• Dos tercios de los italianos deberá regresar a la cuarentena total por el estallido de casos y muertes por coronavirus. Europa nos devuelve imágenes del 2020 que pueden ser también del 2021: la pandemia no se terminó.

Redacción

Casi 42 millones de italianos, de una población total de 60 millones, deberá volver al encierro total. La medida alcanza a 11 regiones de las veinte que componen el país. Entre ellas se encuentran las zonas y ciudades más pobladas y económicamente significativas, como Milán.

A principios del año pasado, Italia fue uno de los lugares que demostró que el coronavirus era para ser tomado en serio. Se convirtió en el mes de marzo en el país en que la tragedia impactó al mundo y le mostró de qué se iba a tratar el año 2020. Al principio, la irresponsabilidad de los capitalistas que obligaban a los trabajadores a asistir a sus labores normalmente desató la tragedia en lugares como Bérgamo. Allí, la tragedia de los muertos y hospitales colapsados impactaron al mundo.

La variante británica impactó duramente en las últimas semanas. Las inmensas cantidades de muertos e infectados parecían haber devuelto Italia a marzo del 2020. Hace algunas semanas, el país superó los cien mil muertos, ubicándose entre los únicos cuatro países que alcanzaron semejantes cifras sólo debajo de Estados Unidos, Brasil, India, Rusia y Reino Unido.

«Estamos casi como en el año pasado», asegura un camarero de una céntrica cafetería de Corso Sempione de Milán. La ciudad, que es la más rica del país, presenta también escenas de catástrofe social. La pobreza creció exponencialmente y las filas de personas hambrientas en busca de la caridad crece día a día.

Las confederaciones patronales calculan que las nuevas restricciones le costarán a la economía del país unos 80 millones de euros diarios solo en consumo.

En el momento en que se impone la nueva cuarentena, se calculaba que muy pronto se iba a pasar de un pico de 26 mil casos diarios a 40 mil en pocas semanas. El nuevo confinamiento resultó ser la única manera de evitar el crecimiento de la catástrofe.

Mientras tanto, crece la crisis en torno a la vacuna de AstraZeneca. Mientras se elaboraban las vacunas, ésta era la gran promesa de Europa, con la mayoría de sus países contratando por adelantado su vacuna y apostando sus planes de combate a la pandemia a ella.

Sin embargo, ya hay dos tipos de problemas sobre ella. Primero, los atrasos en las entregas, denunciadas por varios países. Con ella, millones que ya deberían estar vacunados por los planes iniciales no han recibido aún la primera dosis.

Ahora, varios países se vieron obligados a suspender la aplicación de las dosis por problemas derivados de ella. Una enfermera de 49 años murió por un mal coágulo de sangre en Austria luego de aplicarse la vacuna «de Oxford».

Saltaron las alarmas y un país tras otro se vio obligado a suspender lotes de esa vacuna a lo largo del continente: la misma Austria, Dinamarca, Noruega, Islandia, Países Bajos, Francia, Alemania e Italia. Esperan ahora la investigación y resolución del EMA, agencia europea de medicamentos, para saber a ciencia cierta los riesgos de esa vacuna.