La Esfahan Steel Company es la tercera planta de acero más grande del país, y la más grande productora para el sector de construcción. El acero es base para la producción de una amplísima serie de manufacturas que a su vez son necesarias para otros sectores de la economía.
A través de las redes se está empezando a difundir imágenes que muestran que los trabajadores del acero se suman a las huelgas.
دومين روز اعتصاب کارگران ذوب آهن اصفهان – 25 آبان pic.twitter.com/YqcCF27jTT
— akhbar-rooz (@akhbar_rooz) November 16, 2022
El vídeo muestra a los obreros de la Esfahan Steel Company reunidos y entonando canciones en las puertas de la fábrica.
El gobierno iraní, por su parte, quiere ocultar este hecho y hacerlo pasar por una concentración «normal» de trabajadores en el cambio de turno de la fábrica. Incluso llegaron a compartir un vídeo donde se ve a trabajadores realizando sus tareas con normalidad, pero la presencia de trabajadores retirados hace años prueba que el gobierno está desinformando y compartiendo imágenes previas a la huelga.
La Esfahan Steel Company es la tercera planta de acero más grande en el país, y la más grande productora para el sector de construcción. El acero es base para la producción de una amplísima serie de manufacturas que a su vez son necesarias para otros sectores de la economía. Por otro lado, la producción de acero para exportación es una enorme fuente de ingreso de divisas.
Las huelgas en el sector del acero se suman a las más de 37 plataformas petroleras en el sur del país, que la semana pasada se sumaron a las medidas de protesta a la política represiva del gobierno iraní.
کارکنان رسمی وزارت نفت، از ۱۶ آبان ماه ۱۴۰۱، در اعتراض به عدم اجرای قانون مربوط به ترمیم پایههای حقوق، و «بیتوجهی به وضعیت معیشت کارکنان» اعتراض خود را آغاز کردند. pic.twitter.com/zDb2ObMwVl
— اتاق خبر منوتو (@ManotoNews) November 8, 2022
Las huelgas le duelen al gobierno represor
Las huelgas en sectores de la producción que son claves para el funcionamiento interno y para el comercio exterior podrían poner en jaque al Gobierno iraní, que mantiene hasta hoy una respuesta represiva a la rebelión.
De hecho, existe hoy en día un giro ultrarepresivo del gobierno iraní . Además de los 14.000 manifestantes encarcelados que informa la ONU, el gobierno empieza a aplicar penas de muerte. La agencia de noticias de la Autoridad Judicial iraní, Mizan Online, difundió las condenas, que incluyen por el momento a 5 manifestantes. La primera condena a muerte ya había sido anunciada y generado nuevas protestas, cuando el veredicto de un tribunal de Teherán calificó a un manifestante como «enemigo de Dios» y culpable de alterar el orden público, reunirse y conspirar para cometer un crimen contra la seguridad nacional».
En efecto, la avanzada represiva le sale cara al gobierno ya sea por el repudio internacional creciente, como por los números mismos de su economía, que empieza a verse afectada por las huelgas de trabajadores y que debe costear esta represión creciente.
Por poner un ejemplo, en los últimos días la Asamblea Consultiva Islámica aprobó por ley un aumento del 20% para las fuerzas represivas.
La extensión de las protestas junto con el ingreso de la clase obrera mediante las huelgas en sectores clave podría poner en jaque al gobierno de Ebrahim Raisi, jefe del Estado iraní.