Apoyadas y alentadas por la política ultraliberal y genocida de Bolsonaro, las organizaciones criminales que dirigen el narcotráfico, la pesca, la minería y la tala ilegal avanzan a golpe de tambor en los territorios amazónicos. El asesinato de Bruno y Dom es una prueba más de la existencia de un oscuro y criminal “Estado paralelo” en la Amazonía, en el que no hay leyes y que forma parte del bloque de poder de Bolsonaro.
El 5 de junio desaparecieron Bruno Pereira y Dominic Phillips. Vistos por última vez en la comunidad de São Rafael, ambos partían para Atalaia do Norte, destino al que nunca pudieron llegar. El miércoles pasado (15) fueron encontrados los restos del periodista y el indigenista. Tras la confesión de Amarildo da Costa de Oliveira, apodado “Pelado”, el sospechoso guió a los investigadores a la escena del crimen y donde escondió los cadáveres. Hasta el momento, hay ocho sospechosos involucrados en los asesinatos. Entre ellos: Oseney da Costa Oliveira, hermano de Amarildo, conocido como “Do Santo”.
Bruno Pereira era un indigenista, funcionario colegiado de la Funai, defensor de los pueblos indígenas y activista en la fiscalización de invasiones de territorios indígenas por parte de mineros, pescadores y madereros ilegales. Dominic Phillips era periodista corresponsal de The Guardian. Radicado en Salvador desde 2007, su línea de trabajo sobre la crisis ambiental y sus repercusiones en las comunidades indígenas de la Amazonía cuenta con importantes publicaciones en medios internacionales de alta visibilidad y reconocimiento. Bruno y Dom se conocieron en 2018, con motivo de un reportaje para The Guardian y actualmente forman parte de una expedición por la Tierra Indígena Vale do Javari, región con una alta concentración de pueblos indígenas aislados, una de las más grandes del mundo. Sin embargo, la expedición que debía durar alrededor de 17 días fue brutalmente interrumpida por el asesinato de los activistas.
El crimen organizado y la política de “pasar el rebaño”
Según un comunicado difundido este viernes (17) por la Policía Federal de Amazonas (PF-AM), Dom y Bruno fueron asesinados a balazos con escopetas con munición de caza. La misma nota cita que no habría indicios de un autor intelectual detrás del crimen y que los sospechosos actuaron solos. Después de las repercusiones negativas, la PF difundió una nueva nota, el sábado (18), rectificando que las investigaciones continúan con la hipótesis de participación de organizaciones criminales vinculadas a la pesca ilegal y el narcotráfico, sectores frontalmente combatidos por Bruno y defendidos por Jair Bolsonaro.
La Unión de los Pueblos Indígenas de Vale do Javari (Univaja), organización activa en la Tierra Indígena de Vale do Javari, de la cual Bruno era miembro y uno de los principales socios en la investigación del caso, impugnó la nota de la PF difundida el 17. En la prensa, Univaja ha puesto a disposición de la PF, el Ministerio Público Federal (MPF) y la Fundação Nacional do Índio (Funai) numerosas cartas desde el segundo semestre de 2021. En sus informes, el Equipo de Vigilancia de Univaja (EVU) señala la existencia de un grupo delictivo organizado de cazadores furtivos y pescadores ilegales, del que formaban parte Pelado y Do Santo. Este grupo habría realizado numerosas invasiones a la Tierra Indígena Vale do Javari y varias amenazas de muerte al indigenista Bruno Pereira. A pesar de todos los intentos de informar, no se tomó ninguna medida. Aquí hay un extracto de la nota de Univaja:
Describimos los nombres de los invasores, miembros de la organización criminal, sus métodos de acción, cómo ingresan y salen de la tierra indígena, los artículos ilícitos que transportan, los tipos de embarcaciones que utilizan en sus actividades ilegales.
Fue por ello que Bruno Pereira se convirtió en uno de los objetivos centrales de este grupo criminal, así como de otros miembros de Unijava que recibieron amenazas de muerte, incluso a través de notas anónimas.
El comunicado de prensa emitido por la Policía Federal hoy (17/06/22) corrobora lo que ya destacamos: las autoridades competentes, responsables de la protección del territorio y de nuestras vidas, han ignorado nuestras denuncias, minimizando los daños, incluso después de los asesinatos de nuestros parceros, Pereira y Phillips.
El refinamiento de la crueldad utilizado en la práctica del crimen demuestra que Pereira y Phillips estaban en el camino de una poderosa organización criminal que intentó a toda costa ocultar sus huellas durante la investigación.
Este contexto muestra que no son solo dos verdugos, sino un grupo organizado que planeó minuciosamente los detalles de este crimen. Exigimos la continuidad y profundización de las investigaciones. Le exigimos a la PF que considere la información calificada que ya les hemos transmitido en nuestros oficios. Solo así tendremos la oportunidad de volver a vivir en paz en nuestro territorio, Vale do Javari.
El colapso de las agencias federales de supervisión y protección de los pueblos indígenas refleja el desmantelamiento llevado a cabo por el gobierno de Bolsonaro. Desde que asumió en 2018, el presidente ha realizado numerosos ataques a los derechos de los pueblos indígenas, implementando políticas de flexibilización de la minería y explotación de tierras indígenas, lo que ha incrementado considerablemente los conflictos en el campo y en la selva, casos de asesinatos y desaparición de comunidades enteras, además de aflojar las barreras al crimen organizado que opera en la Amazonía.
La negligencia denunciada por Univaja pone en perspectiva el proyecto de gobierno ultraliberal y ultrarreaccionario de Bolsonaro, que flexibiliza la explotación de recursos y la ocupación de tierras indígenas, en beneficio de los empresarios del agronegocio, a costa de facilitar, también, la actuación de las organizaciones criminales. Es cierto que el narcotráfico y los mercados ilegales de pesca, minería y madera existían mucho antes de que Bolsonaro asumiera. El hecho es que como resultado de sus acciones, toda la red de protección, que antes establecía algún nivel de dificultad para que operaran, se vio fatalmente afectada y debilitada. Esta política convierte a esta lumpen burguesía en parte del bloque de poder que ocupa el Palacio Central y apoya el golpe de Estado de Bolsonaro.
¡Justicia para Bruno y Dom! ¡Políticas de protección ambiental y derechos de los pueblos indígenas ya!
El caso Bruno y Dom ganó repercusión internacional debido a los cargos que ocuparon las víctimas en sus respectivas áreas de trabajo e influencia. Sin embargo, la violencia y los delitos en la región amazónica son vividos a diario por las comunidades indígenas, ribereñas y caucheras, especialmente las más aisladas. La desaparición de toda una comunidad yanomami en mayo de este año, los asesinatos y abusos de mujeres y niños indígenas retratan la barbarie y la codicia del mercado -que busca sus ganancias a toda costa- cada vez más protegido por el gobierno.
La dialéctica golpista en la que vivimos combina ataques permanentes a las instituciones de la democracia burguesa con la preparación de un posible desacato a los resultados de las elecciones. Lo cual obviamente no tiene el apoyo del imperialismo, de la mayoría de la burguesía nacional, pero se puede intentar una agitación golpista, con el apoyo de parte de las fuerzas represivas y apoyada por la lumpen burguesía, y, si no cuenta con el rechazo en las calles, puede crear una gran inestabilidad.
Así, en sus propósitos golpistas -parte de su política de defensa de los sectores de la burguesía que lo apoyan y de imponer un régimen abiertamente autoritario- Bolsonaro amenaza con no respetar la determinación del STF en relación al “marco temporal”, forma como los neofascistas quieren imponer que las demarcaciones de las tierras indígenas se fijen en 1998 para que a partir de ahora no se puedan hacer más demarcaciones. Dice que no respetará la decisión del STF si vota en contra de los intereses de los mineros, madereros y sojeros que lo apoyan. Lo que si efectivamente sucede y no es repelido, significará una ruptura institucional sin precedentes luego de la redemocratización y abrirá el camino golpista a otra escala.
Exigimos que las investigaciones realizadas por la PF sigan estrictamente la línea señalada por los oficios de Univaja y que rinda cuentas toda la cadena del crimen organizado involucrada tanto en el asesinato de Bruno y Dom, como en los diversos delitos denunciados por la EVU, sea responsabilizado y castigado. Es para ayer que se deroguen todas las contrarreformas operadas por Bolsonaro y su política antiambiental, que se restituya a los órganos de protección ambiental a su autonomía, garantía de articulación y acción fiscalizadora, así como a las entidades responsables de los derechos de los pueblos originarios a retomar su protagonismo y poder en los espacios legislativos e institucionales. Todas estas luchas deben unirse en una sola. La lucha contra la barbarie capitalista y contra el neofascismo. En este momento, Bolsonaro concentra numerosas ofensivas reaccionarias. Es un fiel representante y articulador de los intereses de la élite nacional y no escatimará esfuerzos para permanecer en el poder.
Por eso, no podemos retroceder en nuestra lucha en las calles. Ahora, más que nunca, la articulación y organización de las capas más combativas de la sociedad debe aunar esfuerzos y construir un movimiento que resista los ataques de Bolsonaro, así como sus ofensivas golpistas. Finalmente, nos solidarizamos con los familiares, los seres queridos y toda la red de activismo vinculada a Bruno Pereira y Dominic Phillips. Su historia y su batalla nos fortalecerán. Desde aquí seguiremos luchando por la justicia y honrando el legado de estos valiosos compañeros.
Referencias:
