Estados Unidos: Facebook entregó a la policía los chats privados de una adolescente acusada de abortar

Jessica Burgess y su hija Celeste, hoy de 18 años, fueron imputadas por la Justicia en el condado de Madison, Nebraska. Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, facilitó a la policía chats escritos, vídeos, audios y fotografías de Burgess.

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FILE - Protesters line the street around the front of the Nebraska State Capitol during an Abortion Rights Rally held on July 4, 2022, in Lincoln, Neb. A Nebraska woman has been charged in early June with helping her teenage daughter end her pregnancy at about 24 weeks after investigators uncovered Facebook messages in which the two discussed using medication to induce an abortion and plans to burn the fetus afterward. (Kenneth Ferriera/Lincoln Journal Star via AP, File)

La causa comenzó luego de que una conocida de Celeste la denunciara en la policía por un supuesto aborto realizado de forma clandestina.

En junio pasado, Celeste y su madre fueron acusadas del «delito grave» (felony) de sustracción, ocultación o abandono de un cuerpo (el del supuesto feto). La Justicia ordenó el requerimiento de información personal de la madre a la red social Facebook. Meta, la empresa de Mark Zuckerberg, facilitó a la policía chats escritos, vídeos, audios y fotografías de Burgess.

Los datos privados proporcionados por Facebook son la «evidencia» central en la causa contra Burgess y su hija. En el mes de julio ambas se declararon «no culpables» ante la Justicia y la causa continúa abierta. Jessica, que tenía 17 años al momento del supuesto aborto, está siendo procesada como adulta por pedido de la fiscalía. Una muestra cabal de ensañamiento misógino contra las jóvenes que intenta ejercer el derecho a decidir sobre su cuerpo.

Facebook vuelve a violar la privacidad de sus usuarios

La causa contra Burgess y su hija reavivó la polémica alrededor de la política de manejo de datos de Facebook y sus redes sociales satélites. Facebook Messenger, la app de mensajería de Meta requisada por la policía, es la más usada de Estados Unidos. El acceso indiscriminado de la policía y la Justicia a los datos almacenados por el pulpo tecnológico de Zuckerberg pone potencialmente en riesgo a miles (o incluso millones) de mujeres.

La indignación contra el accionar de Meta fue tal que durante los últimos días se viralizó la campaña «#DeleteFacebook» (#BorráFacebook) en Estados Unidos. Organizaciones feministas y activistas por el derecho al aborto legal multiplicaron la campaña de boicot a la red social y reclamaron por el sobreseimiento de Burgess y su hija.

No es la primera vez que Facebook es objeto de este tipo de críticas. Durante los últimos años se han multiplicado las denuncias por difusión de fake news, utilización de algoritmos «maliciosos» e incluso por la venta de datos privados de sus usuarios. El caso Burgess asienta un precedente muy peligroso no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.

Resistencia contra el avance de los anti – derechos 

La imputación de Burgess y su hija se da en el marco de un avance de los sectores reaccionarios y anti – derechos en EEUU. Hace pocos meses, la Corte Suprema revocó el precedente de la histórica causa Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho al aborto a nivel federal. Ahora, millones de mujeres estadounidenses están jurídicamente indefensas ante los ataques de sectores anti – aborto.

El año pasado, la organización derechista «Texas Right to Life» («Texas por el derecho a la vida») abrió una web en la que podían realizarse denuncias anónimas contra cualquier mujer sospechada de haberse realizado un aborto. Este tipo de acciones, amparadas por el cambio en el status jurídico del aborto, apunta a criminalizar a las mujeres que intentan decidir sobre su propio cuerpo.

La ley estadounidense establece el secreto profesional en cualquier consulta realizada respecto a un aborto. Pero las empresas privadas que acumulan toneladas de información personal (como la propia Facebook) no están reguladas en este sentido. Se trata de un «vacío legal» pernicioso, que permite colaboraciones poco transparentes entre las empresas de las nuevas tecnologías y la Justicia o la policía.

Las protestas no se hicieron esperar. Desde el día del procesamiento, cientos de mujeres se congregaron en el Capitolio de Nebraska para rechazar la persecución contra Celeste y Jessica Burgess.

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