Golpe de Estado en Sudán

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  • El lunes 25 de octubre, el general Abdel-Fatá Burhan derrocó al Primer Ministro Abdalá Hamdok y a parte de su Gabinete. Mientras la diplomacia internacional condena el golpe, el gobierno de facto desata una fuerte represión sobre la población que se movilizó en la capital de Sudán.

Redacción

Sudán posee una larga historia de golpes militares. Tras su independencia en 1959, no ha tenido un sólo gobierno democrático institucionalmente estable. Hamdok, el Primer Ministro depuesto por Burhan, presidía un gobierno provisional conformado por civiles y militares. Este debía garantizar la transición democrática tras la caída del dictador Al – Bashir en 2019.

Burhan declaró este martes que su accionar no está direccionado a «un golpe de Estado» sino a garantizar la transición democrática que habría estado en peligro por los choques internos del gobierno sudanés. Pero todo lo que ha hecho hasta el momento es el accionar típico de un golpe de Estado. Depuso y apresó al Primer Ministro y la mayoría del gabinete, reprimió ferozmente las movilizaciones populares, cortó las telecomunicaciones y el suministro de internet en el país.

La diplomacia internacional ha condenado el golpe. Estados Unidos canceló el pago de un paquete de 700.000 millones de dólares en asistencia para la población de Sudán.

Mientras tanto, los ministros que no fueron apresados declararon que el gobierno legítimo sigue siendo el de Hamdok. «Continuaremos resistiendo pacíficamente», declaró Mariam al – Mahdi, Ministra del Exterior. Pero fuera de las casas de los mandatarios las horas transitan de cualquier forma menos pacíficamente. 4 muertos y 80 heridos fue el saldo de la represión militar contra las movilizaciones anti – golpistas.

Mientras los manifestantes se agolpaban en las calles de Jartum y formaban barricadas, desde las mezquitas de la zona se llamaba a una huelga general con altoparlantes. Se prevé que las manifestaciones continúen, y se prepara una multitudinaria jornada para este sábado. La población parece haberse hartado de vivir golpe tras golpe de Estado por parte del personal político-militar del país. Los próximos días serán decisivos para el destino del gobierno de facto y de la población sudanesa.

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