país. Una conquista histórica para el movimiento de mujeres estadounidense, y un hito a nivel mundial en la pelea por el derecho al aborto.

La última palabra está en las calles

Los derechos conquistados no pueden abandonarse. Una vez que cristalizan en leyes, Hay que defenderlas ante cada ataque. Un nuevo embate de las fuerzas reaccionarias puede cuestionar lo que hasta ayer era terreno conquistado.

Estos días circuló por las redes una sugerente frase de Simone de Beauvoir al respecto: «No olviden jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos. Deberán permanecer atentas toda su vida».

Rosa Luxemburgo diría, como desarrolla en su hermosa obra Reforma o revolución, que junto a las conquistas cristalizadas en leyes y resoluciones institucionales el mayor baluarte de los movimientos reivindicativos y de lucha es su avance en conciencia y organización. Es la garantía última de poder mantener el terreno conquistado.

Este fallo representa un ataque brutal contra las mujeres y diversidad. Y contra la marea verde mundial que inundó las calles de Argentina, Chile y el mundo, y que convirtió al pañuelo verde en símbolo internacional de la pelea feminista, por la libertad, y por el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo.

Estamos en un contexto tendiente a la polarización social y política. Junto a los movimientos progresivos y de lucha como el feminismo, el BLM o el movimiento pro-sindicalización (por ejemplificar con la coyuntura estadounidense) surgen también sus gemelos malvados. Los reaccionarios y fascistas de todo tipo y color que defienden el statu-quo de este sistema de opresión y violencia. Los que pelean en las trincheras de los capitalistas y los opresores.

El movimiento de mujeres, junto a todo movimiento de lucha contra la opresión, debe movilizarse para revertir este brutal ataque contra sus conquistas históricas. Así como se conquistó el aborto legal en Argentina y Chile, cosa que parecía imposible hace algunos pocos años, puede revertirse y derrotarse este fallo reaccionario. La marea verde aún no ha bajado.

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