• La carestía de vida, la pandemia y las libertades que ofrecen las redes sociales desatan masivas movilizaciones en Cuba. El bloqueo imperialista y el burocrático régimen cubano asfixian a la población y desatan la rebeldía.

Redacción

En el día de ayer se conocieron masivas movilizaciones en Cuba como no se veían hace décadas. Según los relatos que nos llegan por diversos medios, las causas principales son el descontento provocado por la carestía de vida y falta de insumos básicos. Situación que viene de años pero que se ha agravado con la pandemia, sumado al hecho de que, en estos momentos, la misma golpea la isla con una nueva ola de contagios, provocando desazón y bronca en la población ante las insuficiencias de un sistema médico que muchas veces se consideró uno de los mejores de la región.

El inicio fue en la ciudad de San Antonio de los Baños, al sudoeste de La Habana. Desde allí se fue expandiendo al conjunto del país. La extensión de las manifestaciones provocó que el presidente, Miguel Díaz-Canel emitiera un mensaje por la TV nacional convocando a los simpatizantes del gobierno a salir a las calles a enfrentar a los manifestantes, y amenazó con una «respuesta revolucionaria» ante las movilizaciones, a las que acusó de estar instigadas por EEUU y el imperialismo. Se ha denunciado que en algunas ciudades hubo casos de represión y detención de manifestantes. También el intento del gobierno de cortar el suministro de internet, lo que frustró la transmisión en vivo de las movilizaciones.

Existe toda una nueva generación descontenta con el régimen al sentirse limitada y sin futuro, tanto por los límites del desarrollo económico del país provocado por el bloqueo imperialista, así como también por el asfixiante régimen burocrático del Partido Comunsita Cubano, que jamás ha permitido la más mínima expresión de la democracia obrera y socialista, ahogando toda iniciativa que no esté encuadrada en sus filas.

A lo largo de décadas, el régimen ha venido acumulando tremendas inercias. Ha vaciado el contenido de la revolución por la que lucharon las masas populares cubanas. Y si bien subsiste la expropiación de los capitalistas, el régimen social no es un régimen obrero ni mucho menos socialista. Más bien es un régimen burocrático donde los comandos de la dirección política y social, y de la expresión mediática caen bajo el monopolio de la burocracia castrista.

Esta situación se ha hecho cada vez más intolerable a medida que las conquistas de la revolución se fueron vaciando, dado que ellas eran el baluarte moral sobre el que se apoyaba la burocracia para justificar su dominio. Deterioradas las conquistas, sólo queda el monopolio burocrático de la vida social y política.

En este contexto, hay otro factor de enorme importancia. El auge internet y las redes sociales ha supuesto un nuevo desafío al monopolio burocrático de la expresión social. Han aparecido blogs, youtubers y diversas expresiones de descontento con el régimen se han logrado abrir paso por estos medios. A pesar del monopolio de las empresas de internet y tecnología, las redes sociales posibilitaron una cierta democratización a la hora de la difusión de mensajes, videos, publicaciones, opiniones políticas, etc. Herramienta que tomaron en sus manos las nuevas generaciones hartas de no tener ninguna perspectiva en la isla.

Este conjunto de elementos han desatado las enormes movilizaciones, las cuales defendemos críticamente frente al régimen cubano sin dejar de alertar claramente que la salida no pasa por volver nuevamente al capitalismo, o volver a transformar a Cuba en un «casino» de Estados Unidos como lo era bajo el régimen de Batista, sino por abrir una vía anticapitalista y realmente socialista donde los trabajadores, la juventud y los sectores populares tomen realmente el poder.

Sabemos que, a priori, es una salida compleja por el «rechazo» a la idea de socialismo entre amplios sectores, producto del bastardeo de estas banderas por parte de la burocracia castrista. Sin embargo, es la única perspectiva progresiva y superadora. Perspectiva que debe partir de defender incondicionalmente el derecho del pueblo cubano a la movilización, al mismo tiempo que se combate a quienes en alguna medida también quieren apropiarse para su beneficio de las justas reivindicaciones del pueblo, como los servicios de inteligencia, los gusanos de Miami, el imperialismo, etc… a quienes hay que rechazar y combatir implacablemente, ya que son los ex-dueños de la Cuba de Batista y herederos de la Cuba esclavista de siglos atrás.