Las mujeres, Afganistán, la ocupación y los Talibán: una masiva tragedia

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  • Una análisis de la terrible situación de las mujeres en Afganistán.

Sthefanny Zúñiga

Con la llegada de los talibanes al poder los derechos de las mujeres afganas vuelven a retroceder.

Con el reciente avance de los Talibanes en Afganistán, uno de los temas que más discusión genera es el concerniente a los derechos de las mujeres y su inminente retroceso. Este artículo pretende ser un aporte más a dicho debate.

Los Talibanes: datos generales

Los Talibanes nacen como un polo reaccionario a los avances en temas de derechos y libertades democráticas, además del vuelco laico del Estado Afgano antes de los 90.[1] También fueron la carta de Estados Unidos para atacar la posición de la Unión Soviética en ese país en los años ochenta, pues el imperialismo estadounidense los financió para hacerse con el control del país. Desde el punto de vista religioso, son parte de la rama más extremista del islam suní, la cual plantea aplicar las “leyes” más estrictas de esta religión contra las mujeres, la sharía.

Posteriormente, tras los atentados de las Torres Gemelas en Estados Unidos, Washington emprendió una “guerra contra el terrorismo”, dentro de la cual incluyeron a los Talibanes por sus vínculos con Osama Bin Laden (líder de Al Qaeda, grupo que cometió el ataque) y, con esta excusa, invadieron el país a principios de la década de los 2000. Esto marcó el fin del primer mandato de los Talibanes en Afganistán, el cual se extendió desde 1995 hasta 2001.

Restricciones Talibanes contra las mujeres durante los 90

En cuanto a los derechos de las mujeres en Afganistán, cabe resaltar que estos cambian de acuerdo a la situación política. Por ejemplo, en el período de influencia soviética, se consiguieron varios avances que, contradictoriamente, ayudaron a crear el polo reaccionario, pues se asociaban con la ocupación militar extranjera; por eso, con la llegada de los Talibanes retrocedieron estrepitosamente.

Lo anterior, principalmente, por los deseos de este grupo de borrar a las mujeres de la vida pública afgana, relegándoles a labores domésticas. Y para las que transgredieran las normas se les imponían duros castigos. Fue así como se construyó un régimen de terror para las mujeres (y la población LGTBI+ a quiénes también se persiguió).

Entre las normas restrictivas que se aplicaron se encuentran las siguientes:prohibición del trabajo femenino (con algunas excepciones para personal médico y de enfermería que atiende a mujeres), no podían salir de sus casas sin un acompañante hombre (sólo podían darle la mano o hablar con este), no podían comerciar con hombres o ser atendidas en los hospitales por estos, se les obligaba a usar el burka para que no enseñarán ninguna parte del cuerpo, no podían usar productos cosméticos, no podían tener presencia pública o practicar deportes, entre otras.[2]

La invasión estadounidense y la situación de las mujeres

Con la llegada del imperialismo estadounidense y el retroceso Talibán, los derechos de las mujeres experimentaron una “mejora” paulatina (principalmente en el papel), ya que, por un lado, nunca dejó de existir una cultura profundamente machista y, por el otro, si bien los Talibanes se replegaron, continuaron con el control de varios territorios del país, dónde siguieron aplicando la sharía.

En la “parte estadounidense” las mujeres volvieron a los espacios públicos, a los centros de estudios, a los trabajos, dejaron de necesitar de un hombre que las acompañará cada vez que salían y empezaron a ocupar algunos cargos públicos.

Sin embargo, aún con los avances en el papel, las mujeres “siguieron sufriendo discriminación y violencia de género en todo Afganistán, sobre todo en zonas controladas por los talibanes, donde sus derechos eran impunemente violados, y eran sometidas a violentos “castigos”.[3]La cultura misógina hizo que, donde estuvieron vigentes las leyes democrático-liberales, hubiese una altísima impunidad, pues:“los autores de palizas, homicidios, torturas u otros malos tratos y castigos corporales quedaban, en general, impunes[4].

Sobre la situación de las mujeres en Afganistán luego del 2001, cuando se produjo la ocupación imperialista, según datos de Naciones Unidas y otros organismos[5], este país ocupa el lugar 157 de 162 en el Índice de Desigualdad de Género, lo cuál es un indicativo de la discriminación y violencia que aún sufrían las mujeres.

Además, si bien hasta hace unos días las mujeres tenían permitido ir a la escuela, colegio y universidad, hay unas 2.2 millones de menores que no van a la escuela y las que logran llegar a la universidad representan sólo el 26,4% de su estudiantes[6]. Por lo cual, aún cuando el acceso a la educación se permitió para las mujeres, en la práctica muchas seguían excluidas.

Según la UNFPA,un 87% de las mujeres ha experimentado algún tipo de violencia sexual, psicológica o física[7], además, en casos de violencia sexual a las mujeres se les pide una “prueba de virginidad” ¡Toda una barbarie!

Por otra parte, la violencia al momento del parto también es muy elevada. Por ejemplo, en muchas ocasiones las mujeres tienen prohibido salir hacia un hospital, provocando que 1 de cada 8 mujeres mueran al dar a luz[8].

Según el panorama anterior, se entiende el terror de las personas por la vuelta de los Talibanes (además del agravante por la presencia de grupos del Estado Islámico), y el temor por la pérdida de los pocos derechos que se lograron conquistar en años anteriores. Sin dejar de señalar que fue la ocupación estadounidense la que hizo perdurar las condiciones para que los Talibanes volvieran envalentonados.

En cuanto a la situación de las personas menores de edad, Afganistán es uno de los peores países para nacer, entre el conflicto armado (con los Talibanes haciendo reclutamientos forzosos), la violencia sexual y física, la poca alfabetización con sólo el 60% de la niñez estudiando y el trabajo infantil, con un 20% de menores que se les obliga a trabajar. Todo lo anterior da cuenta de un país que no ha logrado avanzar mucho durante -y por- la ocupación Yankee.

Además, en cuanto al desarrollo de la situación habrá que esperar las posiciones de otros países como China, Rusia o Turquía (que ya se muestra favorable a los Talibanes), e incluso los mismos Estados Unidos tras lo recientes ataques terroristas del EI y cuyas acciones podrían agravar la situación.

Impulsemos el apoyo internacional y desde abajo con las mujeres afganas

A pesar de la situación en cuanto los Talibanes se hicieron con el poder, miles de mujeres se tomaron las calles (e incluso las armas) para luchar contra los extremistas y la población continúa luchando hasta el día de hoy.

Al momento de escribir este artículo -si bien la información ha mermado y no se tiene claridad sobre la situación- queda claro que hay grupos de mujeres dispuestas a luchar para no volver a la época de terror de los 90.

Desde Las Rojas le hacemos un llamado a la izquierda y el movimiento feminista internacional para luchar en solidaridad con la población afgana con un Paro Internacional de Mujeres y la población LGTBI+ para apoyar la resistencia y la organización de las mujeres afganas y repudiar a los Talibanes y la invasión estadounidense en Afganistán.


[1] El proceso de creación de los Talibanes se abordó en otras notas de Izquierda Web, accesibles en los siguientes links: https://izquierdaweb.cr/historia/operacion-ciclon-cuando-ee-uu-financio-al-fundamentalismo-islamico-en-afganistan/  y https://izquierdaweb.cr/internacional/el-inmenso-fracaso-de-los-estados-unidos-en-afganistan/),

[2]ABC. https://www.abc.es/internacional/abci-29-prohibiciones-talibanes-mujeres-nsv-202108171722_noticia.html

[3]Amnistía internacional. https://www.amnesty.org/es/location/africa/east-africa-the-horn-and-great-lakes/djibouti/asia-and-the-pacific/south-asia/afghanistan/report-afghanistan/

[4]Ibíd.

[5]Newtral.es. https://www.newtral.es/mujeres-en-afganistan-situacion/20210819/

[6] Ibíd.

[7] Ibíd.

[8]Humanium. https://www.humanium.org/es/afganistan/

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