• La protesta de los campesinos engloba a millones de personas que se oponen a la liberalización del campo por parte de Narendra Modi.

Gaby Epstein

«Si dejas que las grandes empresas decidan los precios y compren cultivos, perderemos nuestras tierras, perderemos nuestros ingresos», asegura Gurnam Singh Charuni, uno de los principales líderes de la protesta, al referirse a las tres leyes que impulsa el gobierno.

Las leyes son resistidas por los pequeños campesinos porque liberan los precios, las ventas y el almacenamiento de los productos. En síntesis, estas medidas generan que sean las grandes corporaciones, las que impongan las condiciones de la comercialización dejando desprotegidos a la mayoría de los productores, que el 68% tiene menos de una hectárea.

Además de las leyes neoliberales de Modi, los campesinos y trabajadores rurales (más de la mitad de la población económicamente activa) enfrentaron durante todo el 2020 las consecuencias del cambio climático: Exceso de lluvias o falta de lluvias en diferentes periodos, granizos, pestes, que agravaron brutalmente su situación económica.

El constante deterioro de sus condiciones de vida explica la masividad y continuidad de las luchas de los campesinos que lleva varios meses y terminó de alcanzar impacto internacional cuando, en el marco del paro agrícola, una movilización de medio millón de personas irrumpió en El Fuerte Rojo, un importante monumento en Nueva Delhi, atravesando varios retenes y barricadas puestas por la policía.

Artistas y figuras como Rihana y Greta Thunderberg apoyaron en las redes sociales la huelga, con amplias repercusiones en los medios de comunicación de todo el mundo.

El tribunal supremo de la India, suspendió la vigencia de las tres leyes del gobierno de Modi, que esperaba que esto genere una pausa en las medidas de lucha que siguen creciendo con nuevas convocatorias. Los manifestantes dijeron en reiteradas declaraciones que no se detendrán hasta la total anulación del paquete de medidas.