• Influyentes sectores del Partido Republicano, miembros de su poderoso establishment, hacen campaña abierta por la derrota de Trump en las próximas elecciones.

Martín Mandeb

Que este año no ha sido precisamente el más relajado en la vida de Trump no es ninguna novedad. La combinación de crisis por el COVID-19, la crisis económica que de ella se desprende y la enorme rebelión popular no le hicieron la vida más fácil. Que todo este encadenamiento de sucesos improbables le sucedan justamente en su carrera por un segundo mandato no debe ser el camino que él hubiese elegido, claramente.

Las últimas semanas empezaron a tomar más fuerza grupos republicanos opositores a su presidencia, y que llaman a votar a Biden en las próximas elecciones. Estos grupos republicanos existen desde hace algún tiempo, pero han tomado mayor repercusión en la medida en que se profundizaron los problemas en la administración de Trump. El Llamado “Lincoln Project”, uno de los principales grupos que está azotando la interna republicana, fue conformado a fines del año pasado, con algunos de los cuadros políticos y administrativos de las campañas electorales de Bush, McCain y Romney, y que se pusieron explícitamente objetivo de lograr que Trump no sea re-electo, a pesar de que eso significara la victoria de los demócratas[1].

Las disidencias internas dentro del Partido Republicano han pegado un salto cualitativo. El resquemor que ya existía por el liderazgo de lo más reaccionario de la burguesía yanqui se ha convertido en disidencia abierta y confrontativa. Ya desde el comienzo de la rebelión popular integrantes de lo más asqueroso del imperialismo estadounidense (como el ex presidente George Bush) habían salido a desmarcarse del giro represivo que intentó tomar Trump apenas iniciadas las movilizaciones. Lo novedoso ahora es que se sumó a estos contrapuntos una campaña abierta para la ridiculización del candidato a presidente republicano.

Ya directamente salieron spots que denunciaban la política negacionistaen torno a la pandemia; a la incapacidad del presidente de tener relaciones de autoridad con Rusia y con China; y, algunos tan solamente  se dedicaron a ridiculizar la fanfarronería barata que casi siempre utiliza el ganador de las últimas elecciones presidenciales cuando declara en los medios. Estos spots -que evidentemente ayudan al candidato que quiere postular el establishment demócrata- salieron en una cadena afín a los republicanos y a su presidencia: la Fox News; entre otros canales también conservadores menos importantes.

Ahora bien, no hay que confundirse. No es que en el interior de estos cuadros republicanos se haya aparecido como por arte de magia un corazón con algunas posiciones medianamente progresistas[2], ni tampoco son solamente los malos números –que seguramente influyen- en las horribles encuestas electorales de las últimas semanas, vaticinando en todos los casos una victoria de Biden con diferencias de entre 15 y 10 puntos (diferencia que se achica en el colegio electoral, donde el voto popular pierde peso).

Lo que parece suceder es que, luego de la rebelión popular, se ha puesto en cuestión que la estrategia de la burguesía yanqui para dominar el escenario pospandemia deba ser con una figura tan a la derecha y negacionista como Donald Trump. De allí que entre las declaraciones del “Anti-trumpismo” republicano se cuestione de forma clara su anti-constitucionalidad, su autoritarismo; es decir, sus formas más reaccionarias de proceder políticamente, más disruptivas, y también las más excesivas, las que más peligros traen para los propios republicanos.

La interna republicana se debe en parte un cuestionamiento a una estrategia más general, pero también por la necesidad de controlar el nuevo impulso que ha tenido el movimiento negro en Estados Unidos, y que obliga a tener una política de concesiones para con ellos, a modo de intentar ocupar un espacio político hasta ahora es ocupado electoralmente por los candidatos demócratas[3]. A nadie se le puede escapar que uno de los spots lanzados por el Lincoln Project se sumó a los miles de homenajes a John Lewis, el recientemente fallecido congresista demócrata y defensor de los derechos civiles de la población negra[4].

Estas peleas internas, a 5 meses de las elecciones, es quizás una de las pocas cosas que le faltaba a Trump en medio de la enorme cantidad de problemas que acarrea, desde su responsabilidad abierta en la muerte de miles de personas por Coronavirus hasta su confrontación descarada con la rebelión antirracista, pasando por los gestos protectores hacia los grupos de extrema derecha racista. Y aunque, por obvias razones, este obstáculo no constituirá ni siquiera el principal en caso de que sea derrotado por Biden, es importante notar estas modificaciones que se dan a la hora de hacer política un sector de lo más desalmado de la burguesía norteamericana. El escenario post-pandemia ya empezó a quitar los sueños a los grandes políticos de la burguesía imperialista, ya comenzado a pensar como deberán gobernar el mundo para no encontrarse nuevamente con rebeliones como la acontecida en el seno de Estados Unidos.

[1]Vease “We Are Republicans, and We Want Trump Defeated” https://www.nytimes.com/2019/12/17/opinion/lincoln-project.html

[2]Pocos días después de la emisión de las publicidades, se descubrió que el editor de estos Spots era un machista consecuente, lo que motivo su expulsión del Lincoln Project. Vease“Lincoln Project video editor is out over crude tweets about female anatomy” https://www.washingtonpost.com/politics/2020/07/14/lincoln-project-video-editor-is-out-over-crude-tweets-about-female-anatomy/

[3]Solo un integrante afroamericano en lo que es la composición de la mayoría republicana en el senado habla de cuál es la actitud del partido más derechista estadounidense en relación a la ya no minoría negra.

[4]Vease “Wake up America. In remembrance of representative John Lewis” https://lincolnproject.us/news/wake-up/